Llevo un par de años dedicando gran parte al estudio del fenómeno ovni al “contacto extraterrestre”. He entrevistado a cientos de personas que aseguran recibir mensajes de entidades ajenas a nuestro mundo; y la mayoría de esas comunicaciones están centradas en la contaminación de la naturaleza.
Muchos contactos me hablan del aumento del nivel del mar a consecuencia del calentamiento global. Aseguran que los extraterrestres han advertido de la desaparición de ciudades bajo las aguas. La mayoría de estas personas aseguran recibir dicha información vía telepática o mediante escritura automática; pero un caso especial es el de Adela García, una argentina de edad avanzada que, desde hace décadas, dibuja las imágenes que recibe de parte de seres de otros mundos con los que interacciona.
Adela señaló que sus pinturas muestran el futuro de la humanidad marcado, según ella, por el fin de la sociedad tal y como la conocemos y la evacuación de los niños nacidos a partir del año 2000 hacia otros planetas, para después ser trasladados de nuevo a la Tierra cuando esta se encuentre, otra vez, en condiciones aptas para recibirlos y que prospere la nueva humanidad.
En mi último viaje a Argentina pude conocer a Adela y me dijo que eligiera uno de sus cuadros. Elegí uno muy significativo que ahora contemplo mientras escribo estas líneas. Muestra el mapa de parte de la Tierra, incluyendo América Central y América del Sur, y cómo cambia la morfología de los países con salida al mar a causa de la subida del nivel del agua en virtud de ese proceso de cambio planetario que tanto defienden los contactados con extraterrestres que estamos experimentando en la actualidad.
Estos días he mirado muchas veces este cuadro de Adela a raíz de un estudio recién publicado en la revista ‘Nature Climate Change’. En dicha publicación aparece un trabajo científico que defiende que para el año 2100 habrá desaparecido el 49,5 por ciento de las bellas playas que actualmente conocemos y disfrutamos en nuestro planeta.
El motivo: el aumento del nivel del mar y el cambio climático. En concreto, serían 132 mil kilómetros de costa que quedarían bajo el agua si la humanidad no hace nada por evitarlo. Si hablamos de México, el estudio predice una pérdida de 4.119 kilómetros de playa.
Pero, ¿en la década de los noventas Adela García tenía la posibilidad de conocer, con dicha exactitud, la actual situación del cambio climático y el derretimiento de los polos? ¿Podía dibujar mapas tan parecidos de la Tierra a los que muestran la NASA en sus predicciones de la subida del nivel del mar o el estudio de ‘Nature Climate Change’? En mi experiencia con personas que se presentan como contactos extraterrestres son muy pocas las que realmente llegan a sorprenderme. Y Adela ha sido una de ellas.
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