Por Carlos Parodi (*)
carlosparodi64@gmail.com
En la infinita bibliografía existente sobre el fenómeno OVNI, una modalidad en particular fue considerada tan asombrosa como inclasificable, sobre la fugaz visión y desaparición de formas discoidales “etéreas” que generaban interés e incredulidad, mucho antes del siglo XX.
A diferencia de los “Foo fighters” (“Caza de Fuego”), avistados por pilotos ingleses y yanquis desde 1941 y que especialistas occidentales catalogaron como posibles armas secretas alemanas (aunque los nazis también veían esas luces en la Segunda Guerra Mundial), los documentos historiográficos acerca de estos objetos voladores fantasmas datan de siglos atrás.
Los primeros estudios son del enigmático astrónomo ruso Jacobo Bruce (1669-1735) autoapodado “El Conde”, nacido en Moscú de ascendencia escocesa y creador del primer Observatorio Ruso.
Tradujo un libro llegado de Etiopía que tituló “Trayectoria de las luminarias en el cielo” en el que se describían extrañas figuras volátiles que atravesaban las nubes, se perdían y reaparecían.
Los miembros de la Academia de Ciencia Rusa lo acusaron de alquimista y de practicar “magia negra”, pero dio el puntapié inicial, el precedente a tomar.
Ya en 1885 el boletín de la Sociedad Astronómica de Francia publicó el “Caso notable de un rayo en forma de bola”, un “expediente X” de lo sucedido el 25 de agosto de 1880 durante una tempestad con rayos y centellas, en el que varios testigos avistaron un cuerpo luminoso de forma cónica que sobrevoló los tejados de una casa y desapareció sin más.
“Se mostraba en una nube la presencia de una materia pesada que se desplazó sin violencia ni explosionesà podría decir que simplemente desapareció de mi vista”, explicó un testigo astrónomo. Si bien siguieron manifestándose en los cielos de distintos puntos del planeta estas extrañas “formas indiscernibles”, no fue hasta entrado el siglo XX cuando el tema tomó carácter de “asunto de estado”.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos en abril de 1949, en un comunicado indicó: “La posible existencia de una especie de extrañas formas voladoras o animales extraterrestres ha sido también prevista ‘vagamente’, porque varios de esos objetos descriptos por testigos, se comportan más como animales que como ´otra cosa´ inclasificable. Pero hay pocos informes dignos de fe sobre animales “E.T.”.
«Lo real es que la navegación espacial fuera del sistema solar es casi cierta”. A comienzo de los años ´50, el Pentágono redactó un documento, “¿Desconocidos, tripulados y no identificados?”. Para esto, en julio de 1952 se reunió un comité de expertos sobre los “Ghost Ufos” en el que se declaró: “Estamos ante fenómenos físicos que, en el actual estado de la Ciencia, somos incapaces de explicar”.
No sólo se dudaba sobre la procedencia de estos objetos etéreos, sino que también se preguntaban si eran manejados a “control remoto” desde una lejana Galaxia o si venían con “tripulantes”.
Las experiencias continuaban y las radios recibían mensajes de oyentes acerca de estas extrañas formas voladoras que volaban por los cielos cual exhibición cósmica y fantasmal.
Para despejar dudas, el Gobierno estadounidense publicó en julio de 1952 en el “Washington Daily News” una breve pero contundente gacetilla: “El Departamento de Defensa ha ordenado a los ‘pilotos de caza’ derribar a aquellos objetos voladores de diversas tipologías no identificadas que desobedezcan la orden de aterrizarà estén o no tripulados”.
Pasaron décadas desde entonces, y el misterio sigue generando miles de preguntasà y pocas certezas.
EN TODO EL MUNDO… EN LA URSS, CHINA Y ALEMANIA DEMOCRÁTICA
En 1953, en plena “Guerra Fría”, Boris Kukarkin (1909- 1977), incrédulo director del Centro de Astronomía de Moscú, afirmaba: “No se puede entender que se registren casos de ‘objetos etéreos voladores’ en todo el mundo, menos en la Unión Soviética, que es tan inmensa”.
Algo no le debió cerrar, porque en 1967 Rusia participó de un cónclave de la “Unión Internacional de Astrofísica”, en Praga, con científicos soviéticos especialistas en “ovnis fantasmas”. También en China, en agosto de 1957, cerca de un aeropuerto de Beijing, “estacionó” una esfera roja, sin alas y con un sonido apenas perceptible.
En noviembre de 1967, en la Alemania Democrática, se realizó el VII° Congreso Mundial de Ufología”, presidido por el físico Hermann Oberth (1894-1989) llamado “el padre de los viajes espaciales”.
En dicho Congreso, un tal Doctor “Strange” (debió ser un apodo) señaló que un ser venusino capturado de un diminuto “ovni fantasma con forma de cápsula transparente, vivía en uno de los bunkers secretos del Pentágono ¡desde 1957!”.
(*) Investigador paranormal y ufológico
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