Por Luis Jiménez |14 de enero de 2024, 8:00 AM
¿Existen los ovnis? Desde junio de 2022, la NASA anunció que la agencia encargará un equipo de estudio para examinar fenómenos anómalos no identificados (UAP), es decir, observaciones de eventos en el cielo que no pueden identificarse como aviones o fenómenos naturales conocidos, desde una perspectiva científica.
El estudio se centrará en identificar los datos disponibles, la mejor manera de recopilar datos futuros y cómo la NASA puede utilizar esos datos para avanzar en la comprensión científica de las UAP.
Sin embargo, a la fecha, la Agencia Espacial Estadounidense no descarta ni confirma la presencia de este tipo de fenómenos en la Tierra.
Desde hace muchos años se tienen registros del fenómeno Ovni en Costa Rica, sin embargo, los avistamientos se hacen más frecuentes, especialmente durante la época de verano.
Teletica.com conversó con el arquitecto costarricense, Alejandro Sáenz, quien desde finales de 1980 investiga el fenómeno Ovni en el país y, a continuación, describe su experiencia con diferentes tipos de avistamientos durante todo este tiempo:
¿Desde cuándo tiene registros del fenómeno Ovni en Costa Rica?
Nosotros comenzamos desde 1988, éramos un grupo de universitarios, amigos, fiebres de todo este fenómeno y en aquella época teníamos unos 18 años, así que empezamos a investigar todo esto en montañas y otros lugares.
Desde esa época hemos recorrido el país donde, vamos a donde nos llamaban porque muchas personas han visto luces descender en potreros. Tenemos evidencia de aterrizajes y marcas en el suelo.
¿Qué tipo de marca o señas han encontrado?
Cuando llegamos a esos sitios hemos captado huellas triangulares de metro cincuenta por ochenta de ancho.
Con el paso del tiempo también hallamos en diferentes lugares círculos prácticamente quemados en el zacate.
Quizás suene como una locura, pero hay sueños de compañeros del grupo y de mi esposa en los que nos dicen que tenemos que ir a un lugar en específico porque van a aparecer objetos, desde un punto de vista escéptico íbamos, pero terminábamos confirmándolo porque aparecían.
Empezamos a hacer un registro de todo este tipo de experiencias y hasta la fecha hemos filmado y fotografiado diferentes objetos, así que pasamos de ser testigos a partícipes de esta experiencia.
¿Cuáles zonas del país podemos decir que son calientes por este tipo de avistamientos?
Montamos un mapa precisamente porque empezamos a ver que había un recorrido frecuente de este tipo de objetos y puedo decir que sobre la parte de las cordilleras y en el Valle Central; recorren estas colinas a poca altura y a mucha velocidad. Pueden ser capturados en cámaras que tengan 60 cuadros por segundo.
Los avistamientos más que todo se dan en el Volcán Irazú, Turrialba, en el sector de la Carpintera, Zurquí, Parque Nacional Braulio Carrillo y en Santa Ana.
¿Cómo describe los objetos que han logrado ver?
Primero aparece un punto en el cielo, el cual empieza a descender y obviamente no se mueve conforme a lo usual como cualquier otra aeronave puede hacerlo.
Hemos visto que hay diferentes tipos de estos objetos, los cuales pueden ser como una lenteja metálica que cuando acelera se ponen luminosos y dentro de estos pareciera que liberan esferas.
Esas esferas hacen recorridos y alcanzan aviones, pasan paralelo a estos aviones y vuelven nuevamente a hacer diferentes recorridos. Tenemos videos y fotografías de todo esto.
¿Cuando encuentran huellas, o cuando están en la presencia de estos objetos se siente algo diferente?
Sí, claro. El año pasado fuimos con una pareja de compañeros porque nos dijeron que ellos soñaron que teníamos que ir a un lugar en el sur, efectivamente fuimos y estando ahí aparecieron estos objetos circulares y lo que se siente es algo extrañísimo en el ambiente.
Cuando el objeto desaparece prácticamente se detiene el sonido de la montaña. Casi siempre el objeto principal libera una especie de centellas que se sienten cuando pasan por donde uno se encuentra.
En los campos densos de niebla, sobre todo en el Braulio Carrillo, estos objetos son frecuentes.
¿Qué fue lo que lo llevó a investigar el fenómeno Ovni en el país?
Cuando yo tenía nueve años todos los chiquillos del barrio jugábamos en un aserradero (en San Pablo de Heredia), era una época bonita entre cafetales y demás. Una vez al atardecer vimos una nave grande junto con otras que estaban como en formación, todos los que estábamos ahí lo vimos, pensábamos que eran pájaros, pero cuando pasaron sobre nosotros eran como una especie de discos, como si fuesen botonetas metálicas.
Obviamente, esto me llamó muchísimo la atención y a todos los compañeros que estábamos allí. Fuimos a preguntarle a unos papás que qué era eso que habíamos visto, pero lo que ocurrió fue que nos castigaron y nos dijeron que no habláramos más de estas cosas.
A mí en particular y varios compañeros más, seguimos investigando este fenómeno, puesto que vimos que era algo totalmente inusual.
¿Cuál ha sido el fenómeno más extraño del que usted ha sido testigo?
Fue en 1995, previo a un sueño que tuve sobre de que íbamos a tener la presencia de una persona que afirmaba venir de otro lugar; de otro planeta. Pues obviamente, como te digo, si bien el equipo de amigos que estudiamos este fenómeno tenemos diferentes profesiones, en mi caso arquitectura, somos bastante científicos.
Sin embargo, por lo que ya habíamos visto, daba posibilidad para que todo pudiera ser posible.
Resulta que en este sueño nos íbamos a topar a la persona (extraterreste) en un bus amarillo, así que lo conté en el grupo de amigos investigadores y lo estuvimos esperando durante meses y para suerte mía fui yo quien tuve la experiencia.
Aquella vez, iba en un bus amarillo como lo vi en el sueño y cuando miro al chofer fue como una premonición porque era el mismo chofer con el que había soñado. En la parte de atrás veo a esta persona e iba sentado en la parte de atrás, o sea, la premonición se estaba cumpliendo.
Cuando lo veo es una persona de contextura muy grande y pelo muy claro, no era macho, sino como blanquecino y pensé que tenía que ser un turista. Me senté detrás de él y claro, comencé con esa sensación de que esto no puede ser posible; no podía ser un extraterrestre.
En aquel momento, cuando mi mente estaba en este juego, veo como pólvora detrás de él, se giró y me dijo que él era quien yo había estado esperando. Entonces, claro, eso fue un «boom» y en aquel momento el recorrido que estaba haciendo el bus era en Heredia, de unos cuatro kilómetros, de donde me monté hasta mi destino.
Cuando él se bajó, veo que tiene apariencia como de nacionalidad danesa; muy alto, como de un metro con noventa y cinco centímetros, cuando se bajó del bus llevaba una chamarra de color oscuro y atrás tenía una frase que decía “no estamos solos”, con un dibujo tipo alien.
Me llamó la atención cuando se bajó del bus y empezó a caminar hacia los porteros. Yo también tuve la necesidad ir detrás de él, quise bajarme porque nos iba para una reunión con el grupo de compañeros convocados por ese tema de Ovnis, y el lugar de concentración estaba a unos 25 metros de donde él se bajó. Yo quería bajarme y no pude, era como tener un gran peso en todo el cuerpo que no me dejaba.
No podía moverme y como a los 50 metros sentí que esa fuerza que estaba dentro de mí se liberó, salté del bus y fui donde mis compañeros a contarles y todos lo vimos donde iba caminando porque los saqué de donde estaban para que vieran a la persona que estábamos esperando, yo les conté lo que me ocurrió y al pasar debajo de una lámpara o una luminaria pública, el hombre desapareció.
Cuando este hombre me habló me indicó que en tres meses íbamos a tener un encuentro físico y debíamos de ir a la montaña, así que fuimos y el objeto apareció.
Aquí fue donde empezó la aventura más grande y es en lo que estamos en este momento; en un proceso de estudio y de análisis de todas estas experiencias y a la vez compartiendo con personas que también han tenido estas experiencias en Costa Rica y en otros países.
¿Qué cree que vienen a hacer aquí?
Lo que ellos hacen es tutelar y no intervenir directamente con los seres humanos, sino que solo tocan personas por aquí y por allá.
Los objetos que ingresan a volcanes son unas pequeñas esferas como de monitoreo, son como drones, pero de alta tecnología. Entonces lo que se hace ver por parte de ellos es que nuestro planeta actúa como una especie de invernadero que, si no fuese por la tecnología de esta inteligencia que nos visita, seríamos sumamente salvajes y no podría albergar la vida, ni las cosas.
Ellos controlan algunos aspectos y analizan algunas cosas a nivel geográfico, magnético o telúrico-climático como para mantener un invernadero en buenas condiciones. Nos dan estabilidad y nosotros nos estamos desarrollando acá como si fuéramos plantas de invernadero.
Todo lo hacen para que logremos adaptarnos y evolucionar.
Cuando empezamos la investigación de los Ovnis, creíamos que era una fantasía, pero nos hemos ido involucrando tanto en todo esto que nos fuimos dando cuenta que no solo es un aspecto que uno puede analizar, sino que también se puede vivir esta experiencia que muchas otras personas ya han vivido.
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