Las ansias de cambio de los argentinos se impusieron al miedo a lo desconocido.
El economista libertario Javier Gerardo Milei ganó las elecciones de este domingo y el próximo 10 de diciembre se convertirá en el 12º presidente de Argentina desde la restauración de la democracia en 1983.
Pese a sus controvertidas promesas de sacar a los políticos a patadas, recortar el gasto, dolarizar la economía y dinamitar el Banco Central, el extravagante y polémico outsider consiguió el respaldo del 55,7% de los electores frente al 44,3% cosechado por su rival, el peronista Sergio Massa.
Pero qué se sabe del futuro mandatario, de dónde viene y quiénes son sus confidentes más cercanos. Estas y otras incógnitas las respondemos a continuación.
1. Entre golpes y menosprecio
Milei nació el 22 de octubre de 1970 en la ciudad de Buenos Aires y se crio en el barrio porteño de Villa Devoto en el seno de una familia de clase media.
Su padre, Norberto Horacio Milei, de 78 años, fue conductor de autobuses y luego se hizo con la propiedad de siete líneas de transporte. Por su parte, su madre, Alicia Luján Lucich, de 73 años, es ama de casa.
Desde muy joven el hoy presidente electo se labró fama de excéntrico y prueba de ello es que sus compañeros del colegio Cardenal Copello comenzaron a apodarlo El Loco, por cómo vestía, lo que decía y cómo se comportaba. Este mote lo acompaña desde entonces.
Al igual que buena parte de sus compatriotas, Milei es aficionado al fútbol, llegando a jugar como portero en el Club Atlético Chacarita Juniors, de la segunda división.
Sin embargo, lo que realmente marcó su infancia fueron los malos tratos que recibió de sus padres, como él mismo admitió.
Según él, todo comenzó el 2 de abril de 1982, mientras miraba por televisión cómo el presidente de facto Leopoldo Galtieri anunciaba el desembarco de tropas argentinas en las Islas Malvinas/Falklands, bajo control de Reino Unido.
Milei, quien para la época tenía 11 años, le dijo a su padre que creía que era un “delirio” la decisión del gobierno militar por la relación desigual de fuerzas entre un ejército y otro.
“A mi padre le agarró un ataque de furia. Empezó a pegarme trompadas y patadas. Me fue pateando a lo largo de toda la cocina”, recordó Milei en una entrevista hace cinco años.
El incidente, sin embargo, no fue un hecho aislado, aunque con el paso del tiempo iría cambiando, relató el hoy presidente electo.
“De grande [mi padre] dejó de pegarme para infligir violencia psicológica. Siempre me dijo que era una basura, que me iba a morir de hambre”, comentó.
El trato que su madre le dio no fue mucho mejor.
“Tu hermana está así por culpa tuya, si se muere es culpa tuya”, aseguró que le dijo su progenitora en una ocasión, debido a que su hermana Karina sufrió un shock al presenciar una de las palizas que recibía de su padre.
Milei aseveró que estos vejámenes hicieron que hoy “no le tenga miedo a nada”.
2. Su hermana, su principal apoyo
Pese a la mala relación con sus padres, Milei mantiene un estrecho vínculo con su hermana menor, Karina Milei, a quien los cercanos al mandatario electo apodan como El Jefe, en masculino.
“Sin ella nada de esto hubiera sido posible”, declaró en su primer discurso nada más conocer su victoria en las urnas, en el cual le agradeció por todo su apoyo.
El mandatario electo ha comparado el vínculo que lo une con Karina con el del profeta Moisés y su hermano Aarón:
“Moisés era un gran líder, pero no un gran divulgador. Dios le mandó a Aarón para que se comunicara. Yo soy a Kari lo que Aarón es a Moisés”.
Aunque se define como católico, Milei ha arremetido contra el papa Francisco, al que llamó “el representante del maligno en la Tierra” que “tiene afinidad por los comunistas asesinos”.
De su vida personal, se sabe que es amante del rock y lideró la banda “Everest”, que se dedicaba a versionar temas de The Rolling Stones. También dice que es apasionado de la ópera.
Está soltero y no tiene hijos, aunque considera como tales a sus perros: Murray, Milton, Robert y Lucas, a los cuales bautizó en honor a los economistas liberales Murray Rothbard, Milton Friedman y Robert Lucas.
“Les agradezco el triunfo a mis hijitos de cuatro patas”, dijo tras ganar las primarias de agosto en referencia a sus mastines, copias de un perro llamado Conan creados en un laboratorio del norte del estado de Nueva York.
La relación de Milei con sus perros ha dado de qué hablar. El biógrafo no autorizado del mandatario, Juan Luis González, en su libro “El Loco”, asegura que Milei mantiene comunicación con su fallecida mascota a través de una médium.
Las dos únicas novias que se le conocen son figuras del mundo del espectáculo: la cantante Daniela Noemí Pérez, y la humorista Fátima Flórez, que saltó a la fama por sus imitaciones de la saliente vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La prensa asegura que esta última fue quien lo bautizó como el Rey.
3. De la TV a las instituciones
En 2021 Milei logró su primer cargo público al ser elegido diputado. Sin embargo, ya tenía tiempo en el mundo de la política, aunque sus andanzas no comenzaron en el seno de un partido, sino en los escenarios televisivos.
El periodista argentino Roberto García, uno de los primeros en llevarlo a un programa de televisión, notó que era un hombre que decía “cosas diferentes al resto de los economistas”.
En aquel momento, el que era director periodístico del diario Ámbito Financiero, lo invitó a su programa para hablar sobre economía y rápidamente identificó que Milei tenía la habilidad de mantener atenta a la audiencia gracias a su tono volcánico.
“Milei es una rara avis. No solo es una persona que sabe de lo que habla, sino que parece saber”, le contó García a BBC Mundo, quien aseguró que hace 15 años a nadie se le podía ocurrir que algunas de las ideas de Milei pudieran ser aceptadas por la sociedad argentina.
El economista comenzó a promover lo que llamó “la batalla cultural”, a través de la cual abogó por la dolarización y lanzó críticas al consenso alcanzado en materia de derechos humanos tras el gobierno militar de las décadas de los 70 y 80.
Desde la televisión el profesor de Economía de distintas universidades argentinas construyó una figura que supo conectar con la ansiedad económica de los ciudadanos ávidos de cambio.
4. Un libertario convencido
“Yo soy un liberal libertario. Filosóficamente, soy un anarquista de mercado”. Así se definió en 2021 el hoy presidente electo de Argentina.
Sin embargo, su pensamiento ha ido evolucionando. En los primeros años de su carrera como estudiante de Economía de la Universidad de Belgrano, así como en el tiempo en las maestrías que realizó en el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES) y la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), se consideraba un “liberal clásico”.
No obstante, con el pasar de los años ha ido moviéndose hacia posiciones más radicales y en 2014 se adhirió al mundo de la Escuela de Austria.
“Yo considero al Estado como un enemigo; los impuestos son una rémora de la esclavitud. El liberalismo fue creado para liberar a las personas de la opresión de los monarcas; en este caso sería del Estado”, declaró antes de iniciar su carrera por la silla de la Casa Rosada.
En sus primeras declaraciones tras la victoria ha prometido “un gobierno limitado” y “respeto a la propiedad privada y al comercio libre”.
“No venimos a inventar nada. Venimos a hacer las cosas que la historia demuestra que funcionan. Venimos a hacer lo mismo que hicimos en el siglo XIX en nuestro país, lo mismo que hicieron países como Irlanda hace no tanto tiempo. Venimos a abrazar las ideas de la libertad, que son aquellas que garantizan la prosperidad de los argentinos”, remató.
Sin embargo, su postura contraria al aborto hace que muchos duden en calificarlo como un libertario a carta cabal. ¿La razón? El libertarismo no sólo defiende la desregulación institucional y económica, sino también aquella relacionada con la esfera más individual y personal.
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