60 fps vs 30 fps, ¿hasta qué punto vamos a notarlos? Esta es una pregunta muy común tanto si hablamos de videojuegos como de vídeos y películas. En el caso del gaming, ya hay un consenso bastante general sobre la necesidad de llegar a los 60 FPS (¡y superarlos!), pero en el mundo audiovisual es un poco más debatible.
Nosotros te hablaremos sobre la diferencia entre estas dos tasas de fotogramas tanto si vas a jugar como a simplemente ver una película o serie, además de dar un repaso a conceptos básicos importantes. ¡Vamos allá!
Concepto de fotograma por segundo (FPS)
Hemos de partir desde el principio: ¿qué es exactamente un FPS?
FPS son las siglas de fotogramas por segundo, una medida que nos indica cuántas imágenes se muestran por pantalla cada segundo, o mejor dicho cuántas veces se actualiza la imagen en la pantalla en un segundo.
Y es que la manera de apreciar movimiento en una pantalla no es otra que presentar una serie de imágenes fijas que varían rápidamente y de manera secuencial. Pongamos un ejemplo clásico en el que se nos muestra el movimiento de un caballo:
Si cogemos las imágenes que te enseñamos arriba del movimiento de un caballo y las vamos mostrando una a una a una velocidad muy alta, nuestro ojo puede percibir ese movimiento como si fuese real. Esa es la idea original del fotograma, y cuanto más rápido se cambie de imagen más fluido veremos ese movimiento. De ahí que queramos aumentar la tasa de fotogramas por segundo (FPS).
Entonces, el objetivo principal de este artículo es definir hasta qué punto se nota una tasa de 60 fps vs 30 fps, qeu son dos de las más comunes tanto en videojuegos como en vídeos y películas. Sigamos analizándolo.
Los juegos son donde más notamos las diferencias de FPS, por unos motivos que te explicaremos al final del artículo, pero que básicamente se resumen en que en los juegos tenemos el control en tiempo real de todo lo que ocurre, y eso hace que se noten muchísimo los FPS.
Si te fijas en la imagen de arriba, que nos presenta una foto realizada sobre el «UFO test» a distintas tasas de fotogramas (144 fps, 72 fps, 36 fps), vemos la cantidad de información que recibe nuestro ojo en cada momento: cuanto mayores sean los FPS, más precisión habrá en el movimiento, lo que se nota muchísimo en la fluidez al jugar.
En general, hay un consenso muy grande sobre cuál es la jugabilidad en función de los FPS de un juego. Nosotros en nuestras reviews solemos incluir la siguiente tabla cuando analizamos tarjetas gráficas y otros componentes que influyen en el rendimiento de los juegos:
Escalones de rendimiento | |
Frames Por Segundo (FPS) | Jugabilidad |
Menos de 30 FPS | Injugable |
30 ~ 40 FPS | Jugable |
40 ~ 60 FPS | Buena |
Mayor de 60 FPS | Fluido |
Mayor de 144 FPS | Realista |
Como vemos, consideramos 30 FPS el mínimo para considerar que un videojuego es «jugable». Esto también depende del tipo de juego concreto, ya que si se basa más bien en un modo historia nos podría valer con 30 FPS, mientras que si es un shooter (juego de disparos) los FPS bajos nos harán perder precisión y competitividad, además de dar una experiencia de juego desastrosa.
En general, podemos considerar 60 FPS lo mínimo para decir que un juego es fluido, aunque están empezando a ser más importantes los 120 FPS, 144 FPS y más gracias a los monitores con alta tasa de refresco, que llegan ya incluso a 360 Hz.
¿Qué podemos hacer para subir los fps en juegos?
La tasa de FPS que podemos alcanzar depende básicamente de tres factores:
- A qué estamos jugando (y en qué parte del juego concreta).
- Con qué PC estamos jugando (y sobre todo la potencia de su CPU y GPU, aunque todo influye en mayor o menor medida).
- Qué configuración gráfica tenemos en el juego.
Para aumentar los FPS, debemos variar alguna de las tres cosas, normalmente hay una en concreto que nos está causando más problemas: el juego puede ser demasiado demandante y mal optimizado, el PC puede ser demasiado viejo / poco potente, o podemos tener una configuración gráfica demasiado exagerada.
Desde luego, la parte más fácil de modificar es esta última, pues podemos sacrificar algo de calidad de imagen a cambio de más FPS y un movimiento más fluido. Échale un vistazo a cómo mejorar los FPS de tu ordenador si quieres más tips concretos y efectivos para conseguirlo.
Una alternativa a mejorar la tasa de fotogramas cambiando de equipo o configuración gráfica es jugar en la nube, con herramientas como NVIDIA GeForce NOW, que hemos probado con resultados bastante satisfactorios. En el vídeo, verás la experiencia que proporciona a 60 FPS fijos, pero tiene capaz de transmitir todavía a más velocidad.
60 fps vs 30 fps en vídeo: no tan importante, pero también se nota
Es curioso, porque como te decíamos los 60 FPS son algo más que requerido para jugar de manera fluida en PC y consola. Sin embargo, en vídeo lo normal es que los veamos a 25 FPS o 30 FPS. En concreto, la mayoría de contenidos que vemos en TV, Netflix y cines están a 23.97 fotogramas por segundo.
Sin embargo, se está haciendo más común ver contenidos a 60 FPS, sobr etodo en YouTube, y como te vamos a enseñar la mejora de 60 FPS vs 30 FPS (en este caso 24 FPS) es bastante notable, solo compara el movimiento en el siguiente vídeo, pero asegurándote de que la calidad de imagen está configurada a «1080p60» o superior, ya que si no no estás viendo a 60 fps:
Si hay tanta diferencia, ¿por qué la mayoría de vídeos y de contenidos audiovisuales están a 30 FPS o menos? Partamos de la base de que en YouTube los 60 FPS ya se están convirtiendo en algo estándar, pero desde luego no será así cuando estemos viendo la TV o una serie de Netflix. Esto se debe a que en su día se consideró el mínimo necesario para tener una percepción de movimiento fluida, algo que se ha demostrado durante décadas, ya que seguimos disfrutando de contenidos a esta tasa de fotogramas.
Entonces, los 25 FPS (PAL) / 30 FPS (NTSC) se convierten en el equilibrio entre viabilidad técnica (más FPS significa también mayor ancho de banda necesario y mejores cámaras requeridas) y buena calidad de imagen en movimiento.
La gran duda que nos queda es por qué se nota tanto en juegos, si en TV y contenidos de audio no tenemos ningún problema. Hay varios motivos que lo explican fácilmente:
- Un vídeo ya está renderizado a tasa de fotogramas constante, mientras que los juegos deben ser renderizados a tiempo real por el PC. Una media de 30 FPS significa que habrá momentos con menos FPS, puesto que el juego no carga el ordenador siempre por igual. Tendremos caídas de frametime que arruinarán nuestra experiencia de juego. Si los 30 FPS fuesen constantes, se vería mucho mejor.
- Cuando jugamos, tenemos el control de lo que pasa en pantalla. Esto provoca un efecto psicológico de inmersión en lo que ocurre en pantalla de manera muy fuerte, algo que no pasa en una serie o película, que veremos de forma más pasiva. En consecuencia, también esperamos un realismo del movimiento mucho mayor y somos más exigentes.
- Además de nuestro control del movimiento, suele haber más movimientos bruscos, que en contenidos audiovisuales suelen estar más camuflados.
Como vemos, la clave está en la percepción que tenemos. De hecho, piensa en el vídeo de arriba, que compara un movimiento a 24 FPS y a 60 FPS. ¿No crees que si el de 60 FPS no estuviese presente, el de 24 FPS no te parecería tan poco fluido?
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