Nueva York. Corresponsal
En un planeta cada vez más cargado de incertidumbres –¿sobrevivirá al recalentamiento global?–, da la sensación de que, en lugar de centrarse en lo más cercano, se refuerza una tendencia a otear qué sucede en la galaxia para desentrañar ese dilema existencial del estamos solos o acompañados en el universo.
El asunto alienígena ha saltado a primera página. Hasta hace poco era cuestión de conspiradores, que veían platillos voladores en cualquier rincón, o de películas de serie B, de producciones de televisión con lagartos camuflados de humanos o filmes de gran Hollywood, ya fueran para explicar la trágica invasión marciana de Independence Day (1996) o el tránsito terrenal del amable ET (1982), al que le vence la añoranza –“Mi casa”– por regresar con los suyos.
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Que las cosas cambian se constató en el Congreso de Estados Unidos, que este miércoles se transformó en territorio insondable. Calificada de histórica, una subcomisión de supervisión de la Cámara Baja convocó una audiencia para indagar en el asunto de los fenómenos aéreos no identificados (UAP) –denominación oficial de los ovnis–, algo que cobró fuerza a partir del 2017 con declaraciones de pilotos de combate de la Navy sobre encuentros misteriosos con objetos que lograban una velocidad imposible. El objetivo de la sesión consistía en reclamar transparencia al gobierno, que por lo visto esconde secretos tenebrosos.
A falta de guionistas, que siguen de huelga, la sesión del Capitolio contó con un relato de cine. David Grusch, exoficial de inteligencia de la Fuerza Aérea, de la que se retiró en el 2023, confesó bajo juramento que el ejecutivo estadounidense guarda vehículos extraterrestres desde la década de los años treinta –uno en forma de campana que recuperó Mussolini– e incluso “restos biológicos no humanos”, que presuntamente pertenecerían a los pilotos de esas naves.
No ha certificado personalmente nada de eso, pero se lo explicaron compañeros de servicio. Grusch abrió la espita en junio con una entrevista en NewsNation. Algunos salieron algo decepcionados del Congreso. Bajo juramento resultó menos audaz que en los medios y se negó a ofrecer detalles en una audiencia pública de cosas clasificadas, que le podrían suponer una pena de cárcel, como nombres de las fuentes originales o especificar si han muerto colegas por las represalias para silenciarlos.
El Pentágono lo negó todo. Ni dispusieron en el pasado ni atesoran ahora material extraterrestre. La cúpula militar ya replicó previamente con un informe en el que sostuvo que los UAP podían ser muchas cosas (basura espacial, artilugios de espionaje chino, globos meteorológicos). Si bien numerosos casos no se podían concretar, descartaron su origen alienígena.
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Este debate se cruza, además, con una discusión académica en el mismo asunto. Una bola de fuego del espacio atravesó la atmósfera de la Tierra y se estrelló en el mar, el 8 de enero del 2014, en la costa de Papúa Nueva Guinea. Su localización, velocidad y brillo fueron registrados por sensores del gobierno de EE.UU.
Estos datos durmieron en una base de datos con otros fenómenos similares. Avi Loev, astrofísico de la universidad de Harvard, lideró una expedición el pasado mes al fondo marino del Pacífico occidental y recuperó restos de aquella bola de fuego. Tras su estudio, escribió que eso era una prueba de la existencia de vida extraterrestre. Muchos colegas no han tenido reparo alguno en descalificarlo. “La gente está harta de las afirmaciones salvajes de Avi Loeb”, señaló Steve Desch, astrofísico de la Universidad Estatal de Arizona, en las páginas del The New York Times. Loev, reputado cosmólogo, se quedó cautivado por la búsqueda de extraterrestres desde la aparición de un objeto estelar llamado Oumuamua, en el 2017. Los científicos debatieron si era un asteroide o un cometa de otro sistema solar, Loev argumentó que podría ser un artefacto de vida inteligente de origen galáctico.
En contra de los académicos, los alienígenas lograron un imposible en una sociedad de política confrontada. Republicanos y demócratas sintonizaron la misma onda.
Los extraterrestres importan.
Ovnis en el Congreso
El exoficial de inteligencia David Grusch declaró el miércoles en el Congreso (foto grande) que el gobierno de EE.UU. guarda vehículos y restos biológicos extraterrestres y mucha gente pensó en el Museo del Ovni de Rosswell, en Nuevo México (foto pequeña).
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