10 de noviembre de 2024

Extraterrestres

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El muchacho con cara de ángel y ojos extraterrestres: un perfil de Rowland S. Howard

El muchacho con cara de ángel y ojos extraterrestres: un perfil de Rowland S. Howard

Por Gerónimo Pose | @geronimo.poseTenía cara de ángel y ojos de extraterrestre. Era el mejor guitarrista de Australia, afirma Nick Cave, que lo conoció estudiando pintura en el instituto tecnológico de Caufield. Escribió "Shivers" a los dieciséis años, convirtiéndolo automáticamente en una leyenda.Nació en Melbourne el 24 de octubre de 1959.Aprendió a tocar el piano a

Por Gerónimo Pose | @geronimo.pose

Tenía cara de ángel y ojos de extraterrestre.
Era el mejor guitarrista de Australia, afirma Nick Cave, que lo conoció
estudiando pintura en el instituto tecnológico de Caufield. Escribió «Shivers» a los dieciséis años, convirtiéndolo automáticamente en una
leyenda.

Nació en Melbourne el 24 de octubre de 1959.

Aprendió a tocar el piano a una corta edad y
se dice que solo fue a un par de clases de guitarra, abandonándolas tras comprarse
un libro de acordes y enseñarse a sí mismo el funcionamiento y los secretos que
esconde ese cuerpo con un mástil, un clavijero y seis cuerdas. Su primer grupo
fue The Young Charlatans con quienes alcanzó cierta popularidad en su área y
grabó unos cuantos demos, pero rápidamente se disolvieron.

En 1978 se unió a los
Boys Next Door, con el infame Tracy Pew en bajo, Mick Harvey en guitarra, Phil
Clavert en batería y Mr. Cave como vocalista. Con un único LP titulado Door, Door de 1979, la banda adquirió el
éxito comercial con «Shivers», escrita por Rowland, a pesar de que la canción
haya sido prohibida en varias radios por tratar temas como el suicido.

El grupo
se embarcó en una aventura hacia Londres, donde la escena underground estaba en
ebullición tras los últimos estertores del punk. Con boletos solo de ida,
convivieron en una casa de una sola habitación, todos con sus respectivas
parejas. Cambiaron el nombre de la banda a The Birthday Party y se
incursionaron en un trip autodestructivo de canciones y presentaciones en vivo
violentas, enfermedades, drogas y autodescubrimiento.

Esa casa tenía los
vidrios rotos por las pedradas que les tiraban los vecinos al caer en la cuenta
que un grupito de jóvenes punks había invadido el barrio. La puerta era
directamente carbón ya que la habían prendido fuego unas tres veces (que ellos
recuerden). Casa repleta de ángeles morfinómanos y heroinómanos que buscaban
ahogarse, abstraerse de un mundo que no fue construido para ellos.
Influenciados por los Stooges y Jacques Brel, The Birthday Party era realmente
agresiva, no había nadie como ellos.

Las presentaciones en vivo son
extremadamente recordadas, incluso hace unos pocos meses se anunció la salida
de Mutiny in Heaven (2023) documental
que recorre la historia del grupo y sus particularidades mostrando, además de
entrevistas a sus miembros (los que quedan con vida), material de archivo
espectacular. Ahí están Mick, Rowland y Cave vestidos como héroes góticos
mientras Tracy Pew parecía un monolito traído de otro planeta dentro del grupo,
vestido como si fuese un cowboy salido de un western de bajo presupuesto. Con
su respectivo sombrero, bigote y jeans ajustados sin duda fue el alma mater en
cuanto a la estética discordante del grupo, tocando el bajo totalmente
exorcizado, terminando casi siempre tirado en el piso, vaya uno a saber si por
haber entrado completamente en el trance musical o por su elegante adicción a
la heroína y el alcohol.

Allí, en Londres, consiguieron
cierto reconocimiento —giraron por los Estados Unidos, Europa y Australia junto
a Misfits— pero eso no fue suficiente. El horizonte era amplio, al igual que la
locura colectiva que manejaban. Terminaron mudándose todos a Berlín, donde
desarrollaron un estilo disonante, mezcla de no wave y post punk
esquizofrénico. Las letras se mantenían coherentes con su sonido, tratando
temas como el suicidio, el incesto, murciélagos, asesinatos y diversas formas
de llevarlo a cabo. Y la sangre: producto de jeringuillas usadas más de lo
debido. Llegaron a publicar tres discos, hasta que la relación entre Cave y
Howard fue insostenible. Los vicios y el encarcelamiento de Pew tuvieron, por
supuesto, que ver en esta separación del grupo en 1983.

Rowland era un guitarrista extraordinario, un
ejecutor original de su instrumento. No sería difícil que lo aceptaran en otro
grupo o mismo que creara uno él, como pasó más adelante. Si bien su obra no es
extensa, su capacidad creativa rompía con los esquemas. El
punk y todo ese estilo más bien ignorant
, casi que inocente en cierto punto, recién se estaba disipando (principalmente
desde la muerte de Sid Vicious). Por eso, la aparición de alguien con tal dominio del
instrumento merece ser más recordada de lo que actualmente es.

Además
de ser un excelente guitarrista y de tocar el piano, era un gran letrista. En sus trabajos solistas y en sus otras bandas, queda claro. Antes, quizás un tanto opacado
por la monstruosa capacidad compositiva de Mr. Nick Cave. «Shivers», un tema que puede esté a la altura del waltzing matilda en la cultura popular australiana lo
escribió Rowland a sus dieciséis años. Un tema que comienza diciendo que estuvo
contemplando el suicidio, pero que no es su estilo. Generando en sus versos una
atmósfera emotiva que explota en el acotado coro y la repetición de «Down My Spine»  con su respectivo coro reverberado,
ejecutado de forma preciosa por Cave en el primer LP de Boys Next Door.

Crime & the City Solution era una banda de
rock australiana que se había disuelto en 1979. Con solo algunos demos y
grabaciones caseras, ostentaban una formación especial y un sonido abrasivo que
sedujo a algunos miembros de The Birthday Party como Mick Harvey y al propio
Howard. Liderada por Simon Bonney, grabaron Room of Lights (1986), un desfile
de punk y blues vampiresco. Un dato curioso es que Wim Wenders eligió un tema
de este disco, el deslavazado Six Bells Chime para su película El cielo sobre
Berlín
(1987) donde incluso la banda hace un cameo como conjunto tocando en un
club.

El grupo tuvo una trayectoria corta, pero por demás intensa, hasta su
disolución en 1986. Ahí fue cuando Howard conoció a Nikki Sudden y este logró que lo incluyeran en el disco I Knew Buffalo Bill (1987), una obra de culto en la
cual participaron Sudden, Jeffrey Lee Pierce, entre otros. También en ese año
grabaron junto a Sudden el magnífico Kiss You Kidnapped Charabanc (1987).

Volvió a Berlín y formó (lo que
para mí es) su mejor creación, la banda These Inmortal Souls, junto a Genevieve McGuckin, su pareja de entonces.
Howard escribió las letras y decidió, de una vez por todas, cantarlas. Puede que no le haya quedado otra o por un extraño impulso que lo empujó a tomar
el micrófono.

Una voz monótona, cansada y sin registro lanzó versos de extrema
lucidez oscura. Su primer disco, Get
Lost (Don’t Lie!)
, editado por Mute, es una oda al amor, a las
construcciones narrativas, al desapego con uno mismo y la violencia. Hay
distintas grabaciones en vivo que se pueden encontrar en YouTube donde muestra
a These Inmortal Souls como una
agrupación capaz de aplastar al público.

Hay elementos que son herencia de The
Birthday Party, pero hay cierto condimento que los diferencia. Las
introducciones en ocasiones son más extensas, se incluye la guitarra acústica —todo un hito para una banda con ciertos rasgos del post punk— e incluso hay
temas como «Hey! Little Child» que suenan de ultratumba.

Lydia Lunch, Howard y Genevieve
McGuckin habían decidido meterse en el estudio para grabar un disco que tuvo
unas sesiones por demás truculentas. Se desconoce si Cave y Howard habían
recompuesto su relación, lo cierto es que en la grabación del mismo ayudaron el
propio Cave y Mick Harvey. Las grabaciones llevaron el nombre de Honeymoon in Red, pero este vio la luz
años más tarde gracias a los esfuerzos de Lydia Lunch, que a esa altura ya era
todo un icono en la cultura no wave.

Se dice que fueron sesiones pesadillescas,
al punto en el que Harvey y Cave pidieron no estar en los créditos de lo que
haya salido de ellas. Sólo logró publicarse, en su momento, un sencillo de Lunch
y Howard con una versión fantasmagórica de «Some Velvet Morning», escrita y cantada originalmente por  Nancy Sinatra y Lee Hazlewood.

En la portada
están a ambos abrazados, tapados apenas por una sábana que cubre sus
pechos. Las caras maquilladas, la mirada desafiante de Lydia y los ojos de
ángel de Rowland. Esa composición contiene pianos, destellos de guitarras a
esta altura demasiado característicos (algo así como chillidos de una bestia
agazapada), una percusión infantil, una interpretación grave y poco habitual de
Rowland, y la participación de Lydia Lunch en los coros que, junto a las
anecdóticas sesiones de grabación, rodea de un misticismo extraño a la canción.

Nick Cave y Rowland Howard

Nick Cave y Rowland Howard

These Inmortal Souls funcionaron hasta mediados de la década de los 90. A
partir de ahí, dedicó todos sus esfuerzos a construir su carrera solista, que
solo tuvo dos álbumes. En 1995 volvió a Melbourne, donde se casó con Jane
Usher. Teenage Snuff Film (1999),
donde está la canción «Dead Radio»,
un precioso retrato de una relación disfuncional, con arreglos orquestales,
punteos de guitarra eléctrica y un ritmo ecléctico que envuelve a la canción.

Al igual que la versión que hizo de «White Wedding», compuesta por Billy Idol y la explosiva «She Cried» que cuenta con una versión en vivo fascinante donde hay un Rowland vestido con una camisa rosada, cantando de ojos cerrados y la
guitarra colgando a la altura de sus rodillas totalmente abatido. Y Pop Crimes
(2009), donde la canción que le da título al disco comienza con un golpe de
batería y una línea de bajo que danzan al unísono aguardando la entrada de la
guitarra que aparece con tanta elegancia que sorprendería a cualquiera. Una
canción que se extiende en su trip sónico durante siete minutos y que comienza
con una pregunta: ¿Are you Stalin’s secret daughter? 

Fueron dos guitarras a lo largo de
su carrera las que lo acompañaron principalmente. Una Gibson Firebird por Ibanez que usó hasta mediados del 78 y una
Fender Jaguar (modelo de fines de los años 60) que luego fue su preferida hasta
los últimos instantes de su vida. A esa Jaguar, de color blanco y detalles verde
fosforescentes en su cuerpo, se la ve en prácticamente todas las presentaciones
que hizo en vivo y sirven como evidencia de que Rowland amaba ese modelo. Como
frontman tomaba una postura austera, limitándose al saludo inicial y a cantar
pegado al atril del micrófono. Pero aquella forma de manejarse con el
instrumento era todo un acontecimiento.

La causa del fallecimiento del
ángel con ojos de extraterrestre, capaz de hacer producir un choque
automovilístico con su guitarra —como lo hubiese querido Patti Smith— fue la
de un cáncer de hígado. A comienzos de los 2000, Howard sufría de hepatitis C y
se dice que los medicamentos fueron paulatinamente debilitando sus capacidades
físicas. Su adicción a la heroína en sus años de gloria le pasaron
factura. En esos años se presentó en algunos festivales y venues de Australia.

Su enfermedad era de público conocimiento y
verlo encima de un escenario era todo un hito. El público le perdonaba los
pifies, los acoples y cuando se olvidaba de la letra. Tocó por última vez un
mes antes de morir, en un bar de Melbourne llamado The Prince, ya evidentemente muy enfermo, donde quienes estuvieron
presentes ese día recuerdan que hizo muchos chistes al respecto. El trasplante
de hígado nunca llegó y al recordado verso de Nicanor Parra al respecto de la
muerte de Bolaño podría agregarse, «le debemos un hígado a Bolaño y a Rowland
S. Howard». Murió el 30 de diciembre de 2009, dos meses después de haber lanzado
su segundo disco.