¿Cómo se imaginaba que eran los extraterrestres antes de la televisión?

En octubre de 1961, Betty y Barney Hill hicieron una afirmación que cambiaría la percepción de los extraterrestres para siempre. Mientras conducían por una carretera en New Hampshire (Estados Unidos), afirmaron haber sido secuestrados por seres de otro mundo. Este relato no solo cautivó al público, sino que también dio inicio al género de las abducciones extraterrestres, marcando el arquetipo de los extraterrestres con cabezas grandes, ojos abiertos y piel grisácea.

Antes de esto, las representaciones de extraterrestres eran mucho más fantásticas. En 1887, Joseph Henri Honoré Boex imaginó en «Les Xipéhuz» criaturas geométricas con forma de conos transparentes azulados. Este relato se ambientó en la Tierra mil años antes de las antiguas ciudades mesopotámicas.

La especulación sobre vida extraterrestre es ancestral. Aproximadamente en el 450 a.C., el filósofo griego Anaxágoras sugirió que la Luna podría contener vida, siendo condenado por herejía. Aunque la idea de vida extraterrestre existía, antes de 1859, con la publicación de «El Origen de las Especies» de Darwin, las representaciones eran limitadas y a menudo humanoides.

Después de Darwin, la imaginación se expandió. H.G. Wells introdujo en «La guerra de los mundos» (1898) marcianos con cabezas sin cuerpo y tentáculos. La ciencia ficción floreció con criaturas geométricas, insectoides y extraterrestres monstruosos.

El auge de Hollywood en el siglo XX llevó a la pantalla extraterrestres humanoides, facilitando la producción y el relato. Aunque convenientes, estas representaciones simplificaron la diversidad potencial de la vida extraterrestre.

En las últimas décadas, la tecnología ha ampliado los horizontes creativos. Películas como «Arrival» presentan extraterrestres con apéndices inusuales y características no humanoides. Con la inteligencia artificial, la ciencia ficción puede soñar con criaturas que desafían la lógica biológica conocida.