Es claro que el universo es muy grande para creer que no haya un rastro de vida biológica o inteligente. Así las cosas, a puertas de terminar el 2023, muchos se preguntan si en algún momento de nuestra existencia tendremos algún tipo de señal que confirme que no estamos solos en el cosmos.
Ahora bien, un nuevo estudio que fue publicado en la revista The Astrophysical Journal afirma que se calculó cuánto tiempo tendrían que esperar los seres humanos para tener algún tipo de contacto con los extraterrestres.
En primer lugar, aseguran que la primera señal que se envió al espacio fue durante el discurso de Adolf Hitler en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Berlín, el 1 de agosto de 1936. Por esta razón, deberíamos hacernos una idea más o menos clara de lo evolucionada que tiene que estar la misma civilización para enviar señales de vida.
El cálculo para lograr una comunicación
De acuerdo con los investigadores Wenjie Song y He Gao, de la Universidad Normal de Beijing, se estableció para ello dos parámetros: la probabilidad de que aparezca vida en un planeta concreto y la etapa de evolución de la estrella anfitriona de dicho planeta.
“La razón por la que no hemos recibido ninguna señal todavía puede ser que nuestra vida como civilización que puede comunicarse no es lo suficientemente avanzada”, aseguraron.
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Por otra parte, los expertos calcularon que, solo en la Vía Láctea, podría haber en torno a unas 110 programas de investigación de vida extraterrestre (lo que representa un número muy pequeño dada la gran cantidad de planetas y sistemas planetarios) y tendrían que pasar unos 400.000 años para que pudieran mandar una mínima señal.
Así las cosas, si el número de investigación se incrementara a unas 43.000, las posibilidades de enviar un primer “saludo cósmico” podría reducirse a unos 2.000 años.
El argumento del Juicio Final
El estudio de Song y Gao fue recogido por la revista IFL Science y con esto nace el llamado argumento del Juicio Final, por cuenta de los diferentes escenarios en los que se habla sobre el fin de mundo, como los problemas de hiperpoblación, apocalipsis nuclear, climas extremos, choque de asteroides, entre otros. Con todo esto, sería poco probable que la población humana pudiera recibir alguna señal de vida antes que se extinga.
Por otro lado, en los últimos años, también se han planteado otros enfoques haciendo referencia a la misma paradoja de Fermi, la cual sugiere que la búsqueda de vida inteligente más allá de la Tierra sigue siendo muy limitada y así lo será a lo largo de los años.
“Es bastante incierto intentar conocer qué proporción de planetas pueden dar origen a la vida, y además originar un proceso de evolución de la misma hasta hacerse inteligente como para enviar señales detectables. Es muy impredecible”, concluyeron los autores del estudio.
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