¿Qué fenómenos pueden causar tsunamis?
Publicado 3 nov 2023, 08:00 GMT-3
Devastación causada por el tsunami y el terremoto que asolaron la costa de Japón en marzo de 2011.
Fotografía de Michael S. Yamashita
Un tsunami es una serie de olas gigantescas que se producen por una perturbación bajo el agua. Se originan a partir de un movimiento vertical del fondo marino y provocan un desplazamiento de la masa de agua, señala la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Algunos eventos, como terremotos, derrumbes o erupciones volcánicas, pueden generarlos.
Si bien pueden ser mortales, la alerta y la acción tempranas son herramientas que permiten proteger a las personas, salvar vidas y evitar que el peligro se convierta en un desastre.
Debido al riesgo que implican para la población, y con el objetivo de crear conciencia y compartir enfoques innovadores para la reducción del riesgo, la Asamblea General de la ONU estableció el 5 de noviembre como el Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis.
De acuerdo con el organismo internacional, por lo general estos fenómenos están asociados con otros eventos anteriores. Entre ellos, la ONU menciona:
Un terremoto es un acomodamiento de la tierra que es percibido con sacudidas y temblores y se debe principalmente al choque de placas tectónicas. No obstante, no todos los sismos causan tsunamis, sino que se tienen que reunir cuatro condiciones.
En ese sentido, el organismo menciona que el epicentro debe situarse bajo el océano o cerca de las costas, tener una gran magnitud (aproximadamente superior a 6.5 en la escala de Richter), debe existir un quebrantamiento de la superficie de la Tierra, ocurrir a poca profundidad (menos de 70 km), y producir un movimiento vertical del fondo del mar.
Además de los terremotos, otros fenómenos, como los derrumbes que se producen cerca de las costas, pueden generar olas de gran amplitud debido al volumen de terreno hundido.
«Los desprendimientos submarinos también pueden provocar tsunamis cuando el material desprendido se desplaza violentamente y empuja el agua que tiene delante”.
Las erupciones volcánicas representan otra posible causa de tsunamis debido a que pueden ocasionar el desplazamiento de un gran volumen de agua. No obstante, esta combinación de eventos es poco frecuente, aclara la entidad internacional.
Un ejemplo de esto fue la erupción del volcán Krakatoa, en Indonesia, en 1883. La explosión ocurrida en ese momento generó olas que llegaron a los 41 metros y provocaron efectos devastadores.
Sumado a los puntos anteriores, las colisiones extraterrestres (de asteroides o meteoritos, por ejemplo) son otra posible causa de olas gigantes.
Sin embargo, hasta el momento no se han registrado tsunamis provocados por meteoritos o asteroides en la historia reciente. Pero se estima que, de chocar contra el océano, estos cuerpos celestes podrían desplazar un gran volumen de agua y provocar un tsunami.
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