20 de mayo de 2025

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¿Reyes egipcios predinásticos? Lo que Zahi Hawass no menciona (pero la historia sí)


Recientemente, el egiptólogo Zahi Hawass —figura emblemática y mediática de la arqueología egipcia— fue invitado al pódcast de Joe Rogan. En una charla extensa, Hawass desplegó su característico entusiasmo y defendió su visión ortodoxa sobre las pirámides, la construcción del complejo de Guiza y las capacidades técnicas del antiguo Egipto. Sin embargo, una afirmación suya llamó la atención de muchos oyentes: negó conocer alguna lista de reyes predinásticos.

¿Reyes egipcios predinásticos? Lo que Zahi Hawass no menciona (pero la historia sí)¿Reyes egipcios predinásticos? Lo que Zahi Hawass no menciona (pero la historia sí)

¿Pudo una civilización predinástica haber construido algunos de los monumentos egipcios utilizando técnicas perdidas en el tiempo?

Aunque no lo dijo de forma directa con esas palabras exactas, cuando Rogan mencionó teorías alternativas sobre civilizaciones anteriores y preguntó por evidencias olvidadas o destruidas (como en la Biblioteca de Alejandría), Hawass respondió con escepticismo. Dijo que todo lo que sabemos está basado en evidencia arqueológica verificable, y que él nunca ha visto pruebas de civilizaciones avanzadas previas al Egipto dinástico.

Esta postura es representativa del enfoque académico tradicional. Pero, ¿es cierto que no hay ninguna lista, rastro o memoria de reyes anteriores a Narmer, considerado el primer faraón histórico de Egipto y el unificador del Alto y Bajo Egipto hacia el 3100 a.C.? ¿Y qué hay de los textos del Templo de Edfu, o las tablillas descubiertas en Abidos? ¿Acaso toda la era predinástica es un mito moderno?

La historia olvidada antes de la historia

Contrario a lo que da a entender Hawass, sí existen registros —arqueológicos y mitológicos— de figuras reales anteriores a la Dinastía I. Aunque dispersos y a menudo fragmentarios, estos testimonios nos hablan de gobernantes que existieron antes de la unificación de Egipto, en una época que los propios egipcios describían como el tiempo de los dioses.

Las excavaciones en lugares como Abidos, Hieracómpolis y Naqada han revelado tumbas y objetos con inscripciones que refieren nombres como Ka, Iri-Hor, Escorpión I y II, y finalmente Narmer. Estos hallazgos no forman parte de una «lista» formal como la del Templo de Seti I, pero constituyen una secuencia coherente de liderazgos regionales que prepararon el camino para el Egipto faraónico.

Pero además de la arqueología, existen otros textos que nos invitan a pensar que los antiguos egipcios tenían una memoria mucho más profunda de su historia. El Templo de Edfu, por ejemplo, relata en sus muros la llamada Zep Tepi o ‘Primera vez’, cuando el mundo era gobernado no por hombres, sino por dioses: Ra, Shu, Geb, Osiris, Seth, Horus, entre otros. Esta era mitológica no era simbólica para ellos; formaba parte de su comprensión del orden cósmico.

A esa narrativa se suman los relatos conservados por Manetón, sacerdote egipcio del siglo III a.C., quien escribió una cronología donde los primeros reyes eran seres divinos que reinaron durante miles de años, seguidos por semidioses, héroes y, finalmente, humanos. (Si te interesa ahondar en esto último, te recomendamos nuestro artículo Cronologías imposibles).

Relieve en el templo de Edfu. Crédito: John Campana.

¿Ignorancia o estrategia?

Entonces, ¿por qué Hawass afirma no haber oído hablar de estas «listas»? La respuesta puede estar menos en el desconocimiento y más en una estrategia comunicativa. Durante la entrevista, el egiptólogo insiste una y otra vez en que todo lo que afirma está basado en evidencia directa, excavaciones personales y descubrimientos publicados. Se muestra reacio a discutir cualquier cosa que huela a especulación. Incluso ante la mención de tecnologías modernas como la tomografía por satélite para ver estructuras ocultas bajo las pirámides, prefiere descartarlas por no estar validadas por su propio equipo científico.

En ese contexto, cualquier referencia a reyes predinásticos —sobre todo si no proviene de fuentes centralizadas o instituciones reconocidas— queda fuera de su marco de legitimidad. Y aunque esta postura protege la disciplina del sensacionalismo, también limita el diálogo sobre períodos menos explorados, como la prehistoria egipcia.

Una mirada al pasado más profundo

Durante el mismo episodio del pódcast, Joe Rogan mencionó Göbekli Tepe, el enigmático yacimiento en Turquía datado en torno al 9500 a.C., considerado por muchos como el templo más antiguo del mundo. Es un sitio que desafía la narrativa convencional: fue construido por una cultura preagrícola, con una planificación arquitectónica impresionante, sin dejar rastro de ciudades cercanas o jerarquías conocidas.

Cuando Rogan lo plantea como prueba de que las civilizaciones avanzadas pueden haber existido mucho antes de lo que se creía, Hawass desestima rápidamente la comparación, insistiendo en que no hay evidencia de que tal conocimiento haya existido en Egipto antes de los faraones.

Göbekli Tepe, el santuario más antiguo del mundo, ubicado en Sanliurfa, sudeste de Turquía. El lugar fue levantado por cazadores-recolectores en el X milenio a. C. (ca. 11 500 años atrás), antes de que comenzara la sedentarización. Misteriosamente, todo este complejo de piedras, pilares y esculturas fue deliberadamente enterrado sobre el 8000 a. C., permaneciendo abandonado por espacio de 500 años.

Pero la existencia de Göbekli Tepe prueba, al menos, que la humanidad poseía habilidades técnicas, simbólicas y sociales para construir lo imposible… miles de años antes de las pirámides. Si eso ocurrió en el sudeste de Anatolia, ¿por qué sería impensable en el fértil valle del Nilo?

Tal vez, más que buscar una «lista de reyes», debamos aprender a leer las ausencias con la misma atención que las presencias, y a considerar que los silencios de la historia no siempre significan que no haya nada que decir… sino que aún no sabemos cómo escucharlo.

Por MysteryPlanet.com.ar.