La búsqueda de otras civilizaciones en el cosmos captó nuevamente la atención del público, esta vez con un hallazgo inquietante. Un equipo internacional de investigadores analizó millones de estrellas en nuestra galaxia, identificando emisiones de calor infrarrojo de algunas de ellas que sugieren la posible presencia de estructuras masivas conocidas como esferas de Dyson, un signo hipotético de civilizaciones avanzadas.
El estudio, publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Academy of Sciences bajo el título «Proyecto Hephaistos – II. Candidatas a esfera de Dyson de Gaia DR3, 2MASS y WISE», ha generado especulaciones sobre la existencia de civilizaciones extraterrestres avanzadas. Liderado por Matías Suazo, estudiante de doctorado en el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Uppsala en Suecia, el equipo identificó un exceso de radiación infrarroja en siete enanas rojas situadas a menos de 900 años luz de la Tierra.
Las esferas de Dyson, propuestas por el físico Freeman Dyson en los años sesenta, son estructuras teóricas capaces de rodear una estrella para aprovechar su energía. Tal tecnología implicaría un nivel avanzado de desarrollo, concretamente el Nivel II de la Escala de Kardashev, que clasifica a las civilizaciones según su capacidad para manejar la energía. Estas esferas podrían servir como tecnomarcadores, y según la hipótesis del equipo, deberían emitir un brillo infrarrojo detectable.
«En este estudio, presentamos una búsqueda exhaustiva de esferas de Dyson parciales mediante el análisis de observaciones ópticas e infrarrojas de Gaia, 2MASS y WISE», explican los autores del estudio.
El análisis de aproximadamente 5 millones de fuentes reveló un exceso de radiación infrarroja inexplicable en siete enanas rojas. Estas estrellas aparecían hasta 60 veces más brillantes en el infrarrojo de lo esperado. «La explicación más fascinante podría ser la existencia de esferas de Dyson», afirmó Suazo a New Scientist.
Este exceso de radiación podría estar causado por algo con una temperatura de unos 25 °C, consistente con una esfera de Dyson. Hasta el 16 % de cada estrella tendría que estar oscurecida para explicar la señal, lo que sugiere la posible existencia de un enjambre de Dyson, una variante que consiste en grandes satélites orbitando una estrella para recolectar energía.
A pesar de la fascinante posibilidad, los investigadores reconocen que es prematuro considerar estas observaciones como pruebas concluyentes de civilizaciones avanzadas. «Definitivamente, se necesitan análisis adicionales para desvelar la verdadera naturaleza de estas fuentes», concluyen los astrónomos en su nuevo estudio.
Existen explicaciones naturales para este fenómeno, como discos de escombros formadores de planetas o alineaciones casuales con galaxias lejanas. «Podría ser algo muy raro, como la colisión de dos planetas que produzca una gran cantidad de material», sugiere David Hogg, de la Universidad de Nueva York, a New Scientist.
La investigación continúa y el telescopio espacial James Webb podría ofrecer nuevas perspectivas sobre estos misteriosos hallazgos. Mientras tanto, el equipo reafirma la necesidad de más análisis para esclarecer la verdadera naturaleza de estas emisiones infrarrojas, manteniendo abierta la puerta a la posibilidad de un día encontrar pruebas de vida inteligente más allá de la Tierra.
Más historias