Ahora que Las Ovejas tendrá su mirador dedicado al avistaje de ovnis, Neuquén se suma a un circuito que parece estar en alza: el del turismo vinculado a “experiencias extraterrestres”.
El intendente de la localidad de Las Ovejas, Vicente Godoy, se suma convencido a la movida: “Hay muchas situaciones que han sucedido, hay mucha gente que ha podido ver”, explicó.
El jefe comunal afirmó que en este mirador “muchas veces se han visto objetos no identificados”, y que “los pobladores del lugar lo han visto”. Por tal motivo Godoy afirmó que “nosotros le queremos dar valor ahora”.
El valor del que habla Godoy es el de un grupo de entre 100 mil y 200 mil personas que se mueve por el país en busca de avistamientos extraterrestres. Ese es el número de personas que por año ascienden al cerro Uritorco, en Córdoba, en busca de experiencias distintas.
El Uritorco es el más conocido de la Argentina. pero no el único. El turismo ufológico crece en los Valles Calchaquíes del Noroeste, y el típico paisaje de lomadas de Entre Ríos. Ahora, Neuquén quiere sumarse a la movida.
En qué se basa este circuito? Según datos de la Fundación Argentina de Ovnilogía y el grupo Investigadores de Campo Ovni Unidos, en Olavarría se registra en promedio un caso de fenómenos sobrenaturales por año desde principios de los años 60.
Eso sí, y para tener como referencia, cerca de 40 avistamientos de Objetos Voladores No Identificados (OVNIs) denunciados en la Argentina durante 2016 terminaron siendo explicados por una comisión de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) como algún fenómeno natural confundido por quienes tomaron la fotografía o presenciaron el hecho luego denunciado.
El auge del turismo en busca de vida extraterrestre comenzó allá por 1986, más precisamente un 9 de enero, en capilla del Monte, con un hecho que luego se llamó “La huella de El Pajarillo”.
Ese día, un niño de 12 años y dos ancianas vieron un objeto con luces rojas. Al día siguiente sus familiares recorrieron la zona y se encontraron con una marca quemada de 120 por 70 metros cuadrados.
Y así comenzó todo.
Capilla del Monte, quizás el lugar más convocante, es sede del Festival Alienígena, que se realiza cada febrero. Una especie de Area 51 norteamericana que tanto le ha dado a la TV o el cine de Hollywood.
El programa para los asistentes incluye una caminata guiada con linternas hasta el complejo Agua de los Palos, cine con entrada gratis (donde se ve ”ET” o “Star wars ), la entrega al público de la credencial “Ciudadano alienígena” , músicos y djs en vivo, bicicleteada, sorteos, premios, disfraces, observación nocturna del cielo con telescopio, lectura de relatos de fantasía y concurso de vidrieras decoradas con temática alienígena.
Desde varias ciudades argentinas se han sumado a este circuito turístico.
Por ejemplo, Entre Ríos:
En Victoria, Entre Ríos, hay incluso un Museo, el Museo del Ovni.
Aquí, el turismo ufológico se alimenta d eun hecho que habría ocurrido en 1969.
Según el relato de la página web del Museo, “una noche de enero de 1969, el Coronel Domingo Mercante, ex Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, observó junto a un grupo de personas de la su estancia de San Vicente, un objeto luminoso que se precipitaba del espacio y que cayó a unos 400 metros de la casa.
La crónica indica, que salieron a buscar con linternas y faroles, y encontraron en el lugar semisepultado en la tierra a un pedrusco de regulares dimensiones, que mantenía una alta temperatura y despedía un aroma “sui generis,” un perfume agradable pero intenso. El pasto de los alrededores estaba totalmente quemado. Esperaron horas a que se enfriara y lo llevaron a la casa de Mercante.
La piedra caída del cielo, no tenía las características de las piedras conocidas. Por lo pronto tenía un peso muy inferior a la de una piedra de igual dimensiones.
Con una sierra lograron partirla en tres pedazos y el interior reveló un aspecto insólito: algo parecido a una esponja con tonalidad marfileñas y ligeramente rozado en los bordes.
Esa piedra es la que mantiene vivo el turismo a wesa zona
Otra región es Salta:
En Salta, en Cachi más precisamente, hay un ovnipuerto, listo para que las naves desciendan ahí.
El ovnipuerto es un espacio construido con rocas blancas dispuesta geométricamente.
En ese lugar, según los relatos del suizo Werner Jaisli, seres interplanetarios lo habían contactado telepáticamente una noche de noviembre de 2008 y le habían ordenado diseñar una serie de dibujos con la disposición de rocas del lugar.
“Estaba en Fuerte Alto con mi vecino Luis. Era la medianoche del 24 de noviembre de 2008. Se sentía desde abajo el ruido de una fiesta en el Complejo Deportivo. De pronto todo quedó en silencio, se cortó el suministro de energía. Era la oscuridad total. ‘Es una noche de ovnis’, le dije a Luis. Y no había terminado la frase, cuando dos objetos luminosos avanzaron a unos 200 metros sobre el río Calchaquí. Eran sólidos, circulares y como de metal bruñido. No sé por qué, pero mentalmente les pedí que se acercaran. Y lo hicieron! Se posaron a unos 100 metros sobre nuestras cabezas y proyectaron sobre nosotros un haz de luz que nos hacía ver a ambos con brillo propio. Lo curioso es que no nos afectaba la visión. Algo comenzó a bullir por mi cerebro: era una orden. Me pedían telepáticamente que construyera el ovnipuerto”, le contó Werner al diario “El Tribuno” de Salta.
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