Siete dcadas despus, bares, gasolineras y tiendas de souvenirs de la zona an explotan el filn OVNI para hacer caja.
El 24 de junio de 1947, Kenneth Arnold, un piloto del Servicio Forestal estadounidense, avist nueve luces misteriosas mientras sobrevolaba el Monte Rainier, en el estado de Washington. A falta de un superior a quien dirigirse, lo cont en un peridico local que, ms tarde, pasara la informacin a la agencia Associated Press. La noticia hablaba de platillos volantes que se desplazaban a 2.000 kilmetros por hora y fue la primera en hacer un hueco en el papel a este tipo de testimonios. Pronto se extendi a los medios nacionales y se desat una ola de preocupacin en torno a este hecho inslito.
A las pocas semanas, una nave desconocida se estrell en Roswell, Nuevo Mxico, y termin de desatar la histeria: el fenmeno de los Objetos Voladores No Identificados (OVNI) haba comenzado. Y, con l, los rumores, la ciencia-ficcin y tambin las conspiraciones. La lista de apariciones inauditas se expande y los lugares sagrados para estos cazadores de seres extraordinarios se multiplican.
Los avistamientos de OVNI siembran la geografa de Estados Unidos y contruyen con su punteo un mapa de aquellos lugares elegidos por una inteligencia superior para acercarse a la cultura terrquea. Son lugares aleatorios y misteriosos, que aparentemente no responden a ningn inters lgico por tratar de comprender el planeta azul. Son solares abandonados, pueblos aislados, acequias y ros, montes perdidos, lugares con una manifiesta carencia de inters como muestra de una cultura desconocida. Y sin embargo, en ese preciso lugar objetos voladores venidos de otra galaxia descendieron a la vista de todos para asombrar con luces fulgurantes a algn testigo elegido.
Mil aterrizajes de ovnis, objetos voladores no identificados, han sido catalogados en EEUU desde 1940. La literatura generada por estos fenmenos ha sido bien extensa a lo largo de la historia: ovnis, avistamientos o encuentros con extraterrestres son un suculento bocado para vender peridicos, escribir libros o realizar pelculas. Periodistas sensacionalistas, vendedores de misterio o investigadores… Son muchos los que han escrito sobre esta temtica que sigue despertando inters. Prueba de ello son las numerosas referencias que se encuentran sobre ella en Google…
Uno de estos lugares es el rea 51, en pleno desierto de Nevada. Este terreno de unos 40 kilmetros cuadrados alberga una base militar de pruebas y entrenamiento de los servicios secretos de la CIA. La restriccin del espacio areo en la zona, el alto control de las inmediaciones y el uso legal de armas contra el que infrinja las normas han dado pie a miles de teoras e incluso a cierta veneracin: desde la creencia en el almacenaje de naves espaciales hasta las reuniones con extraterrestres o viajes en el tiempo.
Ese sentimiento de regresin es el que aparece cuando la lente de la cmara se posa sobre las carreteras que lo bordean. Bares, gasolineras, locales o tiendas de souvenirs aprovechan el tirn de la conocida como Tierra Soada (Dreamland) para atraer a curiosos o feligreses de estos acontecimientos. La repercusin de la noticia transmitida en aquellos tiempos de final de guerra ha sido tan espectacular que, siete dcadas ms tarde, an existe un velo de intriga. Ni las nuevas tecnologas -que podran haber explicado matemticamente los elementos inexplicables- ni las teoras cientficas desarrolladas en 70 aos han apaciguado la devocin hacia lo sobrenatural.
Es ms: el fenmeno ha extendido sus tentculos para pasar a formar parte de la cultura popular. Y sta, claro, de la mercadotecnia que -como en los caminos de esa zona de EEUU- busca incesable el producto deseado con el que ensanchar su estmago. Series de televisin como Expediente X o Taken utilizan las abducciones en sus argumentos; superproducciones cinematogrficas como Independence Day o Men in Black y la cmica Mars Attacks! tiran de presencias distintas a los humanos para desarrollar historias de redencin y posibles futuros; y no hablemos de los tebeos, grandes servidores de literatura e iconos multitudinarios, los videojuegos o las bandas de msica.
Nadie habra credo en los ltimos aos del siglo XIX que las cosas humanas fueran escudriadas aguda y atentamente por inteligencias superiores a la del hombre, y mortales, sin embargo, como la de ste, relataba el escritor H. G. Wells en el inicio de La Guerra de los Mundos, publicada en 1898. Su lectura posterior por Orson Welles en un serial radiofnico de 1938 provoc una gran alarma social que puede considerarse, quizs, el antecedente a una tradicin de misterio y credulidad que permanece en la actualidad.
Y no slo en EEUU. Brasil, Rusia o Mxico se han sumado a las observaciones de objetos no identificados. Prcticamente en cualquier coordenada del planeta hay quien ha documentado estas impresiones difciles de demostrar. Incluso en Espaa, donde el Ministerio de Defensa public en octubre 80 informes desclasificados con 1.900 pginas de Expedientes OVNI, que incluyen cuatro avistamientos en Galicia entre 1966 y 1993.
Pero EEUU es el territorio OVNI por antonomasia. En 2015, ms de 129.000 pginas sobre avistamientos fueron desclasificadas y expuestas a la luz pblica por el FBI, alegando que muchos de sus 12.000 tomos no tenan explicacin y no mereca la pena conservarlos. No import: la razn humana necesita lo intangible. Y la cultura popular, tambin. Por eso, el caudal de ovnipresencias es un tema de investigacin y creacin artstica. Si algo mueve tantas emociones y explica nuestro mundo, cmo no encuadrarlo, maquetarlo y relatarlo?
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