6 de octubre de 2024

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Los OVNIS y la seguridad de la humanidad: del “mundo de las pseudociencias” a ocupar un despacho en la NASA

Los OVNIS y la seguridad de la humanidad: del «mundo de las pseudociencias» a ocupar un despacho en la NASA

La NASA va a dedicar más recursos a estudiar estos fenómenos, en aras de la seguridad nacional y aérea.GETTYLa NASA ha anunciado que va a crear un nuevo departamento dedicado a los UAP (antes OVNIS) y nombra un director de investigaciónInvestigarán "eventos en el cielo que no pueden identificarse como globos, aviones o fenómenos naturales

Irene Fernández Novo

La NASA va a dedicar más recursos a estudiar estos fenómenos, en aras de la seguridad nacional y aérea.GETTY


  • La NASA ha anunciado que va a crear un nuevo departamento dedicado a los UAP (antes OVNIS) y nombra un director de investigación


  • Investigarán «eventos en el cielo que no pueden identificarse como globos, aviones o fenómenos naturales conocidos desde una perspectiva científica»


  • Los expertos que han estudiado los datos recopilados sobre avistamientos no han hallado «ninguna evidencia de que los UAP tengan un origen extraterrestre»

La NASA va a contar con un nuevo departamento. Su objetivo: investigar y encontrar sentido a las «anomalías en los cielos” que han ocupado titulares en los medios estadounidenses y de todo el mundo, estos últimos meses. Este jueves, el director de la agencia estadounidense, Bill Nelson, anunciaba la creación de un departamento para el estudio de “Fenómenos Aéreos No Identificados”, los UAP por sus siglas en inglés (Unidentified Aerial Phenomena).

Así culmina sus trabajos el equipo de estudio independiente sobre los UAP que la agencia federal puso en marcha hace un año. Han presentado su informe final, y la conclusión es que no hay conclusión. Al menos, no desde el punto de vista científico. No han hallado «ninguna evidencia de que los UAP tengan un origen extraterrestre».

Pero, desde ahora, la NASA ayudará a investigar más y mejor esos «eventos en el cielo que no pueden identificarse como globos, aviones o fenómenos naturales conocidos desde una perspectiva científica». Y aseguran que lo harán por motivos de seguridad. Refiriéndose a la seguridad nacional y a la aérea, en general. «La NASA hará este trabajo de forma transparente en beneficio de la humanidad».

¿Cómo han llegado los UAP (antes llamados OVNIS) a ocupar un departamento del mayor organismo aeroespacial del planeta?

Con un ojo en los UAP y otro en la Luna

“Todo esto responde a la presión del congreso de EE.UU., que es quien aprueba anualmente los presupuestos de la NASA. Y también a la presión de la sociedad americana”, considera David Barrado, investigador del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC). Hay que recordar que cuatro de cada diez estadounidenses (41%), casi la mitad, cree en extraterrestres. Y cada vez son más. En 1999, era un 31%.

La NASA puede estar respondiendo a esas presiones, y podría estar aprovechando también para aumentar su protagonismo, en un momento en el que tiene potentes misiones en marcha para las que necesita importante financiación.

“La NASA necesita más recursos para hacer frente a estas nuevas operaciones y las que ya tiene en marcha”, explica Barrado. Ahora, necesitan muchos recursos para el programa Artemis, por ejemplo. Ahí es donde están focalizados los esfuerzos de la agencia en este momento, en la vuelta a la Luna. Estar en boca de todos, aunque sea por hablar de extraterrestres, puede ayudarles a conseguirla.

Aplicar a los OVNIS el método científico

Oficialmente, el objetivo es “dar una explicación más racional a estos eventos”, explica Barrado. Tomarlos en serio y abordarlos desde el punto de vista científico. Por eso han anunciado que “van a utilizar nuevas técnicas de inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático”. Porque una de las cosas que explicaba ayer Nelson es que “no hay datos de calidad suficientes” sobre estos avistamientos.

Hay pocas observaciones de alta calidad de estos UAP, lo que hace «imposible sacar conclusiones científicas firmes sobre su naturaleza», explicaba Nelson. Ahora, la NASA dice: “Vamos a analizarlo con el método científico”, explica Barrado.

Pero es muy crítico sobre cómo lo están haciendo. “Una cosa es decir eso y otra es la publicidad que le están dando y la forma en la que están tratando el tema, que es muy sensacionalista. No están manteniendo toda la objetividad que deberían mantener, de cara al público”.

Barrado califica de “patético”, por ejemplo, todo lo relacionado con las declaraciones de exmiembros del ejército estadounidense en el Congreso, este verano. Concretamente la de David Grusch, exoficial de inteligencia de la Fuerza Aérea de EE.UU., que llegó a decir que el Pentágono tiene en su poder restos de naves alienígenas y “restos no humanos”. Pero no aportó ninguna prueba al respecto.

“No hay evidencias”, recalca el científico. “A mí me parece bien que lo estudien, porque hay una serie de datos que muestran ciertas anomalías, pero que lo hagan con tanto sensacionalismo no es forma de proceder”.

No es pseudociencia, es seguridad nacional

El hecho es que, en los últimos meses, la NASA ha dado un salto importante en la forma de tratar este asunto. El tema “pasa de haber estado relegado como algo totalmente anecdótico, cercano más a la pseudociencia que a otra cosa, a entrar en el mundo de la defensa y las agencias de defensa”, dice Barrado. “Se ha retomado desde la perspectiva de la seguridad”.

Cree que el nuevo planteamiento de la NASA se puede interpretar así. “Si hay una serie de eventos (“anomalías” lo llaman) que no somos capaces de interpretar, y hay ya un cierto número de avistamientos, vamos a analizarlos con técnicas modernas para ver si encontramos algún patrón que nos permita explicarlos”.

La creación de este nuevo departamento dedicado a ello respondería ello, a un intento de “dar respuesta a lo que está ocurriendo”. Pero el hecho es que el asunto de los OVNIS “ha pasado del mundo marginal de las pseudociencias a ser tomado en serio”.

De los UFO a los UAP

De hecho, ha cambiado hasta la nomenclatura. Ya no se habla de UFO (los famosos OVNI en castellano) sino de UAP. El término UFO se acuñó en 1953 por parte de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Pero ahora, ya no se habla de “objeto volante no identificado”, que en el imaginario colectivo acabó siendo sinónimo de naves extraterrestres con forma de «platillo volante», sino de “fenómeno aéreo no identificado”.

Porque lo que se estudia ahora no necesariamente son «objetos», como explica Barrado en este artículo. El informe del comité de expertos encargado por la NASA y presentado este jueves se refiere a los UAP como «uno de los mayores misterios de nuestro planeta».

El cambio de nombre, no obstante, sigue sin hacer referencia al término “extraterrestre”. Porque desde la NASA insisten: no hay pruebas de que detrás de esos avistamientos haya un origen extraterrestre. Para tratar de conseguir más y, sobre todo, mejores evidencias, la agencia no sólo va a utilizar las herramientas de IA más avanzadas, también pide la «colaboración ciudadana».

Con ayuda de «observadores ciudadanos»

El informe presentado este jueves plantea, entre otras cosas, “recopilar datos de imágenes y de sensores de teléfonos inteligentes de múltiples observadores ciudadanos, como parte de un esfuerzo más amplio para recopilar de manera más sistemática informes públicos de UAP”. ¿Qué puede suponer esto?

“Yo creo que va a haber una excelente colección de datos atmosféricos”, comenta Barrado al respecto. “Muchos de ellos, simples eventos astronómicos que una persona normal puede no reconocer”, comenta el científico y divulgador, autor de libros como «Exoplanetas y Astrobiología» o «Peligros Cósmicos».

Coincide con lo que advierte otra investigadora del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC), Ester Lázaro, bióloga y experta en evolución de virus. “Cuanto más exploremos nuestros cielos, más posibilidades tendremos de encontrarnos con fenómenos que no sabemos explicar. Pero eso no significa que sean de origen extraterrestre. La experiencia nos muestra que en la mayor parte de los casos corresponden a efectos ópticos, globos espía o meteorológicos, chatarra espacial, o incluso satélites creados por nosotros mismos”.

¿Otros países harán lo mismo?

Lo que es probable es que, como hasta ahora, la gran mayoría de los datos de «observadores ciudadanos» que se recopilen sobre UAP procederán de EE.UU. “Hay un aspecto muy cultural en todo esto”, señala Barrado.

La mayoría de los avistamientos se producen, desde hace décadas, en ese país. ¿Por qué no los hay apenas en el resto del planeta? “Porque es cultural”, insiste el científico. Y avisa. “Esto no va a quedar aquí”.

“Esto va a seguir. Una vez que NASA abre la puerta, no va a ser la única agencia que lo haga”. Barrado apunta que podríamos ver a otras agencias nacionales creando departamentos sobre el estudio de UAP, a partir de ahora, a cuenta de la seguridad nacional y aérea. “No me extrañaría que los franceses o británicos también hicieran algo parecido”, advierte el científico.