Esto me paso en un bosque

Buenas noches. Mi nombre es Andrea y vengo a contarles lo que me ocurrió en mi cumpleaños numero 23.
Era una noche muy fría de julio en el pueblo de Santa Clara del Mar, Buenos Aires, Argentina.
Me encontraba tomando mates con un amigo y hablando de todo un poco. Me contó sobre un bosque del que muchos en el pueblo decían que se veían y pasaban cosas extrañas. Se comentaba incluso sobre avistamientos de ovnis y que debido a ello se sentía una energia especial en el lugar.
Yo pense que lo hacía para asustarme, entonces le dije, para seguir su juego: "¿Bueno y por que no vamos a ver si es cierto lo que decís?"
Primero nos reimos, pero luego de un silencio breve, comenzamos a pensarlo seriamente y sin dar mas vueltas al asunto decidimos ir.
Para llegar al bosque había que caminar unos 5 km para salir del pequeño pueblo de calles de tierra y luego unos 3 km por la ruta. Considerando que la temperatura no superaba los 4 o 5 °C, en las calles solo nos acompañaban los perros que correteaban algunos pasos detrás de nosotros.
Eran como las 2 am cuando llegamos a la entrada del bosque. La noche era helada pero hermosa y yo estaba feliz por pasar mi cumpleaños así, en una aventura.
Nos sacabamos fotos, nos reíamos. Incluso me reía cuando caí en una zanja que me cubrió de agua y barro hasta la cintura. Pero era joven y no sentía tanto el frío.
Todo era normal, hasta que pensamos que sería una buena idea pasar cerca del Cementerio Municipal de Mar Chiquita que quedaba cerca del lugar por donde ibamos… pues no lo fue.
A pocos minutos, luego de pasar la entrada del cementerio (que obviamente estaba cerrado y no pudimos entrar), escuchamos un ruido fuerte, como ramas golpeándose con el viento. Al mirar, vimos cómo un pino bastante alto se movia en zigzag, como si un animal enorme bajara por él desde la punta (cabe aclarar que en esa zona solo hay aves pequeñas, perros o animales de campo, pero ninguno que trepe ni sea tan grande como para que el árbol se moviera tanto). Lo más aterrador es que desde el arbol, el pasto comenzó a moverse, como si esa cosa caminara hacia nosotros. Estabamos quietos. Pero nos quedamos paralizados cuando vimos que del pasto no salió nada, se movía como si algo lo aplastara pero no había NADA. Era algo completamente antinatural, imposible de confundir con el viento. Teníamos tanto miedo que no pudimos mas que tomarnos de la mano y caminar para alejarnos de ese lugar porque el susto no nos dejaba correr… Caminamos rápidamente hasta el camino que llevaba a la ruta sin poder decirnos nada.
Nos fuimos a nuestros hogares y tratamos de dormir pues estabamos extremadamente cansados y confundidos con lo que acabábamos de vivir.

Y esa fue la primer noche…
Teníamos demasiada curiosidad sobre aquel lugar que por sobre todas las cosas era increiblemente atrapante.
La segunda vez que fuimos fue muy tranquilo. Pudimos explorar la zona del monte, sus hongos de tamaños poco comunes debido a la humedad y a la niebla que cubria el paisaje casi por completo. Recuerdo caminar por un claro despejado de árboles donde se filtraban algunos rayos del sol y sentir que estaba en otro mundo donde no transcurría el tiempo.
Nos entretuvimos juntando algunas hojas de laurel para la cocina.
La noche llegó mas rápido de lo que esperábamos y nos apuramos a salir de allí porque la arboleda era tan densa que solo podíamos guiarnos por algunas luces a la distancia…

Lo peor llegó en el tercer día… Esta vez con algo de luz, al atardecer. Pero no llegamos muy lejos.
Apenas estábamos caminando por el camino que bordea los laterales del bosque, mi amigo me miro alarmado, diciendome que voltee. Yo me rei pensando que era otra de sus típicas y constantes bromas. Pero no…
A unos 15 metros de mi vi una figura humanoide, completamente negra y alargada, como de 2 metros, corriendo agazapada entre los troncos de los arboles.. Era demasiado alta y rápida como para ser una persona. No podía distinguirse ningún rostro ni ojos, solo una intensa oscuridad.
Automaticamente comence a correr sin siquiera mirar si mi amigo estaba detras de mi y no pare hasta llegar a la ruta.
Mi corazón latía desbocado por la adrenalina. A los pocos segundos me reuní con mi amigo que venía detrás de mi sin poder creer lo que acababa de ocurrir.

Jamas volvimos al bosque estando solos. Mi última vez allí fue con otros 5 amigos. Uno de ellos incluso nos habló de que también tuvo una experiencia similar pero en su caso fueron 3 las figuras de sombra que también se desplazaban a rápida velocidad entre los troncos.
Esa noche los perros que nos acompañaban se sentían ansiosos y cada tanto gruñían hacia el viento.

Han pasado 15 años y me sigo preguntando que fue lo que vieron mis ojos esa noche. Quisiera decir que habíamos consumido alcohol o drogas pero sólo tomamos unos mates lavados y amargos.

Gracias por leerme