Hace un poco más de 20 años, una sonda secreta enviada por la NASA, descubrió miles de domos de energía dispersos por toda la superficie de Fobos.
Estos domos no eran simples formaciones naturales; eran estructuras claramente artificiales, lo más desconcertante fue que cada uno albergando cuerpos humanoides en estado de hibernación.
Los domos parecían joyas relucientes esparcidas por el paisaje desolado y polvoriento de la luna, pero al acercarse, revelaban su verdadera naturaleza: estructuras imponentes y claramente artificiales que desafiaban las leyes de la física y la comprensión humana.
Su superficie estaba compuesta de un material transparente que irradiaba un resplandor que iluminaba la oscuridad de Fobos.
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