Astronomía
Su objetivo es Barnard, una de las estrellas más cercanas y la primera de la que se dijo que era orbitada por planetas.
La estrella de Barnard es una pequeña enana roja a solo seis años luz de la Tierra. A pesar de su proximidad, no se advirtió su presencia hasta 1916, cuando E. E. Barnard descubrió que tenía un movimiento propio particularmente alto. Había aparecido en placas fotográficas tomadas por el Observatorio de Harvard a finales del siglo XIX, pero como una pequeña estrella tenue, nadie se dio cuenta de ella. Desde su descubrimiento, la estrella de Barnard ha sido una de las enanas rojas más estudiadas.
Curiosamente, la estrella de Barnard es una de las primeras estrellas que se dice que tiene planetas. Ya en la década de 1970, estudios afirmaban la presencia de gigantes gaseosos en órbita, aunque observaciones posteriores anularon estos resultados. Luego, en 2018, un equipo de astrónomos midió el movimiento radial de la estrella, lo que sugirió la presencia de una súper Tierra en órbita cercana con una masa de aproximadamente 3 Tierras. Sin embargo, otras observaciones anularon este descubrimiento, sugiriendo que las fluctuaciones radiales observadas se debían a erupciones solares. Estudios recientes han confirmado que la estrella de Barnard no tiene planetas en órbita cercana o potencialmente habitables de más del 70% del tamaño de la Tierra.
Esto hace que Barnard sea un poco inusual, ya que la mayoría de las enanas rojas tienen planetas. Por ejemplo, la estrella enana roja Kepler-42 es similar en tamaño y edad a Barnard y tiene al menos tres planetas sólidos. Entonces, si bien Barnard no es una buena candidata para albergar vida extraterrestre, un estudio reciente ha realizado observaciones detalladas de la estrella en busca señales extraterrestres.
El estudio utilizó el Telescopio Esférico de Apertura de Quinientos Metros (FAST). El telescopio chino tiene un diseño de antena fija similar al Observatorio de Arecibo, pero significativamente más grande. FAST es particularmente sensible en rangos de frecuencia útiles para la comunicación a larga distancia, lo que lo convierte en una buena herramienta en la búsqueda de señales extraterrestres.
El estudio buscó emisiones de banda estrecha, que son el tipo de señales que podríamos ver si una civilización extraterrestre dirigiera intencionalmente mensajes de radio en nuestra dirección. El equipo incluso centró parte de su búsqueda en señales provenientes de la hipotética súper Tierra, teniendo en cuenta los cambios Doppler debido al movimiento relativo entre ella y la Tierra.
Como era de esperar, el estudio no encontró evidencia de una señal extraterrestre. Pero este estudio fue principalmente una prueba de lo que FAST podía hacer. Los estudios futuros, particularmente aquellos dirigidos a estrellas cercanas con planetas confirmados en sus zonas habitables, tendrán mayores probabilidades de encontrar algo.
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