En medio de los esfuerzos de EE.UU. por ser mucho más transparente en cuanto al conocimiento sobre los OVNIs, el estado de Maryland ha surgido como un epicentro de supuestos avistamientos.
Según datos del Centro Nacional de Informes de OVNIs (NUFORC), en el estado —que alberga la Base de la Fuerza Aérea de Andrews y la Academia Naval (Annapolis)— se han registrado casi 2.000 avistamientos de fenómenos anómalos no identificados (UAPs).
«Me reconforta que tantas personas estén dando un paso adelante en este momento. Estamos recibiendo significativamente más informes que hace apenas seis meses o un año», comentó Peter Davenport, director del NUFORC, respecto a los 1.923 testimonios presenciales. «No sé qué depara el futuro para nosotros, pero me alegra que más personas se estén animando a contar sus casos y que el gobierno reconozca que el fenómeno OVNI es algo que merece su atención».
Por ejemplo, un testigo ocular de nombre Greg Facelo, residente de la localidad noreste de Port Deposit, recordó una vista inexplicable que recientemente observó en el cielo y la compartió con CBS Baltimore.
«Se desplazó por el cielo de esta manera y solo duró tal vez de 30 a 45 segundos. Si hubiera sido una estrella fugaz, un cometa o algún fenómeno natural, no me habría molestado en enviarlo, pero esta cosa parecía estar hecha por alguna forma de vida inteligente», afirmó. «No se parecía en nada a lo que jamás haya visto antes… Se rompió en pedazos, luego se extendió y simplemente se desvaneció en el cielo».
Aunque Facelo no puede describir con precisión lo que pasó volando, su apuesta está en algo no humano.
Además de Maryland, datos recientes del portal de informes UAP recientemente revelado por el Departamento de Defensa muestran que muchos de los estados costeros del Atlántico sur —e incluso el ex presidente Jimmy Carter podría haber visto uno en Georgia— son puntos calientes para los avistamientos, al igual que Japón y el Medio Oriente.
De acuerdo a la Oficina de Resolución de Anomalías para Todos los Dominios (AARO), los testigos de estos fenómenos anómalos suelen describir mayormente objetos esféricos con un tamaño que oscila entre 1 y 4 metros, a menudo de color plateado o «translúcidos», volando a altitudes que van desde los 10.000 hasta los 30.000 pies sobre el suelo.
Algunos objetos se han observado como «estacionarios», mientras que otros se movían a velocidades tan altas como Mach 2.
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