El ser humano todavía no ha encontrado vida extraterreste, pero las probabilidades de que no estemos solos en el Universo son bastante altas. En el imaginario colectivo, la representación de los aliens suele ser parecida en todas las culturas: marcianitos de color verde o seres monstruosos y peligrosos, a menudo plasmados con esa misma tonalidad cromática. Pero… ¿y si fueran púrpuras en lugar de verdes? Un estudio publicado por la Universidad de Cornell ha señalado que muchas de las bacterias terrestres que utilizan la radiación infrarroja para hacer la fotosíntesis contienen pigmentos morados. En los mundos púrpuras en los que imperen producirían “una huella luminosa” que los nuevos telescopios terrestres podrán rastrear.
“La bacteria púrpura puede prosperar en condiciones muy distintas, lo que la convierte en uno de los contendientes principales para [un tipo de ] vida que puede dominar una variedad de mundos”, ha declarado Lígia Fonseca Coelho, coautora del estudio ‘El púrpura es el nuevo verde: biopigmentos y espectros de mundos púrpura parecidos a la Tierra’. “Necesitamos crear una base de datos para [catalogar] los signos de vida y garantizar que los telescopios no pasen por alto la vida si esta no se parece a lo que hemos encontrado alrededor de nosotros cada día”, ha añadido Lisa Kaltenegger, directora del CSI (Instituto Carl Sagal) y coautora del estudio.
Los astrónomos han confirmado más de 5.500 exoplanestas, de los cuales 30 se parecen a la Tierra. Utilizando diversas herramientas como los telescopios o los observatorios, los investigadores estudiarán la composición química de estos mundos allá donde las condiciones sean propicias para la existencia de agua líquida en la superficie, por lo que analizarán su composición. Usando la vida en la Tierra como referencia, Coelho ha reunido y cultivado ejemplares de más de 20 bacterias púrpuras azufradas y no azufradas que pueden encontrarse en distintos ambientes y localizaciones, como las aguas poco profundas, los pantanos, etc.
Las bacterias moradas pudieron dominar la Tierra primigenia
De todos modos, las llamadas bacterias púrpuras no son solo moradas: las hay con pigmentos amarillos, naranjas y marrones: “Ya prosperan aquí en ciertos nichos”, ha comentado Coelho. Salen adelante con poca energía y luz roja o infrarroja, empleando sistemas de fotosíntesis que usan clorofila para absorber los infrarrojos sin producir oxígeno. Es probable que hayan prevalecido en la Tierra ancestral antes de que llegara la fotosíntesis de las plantas, de modo que tal vez sean adecuada para planetas que orbitan alrededor de estrellas enanas rojas frías, las más comunes en nuestra galaxia.
“Imaginad si no tuvieran que competir con plantas verdes, algas y bacterias. Un sol rojo podría proporcionarles las condiciones más favorables para la fotosíntesis”. Tras estudiar los biopigmentos de las bacterias púrpuras, las científicas han creado modelos para planetas similares a la Tierra en distintas condiciones y cubiertos de nubes. A través de un variado rango de ambientes simulados, las bacterias púrpura secas y mojadas han producido bioformas de colores intensos.
“Si las bacterias púrpuras están prosperando en la superficie de una Tierra helada, un mundo oceánico, una glaciación global o una Tierra moderna orbitando alrededor de una estrella más fría, ahora contamos con las herramientas para buscarlas”, ha explicado Coelho. “Estamos abriendo los ojos ante estos fascinantes mundos que nos rodean”, ha subrayado Kaltenegger. Está por ver si algún día confirmamos que no estamos solos en el Universo.