El fenómeno OVNI en España está ligado al nombre de JJ Benítez. Autor de más de 70 libros, el escritor navarro tocó la cima del éxito con Caballo de Troya, título que estuvo durante más de 200 semanas como número uno en ventas en 1984.
Parco en palabras, de voz reposada y tranquila, Benítez se está acostumbrando ahora a vivir sin su esposa Blanca, fallecida a principios de año a causa de un cáncer. “Duró 280 días. 280 días terribles luchando contra el cáncer, confiando, esperando una salvación y al final no la hubo”, dice agachando la mirada en el hall de un lujoso hotel de Madrid donde atiende a los medios de forma individual.
El escritor presenta Mis Primos (Ed. Planeta) donde recoge miles de casos de OVNIS alrededor del mundo: desde pinturas rupestres a avistamientos aéreos pasando por apariciones marianas. Por suerte para él, las críticas ya no le preocupan porque se ha dado cuenta de que “este fenómeno es real, es auténtico y merece la pena seguir investigándolo”.
– Ha titulado el libro Mis primos, entre comillas, ¿Esto es porque considera ya a estos seres como de la familia?
Es una pequeña broma. Entre los investigadores cuando nos referimos a estas civilizaciones utilizamos la broma de mis primos, no tiene más trascendencia.
– Recoge en este libro cientos de casos de OVNIS. ¿Influye el lugar en el que aparece ese objeto en cómo esa cultura interactúa con él?
Claro. Esto se ve mejor cuanto más atrás en el tiempo, en la antigüedad se ve con más claridad. Por ejemplo, 3.300 años, Moisés ve algo que le llama muchísmo la atención y que él identifica con Dios, con Yahveh, pero que evidentemente, a la vista de lo que te cuenta el Antiguo Testamento, eran objetos, naves en forma de columna de fuego, columna de humo, de la que entran y salen unos carros de fuego más pequeños, que es lo que ahora estamos investigando hace ya muchos años. En esa época la gente lo interpreta como dioses, los Elohim. En la Edad Media también, porque no tenían referencias de otro tipo, los identifican como seres diabólicos, como el diablo. En la actualidad las culturas normalmente saben de qué va esto y lo identifican con lo que probablemente es, es decir, civilizaciones no humanas.
– Cuando va usted a un lugar con este tipo de avistamientos, ¿Qué es lo que más le impresiona cuando entrevista a una persona?
Si el caso es auténtico, todo lo que te cuenta es interesante.
– Eso le iba a decir, ¿Le han intentado timar alguna vez?
Sí, en algún caso y por razones muy distintas. O bien por protagonismo, venganza o de economía. Pero son los menos, son muy pocos. Es relativamente fácil de descubrir porque yo uso una táctica muy sencilla: interrogar a una persona y al cabo de un tiempo volver a interrogarla de nuevo para saber si está contando la verdad. Si no está contando la verdad es muy fácil detectarlo porque surgen contradicciones.
– Dice que ha hablado con más de 20.000 testigos a lo largo de 50 años de carrera, ¿Hay algún testimonio que se le haya quedado grabado?
Muchísimos. Calculo que he podido interrogar a más de 26.000 testigos. Me llamó mucho la atención un caso en Colombia. En el sur de Colombia hay una zona montañosa que se llama Putumayo. Coincidí en Costa Rica con un exguerrillero de las FARC y me contó una experiencia que había tenido con la condición de no revelar su identidad porque cuando me la cuenta las FARC estaba funcionando y tenía miedo.
Me contó que en las montañas de ese lugar escucharon un estruendo, acudieron al sitio y vieron que estaba sembrado de restos metálicos que supuestamente eran o de un avión, no sé sabe si norteamericano o del ejército colombiano, y entre estos restos había, si no recuerdo mal, tres individuos vivos y dos muertos, debajo de los restos no miraron. Eran muy altos con unos monos blancos muy ajustados, ojos celestes y no hablaban ni inglés, ni español. Los agarraron los guerrilleros, los llevaron a otro sitio, los colgaron de los pies y los torturaron, les metían cigarrillos encendidos en los brazos. No se lamentaban, no hablaban, no dijeron nada.
Este guerrillero, en una de las guardias, quedaba uno vivo, boca abajo, le dio tristeza aquello y le pegó un tiro en la cabeza. Dice que toda la selva se volvió azul, como si la sangre fuese azul. Intenté ir varias veces a ver si podía encontrar los restos pero las condiciones con las FARC no lo hacían viable.
La Ciencia durante mucho tiempo pensó que la Tierra era el centro del Universo
– ¿Por qué cree que a la Ciencia nunca le ha interesado esto?
La Ciencia durante mucho tiempo pensó que la Tierra era el centro del Universo. La Ciencia no es Dios, la Ciencia no tiene mayor importancia. La Ciencia está supeditada a los intereses personales y particulares de los científicos. Lo que no hace curriculum no interesa. Lo que diga la Ciencia, a mí personalmente después de tantos años de investigación, me trae sin cuidado.
– ¿Cómo ha llevado usted estas críticas hacia su trabajo?
Al principio me preocupaba. Eran ataques muy violentos pero conforme ha pasado el tiempo me he dado cuenta de que este fenómeno es real, es auténtico, que merece la pena seguir investigándolo y las críticas ya no me preocupan.
– ¿Teniendo millones de lectores estas críticas se llevan mejor?
Influye en cierto sentido porque te crea una responsabilidad pero lo más importante para mí es estar yo seguro de que esto es real porque si no fuera real estaría perdiendo el tiempo y son 50 años.
– Al inicio del libro habla de las cuevas rupestres y muestra esos dibujos que hoy en día sorprenden, ¿Qué tienen estos lugares?
Hace 20.000 años, cuando se hicieron esas pinturas, alguien vio algo. Si alguien en el Tassili n’Ajjer, que es el sur de Argelia, hace 14.000 años te está pintando unos individuos con escafandras, con unos trajes hinchados, con guantes, con botas, es porque está viendo eso, si no, no tiene sentido.
– ¿Cuál es la cueva que más le ha impresionado? No sé si ha estado en Altamira por ejemplo.
En Altamira hay algunas pinturas que podrían ser objetos, naves no identificadas. Para mí lo más impactante lo he vivido en Utah (Estados Unidos), en Argelia y en Libia, donde hay grabados en piedra y pinturas que son espectaculares, muy antiguas, donde te están enseñando a seres con escafandras, gigantescos, de 4 o 5 metros, con unos objetos al lado en el aire, con sus antenas, que inmediatamente lo asocias a lo que estoy investigando ahora.
– ¿Por qué estas representaciones o dibujos que hay en las cuevas son tan distintos unos de otros?
Hay cientos de civilizaciones, no es una civilización. Yo lo que he podido reunir en estos 50 años son cientos de seres distintos que supuestamente pertenecen a civilizaciones diferentes y las naves también son distintas. Nosotros tenemos 50.000 modelos de coches o de aviones, imagino que con estas civilizaciones pasa lo mismo. Hay unos objetos de esta manera, otros alargados, de todas clases.
– ¿Ha vivido usted de cerca alguno de estos fenómenos?
En la autopista de Cádiz a Sevilla, que pude hacer fotos, en Sao Paulo (Brasil), en Cádiz en la costa y en un lugar de Canarias que se llama Montaña Roja.
– ¿Hay zonas más propensas a este tipo de apariciones?
En América hay más cosas por metros cuadrados. No sabemos por qué. Pero en todo el mundo hay. Si tú vas al desierto del Kalahari en África hay casos, si vas a Australia o Nueva Zelanda también, si vas a Japón no digamos.
– Habla en el libro de que muchas de las llamadas apariciones marianas son en realidad avistamientos de OVNIS.
Tengo pensado un libro que no he escrito todavía donde analizo las más importantes apariciones marianas del mundo a lo largo de la historia. Todas tienen un componente OVNI, todas, por razones diferentes. Es decir, se sospecha que se presentan en tal sitio y lo ven tales personas para elevar la fe de esa gente en ese lugar y en ese momento. Casi todas las apariciones tienen ese objetivo. El problema es que hay 21.000 apariciones desde el Siglo IX y sólo han prosperado 10, las otras se pierden.
– ¿Cuál es el caso más importante del fenómeno OVNI que ha habido en España? Dicen que la reina Sofía vio uno durante un vuelo…
La reina no iba en ese avión, iba en el siguiente. Era un vuelo a China y en el avión en el que iban los periodistas, que iba por delante, sí vieron una nave que pasó por delante.
– ¿Ese es el más famoso?
Es un caso más. ¿Cuál es el caso más espectacular? No lo sé. Es que hay tantos… de tripulantes, de naves, de abducidos, de secuestrados.
– ¿Por qué cree que no se le da veracidad a una persona que dice que ha sido abducida por los extraterrestres?
Es cuestión de interrogarla todas las veces que sea necesaria, ver lo que dice, ver si hay contradicciones para saber si está diciendo la verdad o no. Me estaba acodando de un caso protagonizado por un capitán de la Fuerza Aérea Española que salió en una alerta de la base de los Llanos, en Albacete. Tres radares habían visto un objeto desconocido y Miguel Lens, que era este capitán, salió a ver qué era. Por resumirte la película: se encontró con un rectángulo gigantesco, dice “mi avión era como una mosca contra un muro, con todos los colores del arcoíris pero diferentes”. Cuando se le acaba el combustible, al dar la vuelta, le entraron unas voces en español en el casco, eran como niños, dos. Empezaron a preguntarle cómo te llamas, por qué te vas. El tipo apagó los dos canales de guardia porque pensó que era alguna interferencia, o unos niños que estaban en un barco, y las voces seguían entrando. Con lo cual me acojoné.
– Deja muchos ‘palos’ a los arqueólogos en el libro.
Los arqueólogos, como otros científicos, hay excepciones, no admiten el fenómeno OVNI y, por lo tanto, cuando ven una pintura rupestre con unos tipos con unas escafandras, trajes hinchados en posición horizontal, con unas naves y unos objetos rarísimos no lo admiten. Y entonces qué hacen “figura antropomórfica y cabaña ritual de no sé qué” y dices “oiga, o no”. Pero no lo admiten.
– ¿Cuál es la gran conspiración de España?
Por razones que nos llevarían muy lejos, unos servicios de inteligencia, sobre todo militar, no quieren que esto se difunda y que se difunda de una manera seria.
– ¿No iba a desclasificar Donald Trump algunos de estos documentos?
La desclasificación que hizo en el año 92 el Ejército del Aire español fue una tomadura de pelo. Sacaron los expedientes que a ellos les interesaba, donde podían dar una explicación diciendo que había sido un globo sonda, el planeta Venus o chatarra espacial, pero los casos verdaderos, los auténticos, los grandes, los sólidos, esos nunca salieron a la luz, nunca fueron desclasificados.
La desclasificación que hizo en el año 92 el Ejército del Aire español fue una tomadura de pelo
– ¿Cree que saldrán algún día a la luz?
No creo.
– ¿Y del mundo? ¿Roswell?
El más completo quizá es el de la nave de Roswell de julio del 47. Tienes una nave y tienes cuatro criaturas, pequeñitas, con grandes cabezas y posiblemente androides, es decir, mitad humanos y mitad máquinas.
– ¿Después de más de 70 libros de dónde saca la inspiración para seguir escribiendo?
No es un problema de inspiración, es un problema de información. Tengo mucha documentación. Imagínate 50 años de trabajo constante de investigación da para mucho. Tengo material para sacar a la luz para 10 años, sin moverme de casa.
– ¿Cuál es el gran tema que le queda por tratar?
Me queda un libro sobre la vida de Jesús de Nazaret que se llama Rayo Negro.
– ¿Va con la serie de Caballo de Troya?
Es el último. Ese es un libro obligado, tengo que hacerlo. Luego quedan muchísimos libros de investigación que no he podido sacar todavía. Me gustaría entrar en la aventura de las novelas, que tampoco he podido entrar todavía.
– Entrevisté hace unos meses a Iker Jiménez y le pregunté por el invitado que se le resistía y me dijo que era usted.
Tenemos un viejo contencioso. Viejo viejísimo, de hace 20 años. Dije que no volvería a su programa.
– Me dijo que había sido usted su “héroe de siempre”.
No sé si soy su héroe o no. En aquel momento yo creo que, ella más que él, no actuó correctamente.
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