MADRID, 24 Mar. (CulturaOcio) –
Ya está en Netflix El problema de los 3 cuerpos, la serie que lleva a la pantalla la exitosa novela de ciencia ficción del autor chino Liu Cixin. Una obra, la primera de la trilogía El recuerdo del pasado en la Tierra, que está plagada de conceptos científicos y tecnológicos complejos y en la que la que la mecánica celeste, los enigmas físicos, la comunicación interestelar y la nanotecnología son clave en la trama.
Y precisamente vinculados estrechamente a estos dos últimos conceptos, la nanotecnología y la comunciación interestelar, están los sofones (sophons), elementos clave en la segunda mitad de la serie.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Tras sus primeros capítulos, que conforman un arranque tan desconcertante como adictivo, El problema de los 3 cuerpos confirma que la historia trata de cómo, después de que una científica china respondiera a una señal de radio en los años 60, una civilización extraterrestre conoce nuestra posición y está en camino hacia la Tierra… con no muy buenas intenciones.
Y como parte de su gran plan para colonizar el que esperan que sea su nuevo hogar, después de haber huido de su mundo para evitar su extinción tras el colapso planetario en un viaje que engloba más de cuatro siglos, los San-Ti han enviado hasta el planeta unos artefactos tecnológicamente inimaginables actualmente para la humanidad a través de los que, a pesar de estar aún a años luz de distancia, los alienígenas ven todo lo que se dice y hace en la Tierra de forma instantánea.
Denominados sofones, estos dispositivos les permiten también interactuar de forma casi quirúrgica en el planeta creando fallos en dispositivos clave, desinformación, caos y, también, la cuenta atrás regresiva que hace que los científicos se quiten la vida si no abandonan sus investigaciones.
Por tanto, el fin último es «destruir la ciencia» para así «desarmar a la humanidad» y que, a pesar de que cuente con 400 años para prepararse, no encuentre respuesta posible ante las fuerzas colonizadoras extraterrestres. «Vamos a acabar con vuestra ciencia. Lo haremos con los sofones», le dice la IA del presunto juego de realidad virtual interpretada por Sea Shimooka con el que los San-Ti reclutan a sus «aliados» humanos a Thomas Wade (Liam Cunningham) y Jin Cheng (Jess Hong). Una conversación de lo más reveladora que tiene lugar en el quinto capítulo y en la que los extraterrestres ponen todas las cartas encima de la mesa.
UN PROTÓN CONVERTIDO EN UN SUPERORDENADOR
Un sofón, explica la IA, es un protón que con su avanzada tecnología los alienígenas han convertido en un superordenador siliente. «No se puede hacer un ordenador tan pequeño. Es imposible», espeta Jin. «Imposible para vosotros. El universo tiene más dimensiones que las tres que ocupamos. Están ocultas, contraídas a una escala tan pequeña que no las vemos. Pero tenemos la tecnología para desplegarlas. Invocamos energías que ni os imagináis. Y las concentramos en un solo protón«, explica la portavoz alienígena.
«Cuando desplegamos esas dimensiones incluso un minúsculo protón se convierte en algo gigantesco», prosigue revelando que hay cuatro sofones conectados «a nivel cuántico». «Dos los tenemos nosotros. Y los otros dos os los hemos enviado. Todo lo que ellos ven y oyen, lo vemos y oímos al mismo tiempo. Aunque estén a años luz de distancia», asegura.
Y es que, continúa explicando, «un protón prácticamente no tiene masa» y por tanto «acelerarlos a una velocidad cercana a la de la luz es fácil». «Incluso vosotros sabéis hacerlo. Entraron en vuestro sistema solar hace meses. Los mandamos a vuestro planeta, a los lugares en los que vuestras mentes más brillantes estudian la realidad a su nivel más fundamental. Y vamos a destruir la ciencia que podría derrotarnos. Las respuestas a vuestras preguntas se volverán caóticas y absurdas. El universo continuará siendo un misterio para vosotros«, expone de forma amenazante.
DESARMAR CIENTÍFICAMENTE A LA HUMANIDAD
La estrategia de los San-Ti es, por tanto, desmontar el entramado científico de la humanidad, haciendo fallar sus sistemas, desinformando y, también, obligado a los investigadores más brillantes a cesar en su labor o a quitarse la vida. Los sofones prepararán durante cuatro siglos el terreno para que la flota extraterrestre no encuentre oposición, tome el planeta y extermine a la humanidad.
«En lugar de la verdad, os hemos dado milagros, hemos envuelto vuestro mundo en ilusiones. Os hacemos ver lo que queremos que veáis. Estamos en todas partes, en cualquier parte, siempre observando, descubriendo vuestros secretos, destapando vuestras mentiras. Os enseñaremos a volver a tener miedo«, concluye la IA. Una amenaza que no se queda solo en palabras.
Y es que, poco después de esta conversación, los sofones se despliegan y en todas las pantallas del planeta aparece, en distintos idiomas, el mismo mensaje: «No sois más que insectos». No contentos con eso, los alienígenas envuelven todo el firmamento con una extraña cúpula en la que se puede ver un amenazante ojo que observa atento desatando así el caos y el pánico en todo el planeta.
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