El reciente viaje espacial de Katy Perry junto a otras cinco mujeres a bordo de un cohete de Blue Origin ha despertado una oleada de teorías conspirativas en redes sociales.
El logo de la misión NS-31 de Blue Origin comparado con Baphomet.
Aunque la misión fue breve —duró solo 11 minutos y alcanzó una altitud de 100 kilómetros sobre la Tierra—, algunos usuarios en Internet aseguran que se trató de algo más que un logro en la exploración aeroespacial: para ellos, fue un «ritual satánico a plena vista».
La controversia se encendió por el diseño del parche bordado en los trajes espaciales, específicamente en el lado izquierdo del pecho, cerca del corazón. Este emblema, según Blue Origin, incluía símbolos personalizados para cada integrante del equipo: una estrella para la científica Aisha Bowe, un micrófono para la presentadora Gayle King, una balanza para la activista Amanda Nguyen, un rollo de película para la cineasta Kerianne Flynn, un fuego artificial para Katy Perry (en alusión a su canción Firework), y una ilustración de Flynn the Fly, el personaje del libro infantil de Lauren Sánchez (pareja de Jeff Bezos).
La elección de mostrar el cohete desde abajo en el logo de la misión puede haber sido para evitar connotaciones evidentes relacionadas con su forma fálica —más en una tripulación de mujeres—. No obstante, en un giro irónico, terminó alimentando una nueva polémica visual cuando el logo fue girado 180 grados.
Sin embargo, usuarios en plataformas como X afirmaron que el conjunto de símbolos, al voltear el diseño, «parece un Baphomet», figura asociada a menudo con el ocultismo y con cultos satánicos. También mencionaron que el número de mujeres (seis) y algunos gestos de Perry, como colocar la mano sobre el parche tras sonar una campana antes del despegue, serían señales de un supuesto ritual esotérico.
Incluso el accesorio que la cantante mostró en gravedad cero —una mariposa de papel con los nombres de las canciones de su próximo álbum Lifetimes— fue interpretado como una referencia a MK Ultra, un programa real de la CIA que en los años 50 y 60 experimentó con técnicas de control mental. Algunos teóricos sostienen que la mariposa monarca es un símbolo oculto relacionado con ese oscuro capítulo de la historia.
¿Por qué surgen estas teorías?
Este tipo de interpretaciones no son nuevas. La fascinación con lo oculto y la desconfianza hacia celebridades, gobiernos y programas espaciales suelen mezclarse en los discursos conspirativos. En este caso, se combinan varios factores «gatillo»: la presencia de una figura pública como Katy Perry (quien ya ha sido señalada antes por teorías similares), un diseño visual simbólico, un número asociado con supersticiones (el 6), y el misticismo que rodea al espacio y a los viajes más allá de la Tierra.
Algunos teóricos de la conspiración consideran que los viajes espaciales son montajes u «operaciones psicológicas» creadas por élites para manipular la percepción pública. Esto se entrelaza con ideas como el terraplanismo, que niega la esfericidad del planeta. Resulta irónico que estos vuelos, con cada vez más figuras conocidas a bordo, están destinados justamente a democratizar el turismo espacial y a refutar muchas de estas creencias pseudocientíficas infundadas.
En resumen, aunque no existe evidencia alguna de que el parche esté relacionado con símbolos ocultistas ni que el viaje haya sido parte de un ritual, las redes sociales vuelven a ser terreno fértil para interpretaciones alternativas que apelan a la emoción, la desconfianza institucional y la necesidad humana de encontrar patrones y significados ocultos en todo.
Mientras tanto, el turismo espacial sigue su marcha, y con cada nuevo despegue, acerca un futuro donde cualquiera podrá ver con sus propios ojos lo que hasta ahora solo ha sido posible para unos pocos: la curvatura de la Tierra, la inmensidad del cosmos, y el hecho incuestionable de que el planeta no es plano, sino una hermosa canica azul suspendida en la oscuridad del espacio.
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