17 de diciembre de 2024

Extraterrestres

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OVNIS culés

OVNIS culés

Mi buen amigo (hasta el 1 de junio) Miguel Gutiérrez siempre me pregunta lo mismo: "¿Has visto platillos volantes por Barcelona?" Pero, al final, va a ser verdad. Últimamente se van viendo algunos platillos volantes sobrevolando por la ciudad condal. Son OVNIS de realismo, son objetos volantes no identificados que vienen cargados de sensatez y

Mi buen amigo (hasta el 1 de junio) Miguel Gutiérrez siempre me pregunta lo mismo: «¿Has visto platillos volantes por Barcelona?» Pero, al final, va a ser verdad. Últimamente se van viendo algunos platillos volantes sobrevolando por la ciudad condal. Son OVNIS de realismo, son objetos volantes no identificados que vienen cargados de sensatez y que llegan procedentes del planeta Narnia, que es donde habita desde hace tiempo la mayoría de culés. Hoy han llegado en concreto dos, uno poco sorprendente, el pilotado por Victor Font, y otro inesperado porque al volante iba ni más ni menos que Xavi Hernández, que hasta ahora ha sido uno de los principales colaboradores necesarios en la promoción de la milonga del Barça. Digo que lo de Font es menos sorprendente porque supongo que ya está en campaña, aunque hoy habría sido más creíble si esto mismo que ha dicho en Cataluña Radio lo hubiera dicho en su momento cuando se presentó a las elecciones contra Laporta. Entonces Font dijo pero no dijo, sólo sugirió, no quiso ser demasiado pesimista no fuera a perder y lo que le pasó es que acabó perdiendo por no decir la verdad, que es la que ha dicho hoy. ¿Y cuál es la verdad? Pues la verdad es que ahora mismo, en este momento, el Real Madrid está a años luz del Fútbol Club Barcelona.

El discurso de Xavi, sin embargo, es más interesante por eso mismo que decía antes, por lo inesperado del mismo. Nos ha pillado en fuera de juego oír a Xavi diciéndole a los culés que hay que tener paciencia, que la situación no es la de hace 25 años y que van a intentar competir… La sinceridad de Font sí sé a qué viene, la de Xavi no la entiendo. ¿Es posible que Xavi sea sincero porque sí? No lo creo. ¿Ha estado Xavi engañado todo este tiempo y esta mañana se ha levantado de la cama teniéndolo todo claro? Tampoco lo creo. ¿Por qué dice Xavi ahora lo que Koeman dijo allá por el año 2021 y que le costó por cierto el puesto? En lo de Koeman no vi estrategia alguna, en lo de Xavi sí. Yo creo que Xavi efectivamente sabe que la nueva era no la va a protagonizar su equipo, como decía Araujo, sino probablemente el Madrid, pero, además, lo que está diciendo con esto es «oiganme, yo haré lo que pueda con lo que me traigan». O sea, Xavi está derivando la responsabilidad a la dirección deportiva, a Deco, que el hombre también hará lo que pueda con lo que le dé Laporta.

Pero, sea o no una estrategia y aunque le duela, como supongo que le dolería en su día a Koeman, la única forma para resolver un problema es reconocerlo primero. Este es el camino de la recuperación y no el de infantilizar a la afición tratándola como si todos fueran críos de teta, hablándoles del Paraíso del tikitaka, del crowdfunding y de otras chorradas similares. Y a propósito de eso, a propósito del tikitaka: Xavi se ha quedado a medias. Si hoy hubiera confesado que con estos jugadores no puede hacer el fútbol que hacían él, Messi o Andrés Iniesta, la cura iría por buen camino. Porque si mintió en una parte, la de la situación del club, en la otra también lo lleva haciendo un montón de años. Xavi es uno de los autores intelectuales de la Narnia culé, él ha sido uno de los principales vendedores de crecepelo de la ciudad condal. Hoy, y procedente de Nunca Jamás, ha aterrizado en la pura, dura y, en su caso, cruda realidad, la de un club en quiebra técnica y en plena crisis deportiva. Le va a tocar ordeñar vacas viejas y flacas. Va a ser el pastor de un rebaño desnutrido. Y resulta que, a lo mejor, esa perspectiva empieza a no gustarle demasiado. Claro que, bien pensado, llevo un rato largo tratando de encontrar un hilo argumental coherente en alguien que hace tres meses empeñó su palabra en el adiós definitivo para decir hola de nuevo hace dos semanas.