¿Batman ante su mayor desafío?
«You’re what’s got everybody so petrified?»»
Es obvio decir que para DC, Batman es posiblemente su personaje más importante. Se trata de un multiventas que gracias a sus características (oscuridad, entorno urbano, ambiente noir) se adapta a los tiempos y a la evolución del mercado con facilidad.
A lo largo de su historia ha protagonizado multitud de colecciones, series limitadas, especiales y crossovers. Ha sufrido vaivenes en función de los años (la época posterior a la edad de oro fue una auténtica prueba de fuego con sus aventuras de ciencia ficción naif) pero el aprecio del público lo ha situado al máximo nivel de importancia por parte de la editorial.
Batman ha sido el juguete con el que DC ha tentado a grandes autores para que lleven sus trabajos a las oficinas de Burbank ofreciendo su versión del Caballero Oscuro. Ya que se trata de un personaje muy jugoso por todas sus características y circunstancias.
Llegados a este punto, estamos en noviembre de 2023 y llega Jason Aaron para mostrarnos su versión del murciélago. El guionista acaba de finalizar una controvertida etapa en Los Vengadores y Punisher, provocando múltiples reacciones por parte del fandom a causa de sus polémicas versiones de los personajes. No hace falta ir muy lejos, simplemente leyendo los comentarios de algunas reseñas de sus obras aquí en la web, es fácil hacerse una idea de las emociones que suscita el escritor.
Ante esta circunstancia, los aficionados al murciélago viven en la incertidumbre de lo que se van a encontrar en la versión de Aaron del Cruzado de la Capa.
Batman Off-World es una miniserie de seis números. Por ahora solo hemos podido leer el primero pero ya podemos hacernos una idea de por dónde irán los tiros.
El Batman de Aaron es un Batman primerizo, un rookie de primer año, que apenas lleva meses como luchador contra el crimen. Es abducido por unos extraterrestres que lo encarcelan en su nave espacial. Allí el murciélago es consciente de su debilidad, de lo mucho que le falta para convertirse en el héroe implacable y brutal, el terror de delincuentes y supervillanos. Ha caído con demasiada facilidad ante los alienígenas.
El contraste entre los conceptos “Batman” y “abducción extraterrestre” puede ser chocante. Sin embargo, no nos olvidemos de que el Caballero Oscuro ya se ha encontrado con seres de otros planetas (obviamos a Superman que por aspecto y comportamiento es un personaje bastante poco extraterrestre) en muchas de las aventuras que vive con la Liga de la Justicia, en macro eventos o incluso en series limitadas como la reciente Fortaleza, donde debe impedir una invasión alienígena.
No nos engañemos. Estas aventuras “menos urbanas” de Batman suponen un reto para autores y personaje, un desafío para delimitar su entorno y no pegarse la fantasmada padre haciendo el ridículo (un abismo muy presente siempre en el género de superhéroes).
Aaron va un poco más allá. Fuerza la maquina metiendo a Batman en una nave repleta de alienígenas. Lo deja solo en un entorno 100% extraterrestre. Da la sensación de que el guionista haya decidido mezclar al azar aspectos antagónicos (como el murciélago y los aliens, Gotham y el cosmos) para desarrollar esta aventura. Es como si hubiera asociado estas dos ideas en una ruleta de conceptos de ficción, sin cortapisa ni veto, con ganas de epatar, demostrando tener mucha confianza en sus posibilidades.
Tiene una baza a su favor y es que Batman tiene una legión de fans incondicionales que no aceptan todo, pero sí casi todo, lo que les echen.
¿Y qué sale de todo este cocktail? ¿Cuál es el resultado?
Es algo raro, agridulce. La temática (o subtématica) es de cómic acción y ciencia ficción. Los diseños, la diversidad de los personajes, los robots, el entorno, el vocabulario… son de pura space opera comiquera. La oscuridad de Batman, sus gravísimos monólogos interiores y su frialdad dan un poco el cante. El tebeo tiene un aire cercano a la comedia y Batman parece que esté en un funeral. No en vano, su trayectoria editorial es un proceso de duelo continuo.
Estamos hablando de un personaje con la seriedad y solemnidad de Año Uno en la cantina de La Guerra de las Galaxias.
No es que en este caso, Aaron se pete la esencia del personaje pero sí que se marca el reto de no devaluarla o perderla metiéndola en una historia fuera de su “zona de confort”. De hecho, el Batman que nos muestra Aaron es duro y pétreo, totalmente arraigado al estereotipo del murciélago. Como muestra la escena final en la que se entrena de manera masoquista y cruel para mejorar sus habilidades de lucha y poder plantar cara a sus captores. Es la crudeza del dolor que está dispuesto a sufrir Batman debido a su pérdida, con el objetivo de ser el cruzado más implacable posible. Corre el riesgo de caer en la caricatura, pero por ahora aguantamos.
La historia es sencilla. Pasan cosas que se explican de forma moderadamente desestructurada, empezando por la mitad, yendo adelante y atrás para aclarar lo que ocurre y desvelar las pequeñas incógnitas con la que el guionista va captando nuestra atención desde el inicio. Es un trabajo de oficio, sin complicaciones para un escritor de cómics moderno.
Doug Mahnke (Green Lantern) se encarga del apartado gráfico. Al dibujante le hemos visto en mejores momentos, la verdad (en Infierno Verde, sin ir más lejos). Se multiplica para dibujar extraterrestres asquerosos, llenos de colmillos, con rasgos espeluznantes y con trajes espaciales originales. Sin embargo, el dibujo en ocasiones parece apresurado y poco acabado, con fondos sencillos y funcionales.
Narrativamente se ve lastrado por el texto excesivo que nos explica mucho de lo que vemos ya en la viñeta. La fluidez que le hemos visto a este dibujante en otras lides aquí queda escondida tras la turra redundante. Las primeras páginas del número son bastante atractivas y jugosas, puro cómic de superhéroes. Luego la cosa se va diluyendo un poco con la citada xerrameca.
En conclusión, se trata de un planteamiento interesante, curioso y retador que se mueve en el la encrucijada de un gran cómic de Batman o en una ocurrencia olvidable. Falta ver cómo se desarrolla la historia.
Pongamos una velita al espíritu de Bill Finger para que la moneda caiga por el lado bueno.
Lo mejor
• Una historia novedosa y llamativa.
• Hay momentos que harán las delicias del fan (palomitero).
Lo peor
• La incertidumbre de como va a continuar.
• Hemos visto mejor a Mahnke.
Guion – 7
Dibujo – 7
Interés – 7.5
7.2
Llega Jason Aaron a DC y se estrena con Batman. Ojos como platos.
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