Vivo para mis domingos de mascarilla. Cada semana elijo minuciosamente cual será el secreto enmascarado que probaré sobre mi piel, y tomo la decisión en base a parámetros tan aleatorios como ¿estoy de viaje? ¿necesito una limpieza? ¿me apetece aplicarlo con pincel? ¿es bonito este packaging? ¿he probado antes algo de esta marca? ¿qué demonios hace el azafrán sobre el rostro? ¿realmente este producto viene del futuro?
En resumen: por las más variadas razones, he probado de todo. Y, aunque he encontrado productos fabulosos (algunas sorpresas que me han dejado indiferente, también), siempre quiero más. Por eso, cuando la marca de dispositivos de limpieza Foreo anunció el pasado enero en el CES de Las Vegas que lanzaba UFO [el nombre tiene miga, y un puntito de deseo premonitorio: ur future obsession], una revolución en el universo de las mascarillas, empecé a fibrilar.
No estaba sola en la galaxia de mis obsesiones: tras presentar el prototipo a principios de año, la marca animó a los potenciales clientes a hacer una pre-reserva a través de la plataforma digital Kickstarter. Era un dispositivo redondo, pequeño y funcionaba como una mascarilla en tan solo noventa segundos. Poco más se sabía y, aún así, recaudaron más de un millón de dólares para la producción del aparato con las ofertas early bird a mitad de precio. Casi 10.000 personas consideraron necesario gastarse un buen puñado de euros en un aparato que todavía no estaba ni fabricado.
Hace cinco días por fin llegó a mis manos el célebre UFO. En realidad, es como un pequeño ovni metálico sobre el que se colocan unas láminas circulares de microfibra cargadas con ingredientes activos. La idea es que, tras encender el aparato y ‘explicarle’ qué tipo de lámina se va a emplear (se puede hacer a través de una aplicación o pulsando un botón del propio device para seleccionar el programa que se va a usar), se desplaza, haciendo movimientos circulares, por el rostro. Noventa segundos bastan. Repito: no-ven-ta. No solo se tiene una sensación gozosa y de confort, sino que su tecnología lumínica LED, termoterapia (y crioterapia, en próximas ediciones de mascarillas) y pulsaciones sónicas ayudan a que la fórmula penetre más, mejor y en muchísimo menos tiempo. UFO es al universo de las mascarillas lo que los haikus al de la poesía: algo más corto, tremendamente bello y eficaz.
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