Una máquina que combina el ingenio humano y tecnología de “otro planeta” comenzó a llamar la atención y, en los pocos casos de aquellos que pudieron verla en acción, también a maravillar a vecinos de Laboulaye.
Se trata de la “OVNIPOTENTE”, una invención del reconocido mecánico Daniel Fernando Garino Suárez, el “Gato Garino” hijo, quien concibió este proyecto que une una motocicleta con la popular representación de un “platillo volador” u objeto volador no identificado (OVNI), con el fin de regalárselo a su hija de 5 años de edad por su cumpleaños el pasado 5 de noviembre.
El papá de Angelina comentó a Nexos del Sur que la idea se puso en plena marcha tras el viaje de su hija junto a la mamá al Cerro Uritorco, en la ciudad de Capilla del Monte, uno de los epicentros de los creyentes en la vida más allá de nuestro mundo.
“De ahí vino enloquecida con los extraterrestres y los OVNIS”, contó Fernando, el cual añadió que tras el regreso a Laboulaye, Angelina le pidió que hiciera un “ONNI”.
Con una Yamaha “papá se puso y de la nada trató de inventar algo para que yo la pudiera llevar a ella” y “después de algunas pruebas experimentales, pude lograr que sea funcional”, dijo el Gato, agregando que tomó “todos los recaudos” para respetar la normativa de tránsito vigente.
“Todos paran para ver y yo paso despacito, a paso de hombre”, sostuvo quien hizo el OVNIPOTENTE con casi “presupuesto cero”.
Garino ya tenía recopilados materiales para la empresa, como “bandejas de aluminio y bandejas agujereadas que se usan en la panadería para hacer el pan”, al igual que acero inoxidable “también de panadería (de la parte de la cámara de fermentación) y del que se utiliza en las máquinas ordeñadoras (en los intercambios de temperatura)”, destinados a moldear la “cúpula” y “media esfera” del platillo.
“Tuvo un proceso de 5 meses de elaboración, aunque ya viene pensado de hace 5 o 6 años atrás. Y llegó el cumpleaños y ella estaba enloquecida”, expresó con emoción el mecánico e inventor, el que tiene varias propuestas para el OVNIPOTENTE.
Una creación inspirada en un sentimiento muy humano: el amor por su hija, que, como muchos de nosotros, sueña con saber qué hay muy arriba, donde se ven las estrellas.
Fotos: Leandro Andrés Bustos.
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