Un nuevo estudio científico advierte que el universo podría llegar a su fin mucho antes de lo que se creía.


Los cálculos del equipo revelan que el tiempo de evaporación depende de la densidad de un objeto, siguiendo una relación tan simple como profunda: cuanto más denso es un objeto, más rápido se descompone. Crédito: Universidad de Radboud.
Investigadores de la Universidad Radboud, en los Países Bajos, recalcularon el tiempo que tardarán en desaparecer los últimos vestigios de materia, basándose en una revisión del fenómeno conocido como radiación de Hawking. Sus resultados, publicados en la Journal of Cosmology and Astroparticle Physics, indican que este proceso llevaría «solo» 10^78 años (10 seguido de 78 ceros) —una cifra significativamente menor a los 10^1100 años estimados anteriormente—.
El equipo, conformado por el astrofísico Heino Falcke, el físico cuántico Michael Wondrak y el matemático Walter van Suijlekom, dio continuidad a un trabajo anterior de 2023 en el que demostraron que no solo los agujeros negros, sino también objetos como las estrellas de neutrones, pueden evaporarse mediante un proceso similar a la radiación de Hawking.
Una nueva visión sobre el fin del cosmos
Tradicionalmente se creía que los cuerpos celestes más resistentes, como las enanas blancas, tardarían inconcebibles cantidades de tiempo en descomponerse. Sin embargo, según los nuevos cálculos, estas estrellas podrían evaporarse completamente en un lapso muchísimo más corto de lo que se creía, si se considera únicamente la radiación de Hawking y sus variantes.
«Así que el final definitivo del universo llegará mucho antes de lo pensado», explicó Falcke. «Pero, afortunadamente, todavía falta muchísimo tiempo».
Otro los hallazgos más sorprendentes del estudio es que tanto los agujeros negros estelares como las estrellas de neutrones tienen un tiempo de evaporación casi idéntico: 10^67 años. Aunque los agujeros negros poseen campos gravitacionales mucho más intensos, estos también reabsorben parte de su propia radiación, lo que ralentiza el proceso de evaporación.
Una colaboración multidisciplinaria
El estudio representa un ejemplo fascinante de cómo la combinación de disciplinas como la astrofísica, la física cuántica y las matemáticas puede abrir nuevas puertas al entendimiento del universo.
«Al explorar estos casos extremos, buscamos comprender mejor las teorías actuales y, quizás algún día, desentrañar el verdadero misterio de la radiación de Hawking», concluyó Van Suijlekom.
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