El Subcomité de Seguridad Nacional en el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes dedicó la semana pasada una audiencia para la consideración de denuncias según las cuales el gobierno de Estados Unidos oculta información y evidencias sobre objetos voladores no identificados y sus tripulantes no humanos.
Los unidentified flying objects (objetos voladores no identificados) o UFO, por sus siglas en inglés, han recibido una nueva denominación y son ahora unexplained aerial phenomena (fenómenos aéreos no explicados) o UAP, por sus siglas en inglés. Es decir que en castellano ya no son ovnis, sino FANES.
Quienes dieron su testimonio ante los legisladores fueron el expiloto de combate Ryan Graves, de Americans for Safe Airpsace, el exfuncionario de los servicios de inteligencia David Grusch y el expiloto de la marina de guerra David Fravor.
Grusch añadió misterios al asunto cuando dijo que, si bien él personalmente no ha visto un UAP, sí conoce a «muchos colegas» heridos por UAP. También dijo que ha entrevistado a individuos que han recogido «material biológico no humano» entre los restos de algún UAP. Añadió que él prefiere el término no humano más que extraterrestre.
Los tres coincidieron en que los UAP representan un peligro para la aeronavegación y, potencialmente, una amenaza para la seguridad nacional. También estuvieron de acuerdo en que es posible que los UAP sean artefactos o aeronaves de espionaje o que operen o sean operados para probar los mecanismos de defensa de Estados Unidos y sus vulnerabilidades. Y los tres decepcionaron un poco cuando se rehusaron a presentar las pruebas de sus afirmaciones porque, según dijeron, se trata de material extremadamente secreto.
Ya en mayo de 2022, el Subcomité de Inteligencia sobre Antiterrorismo, Contrainteligencia y Contraproliferación había montado una audiencia en la que escuchó los testimonios de mandos militares acerca de los UAP. Fue esta la primera audiencia pública en el Congreso sobre los fenómenos aéreos no explicados desde 1969, cuando, todavía en plena Guerra Fría, la obsesión por la seguridad nacional oscilaba entre la sospecha de que los entonces ovnis eran avanzadillas de los extraterrestres y la suposición de que eran artefactos de espionaje y posible agresión soviética.
La pausa de poco más de medio siglo en la preocupación de los legisladores acerca de los UAP no ha estado acompañada de una disminución en los informes de vistas de objetos que aparecen en el cielo o son observados por radares de aviones, para los cuales no se encuentran explicaciones claras.
El interés renovado y bipartidista por este asunto coincide con una era en la que los estadounidenses se muestran cada vez más escépticos acerca del gobierno –no tal o cual administración, sino el Estado en sí– y más propensos a encontrar conspiraciones y encubrimientos por todas partes.
El representante Robert García, demócrata de California, sostuvo que «el mero número de estos informes, las denuncias de funcionarios y las historias acerca de fenómenos anómalos no identificados tienen que motivar preguntas reales y ameritan la investigación y la supervisión».
«Los UAP, sean lo que sean, pueden ser una amenaza grave para nuestra aeronáutica civil y militar. Es algo que tenemos que aclarar», agregó.
La representante Virginia Foxx, republicana de Carolina del Norte, se sumó a los reclamos de transparencia y apuntó que Sean Kirkpatrick, director en el Pentágono de una oficina denominada Resolución de Anomalías, había dicho antes al Congreso que «no hay pruebas creíbles» de vida extraterrestre.
Grusch tentó aún más la curiosidad de los legisladores con su afirmación de que está «absolutamente seguro» de que el gobierno federal tiene en su posesión UAP, y mencionó entrevistas que, dijo, ha llevado a cabo con 40 testigos a lo largo de cuatro años. El exfuncionario afirmó que estuvo a cargo de un programa del Departamento de Defensa para analizar los informes de vistas de UAP y se enteró de un programa del Pentágono que «por décadas» ha procurado recoger y reconstruir UAP que se estrellaron.
Según Grusch, ese programa del Pentágono se ha financiado «sin supervisión del Congreso y con malversación de fondos», pero se negó a dar detalles, una vez más, porque es información «que sigue siendo secreta».
La audiencia, que atrajo por un rato la mucha atención de un público que por décadas ha especulado acerca de formas de vida extraterrestres, inteligencias espaciales y naves procedentes de otros países, concluyó sin conclusiones.
Es verano, uno de los más calurosos en la historia del país. El expresidente Donald Trump ha sido encausado por tercera vez. Ha habido un aumento en el número de casos en los que las picaduras de garrapatas aparecen vinculadas con reacciones alérgicas a las carnes rojas. Meghan Markle y el príncipe Harry revelan en un nuevo video por qué Archie y Lilibet estarán «agradecidos».
Al parecer lo único cierto por ahora acerca de los UAP es que si los extraterrestres existen, no tienen mucho apuro por dar la cara.
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