17 de diciembre de 2024

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Iker Jiménez: «La historia de Almunia fue de las más potentes que he visto sobre un deportista y el misterio»

La agenda de Iker Jiménez (Vitoria, 1973) se encuentra más apretada que la de un primer ministro. Más si cabe en estos días, cuando le han hackeado la web y su canal de Youtube. Hace un mes arrancó la 19ª temporada de Cuarto Milenio, que alterna también con el programa de investigación Horizonte. El popular
José Luis Guerrero

La agenda de Iker Jiménez (Vitoria, 1973) se encuentra más apretada que la de un primer ministro. Más si cabe en estos días, cuando le han hackeado la web y su canal de Youtube. Hace un mes arrancó la 19ª temporada de Cuarto Milenio, que alterna también con el programa de investigación Horizonte. El popular presentador no para, en todos los sentidos. Pero hace un hueco a Relevo en su interminable lista de espera para ser entrevistado, entre los que figura el mismísimo Jordi Wild, porque conectamos con su gran pasión, además de la televisión y el misterio, el fútbol. Lo hace, además, para la noche de Halloween. «El mundo está muy turbulento y el Retrofútbol es una forma de alivio», nos confiesa.

Sólo hay que darse una vuelta por su canal de Youtube de Retrofútbol para darnos cuenta de que no vamos a entrevistar a uno de los comunicadores más famosos de España sino al niño que aún lleva dentro. Su vía de escape, donde PES Universe le hizo un option file a medida, con plantillas, estadios, uniformes y todo tipo de detalles del fútbol con el que creció él, el de 1978 a 1986. Un proyecto que ha sacado junto a su cuñado, Félix Porter. «Tenemos todos los campos de Primera y Segunda con todas las publicidades exactas y los ambientes de la época. Campos como la Creu Alta, Rico Pérez o Castalia exactos. Cada jugador con su cara y su primera y segunda camiseta. Es el fútbol de los cromos pasado a videojuego», subraya.

Eres un show narrando los partidos Retrofútbol. ¿Crees que si te hubieras dedicado al periodismo deportivo habrías alcanzado la misma fama y cariño de la gente?

He narrado miles de partidos solo porque soy hijo único (ríe). He tenido muchos amigos y he jugado mucho al fútbol, pero en el año 82, con el Mundial, tuve mi deslumbramiento con el fútbol; antes no me interesaba tanto. Iba a cumplir 9 años y recuerdo estar coleccionando una serie de muñecos llamados Airgam Boys, que eran unos muñecos pequeñitos con unas porterías y les ponía una red naranja, de mi abuela, y me hice miles de Estudios Estadios durante muchos años. Así hasta la adolescencia. Miles de Estudios Estadios contando un Valladolid-Burgos, un Real Madrid-Sporting, un Real Sociedad-Barcelona y lo que tocase. Con mis puntos, con mis Pichichis, con las expulsiones… Narré tantísimas veces a lo largo de mi vida que algo de eso ha quedado. La gente se divierte conmigo porque, así como no tengo el arraigo con el fútbol de hoy, el fútbol de mi época lo vivo muy intensamente. Mi cuñado y yo, que somos los padres del Retrofútbol, nos inventamos todo tipo de apodos. Fama no sé si alcanzamos, pero cariño de la gente sí.

Enamorado del fútbol de los 80 y con la Kings League en pleno auge… ¿Estamos cerca del fin del mundo futbolístico?

Estamos como en casi todo, en una época de decadencia. El dinero no lo es todo. El dinero a veces está lejos del sentimiento y del corazón, muchas veces. Quizás somos unos nostálgicos. Como decían aquellos: «No soy nostálgico, porque no hay nostálgicos como los de antes» (ríe). Lo que quiero decir es que los que hemos vivido el fútbol de los 80 en sus inicios, la niñez es una pantalla muy fina donde todo queda muy grabado. Tengo en la mente el olor a puro, ir con mi abuelo a El Sadar, ir con mis amigos a Mendizorroza o San Mamés, el ambiente de Atocha… Todo eso se te queda en el alma. Era un fútbol mucho más del pueblo, mucho más cercano. Un fútbol donde la heroicidad iba asociada a unos colores y esto se ha perdido absolutamente.

Tú ídolo es Juan Señor por aquel 12-1 ante Malta que tuvo mucho de paranormal aquello, ¿no?

Tengo muchos ídolos, pero Juan Señor, sin duda alguna, es uno de ellos. Es el gol que más he gritado en mi vida. Había pasado el Mundial 82 con una increíble sensación de derrota. Recuerdo muy bien a otro de mis ídolos, Jesús Mari Zamora, el mejor centrocampista de Europa junto con Antognoni. No he sido de ningún equipo, pero las dos ligas de la Real Sociedad son las que a mí me despiertan en el mundo del fútbol. La que me hace conectar con la emoción que yo no conocía. El gol de Juan Señor era venir de la oscuridad, recuerdo el gol de Zamora a Schumacher (en el partido de la segunda fase del Mundial 82), pero por cómo nos vamos del Mundial, lo recuerdo con una enorme tristeza. Para mí el Mundial de España lo era todo, era un niño que me compraba los Extras de Don Balón y recuerdo a mi tío Joaquín, en Villava (Pamplona), que había comprado un Video 2000 y que podíamos grabar a Brasil, que era uno de nuestros equipos favoritos y de repente España se va. Ese gol de Señor nos reconcilió a todos con lo imposible, con el milagro y con lo que es España para mí: ese arreón que nadie se puede ni imaginar. Ese «goooooool de Señor» (emula la narración de José Ángel de la Casa) es algo de lo más mítico que viviremos jamás. Tuve la suerte de estar ahí viéndolo, con mi tío y mi abuelo rompiendo el sofá de los saltos, pero eso es lo que ocurrió en España, fue como un bálsamo común. El 12-1 a Malta sí que es el final de la Transición.

«Cualquier puerta prohibida en el mundo la abre el amor por el fútbol»

IKER JIMÉNEZ

¿Qué significa para ti el Glorioso?

El Alavés significa entrar por primera vez a un campo de fútbol. Fue en octubre del año 82: Alavés 1, gol de Juanjo; Rayo Vallecano 1, gol de Aguilar. El deslumbre del césped, porque no se veía como en la tele, en las revistas o en el periódico, que eran en blanco y negro habitualmente; ese verde impresionante en el norte de España; esos trajes tan bonitos y tan relucientes; la seriedad del fútbol visto a nivel de grada; el humo los puros; el olor casi a coñac del bar de debajo, lo tengo todo en la pituitaria; los bombos acompasados, el frío que hacía en Mendizorroza. Eso no lo olvido y es algo que irá siempre conmigo. La primera vez que veo fútbol de Primera fue en San Mamés, un Athletic-Betis, que fue impresionante; pero mi inauguración es en Mendizorroza, donde seguíamos al Alavés hasta en los partidos de Tercera: contra el Erandio, el Ensidesa, el Arosa…

Hace unos días mucha gente pensaba que la UE iba a prohibir los campos de hierba artificial. ¿No habría estado mal que hubieran vuelto los campos de tierra?

El campo de tierra me viene muy bien. Soy tronco. No tengo mucha técnica, yo soy zorro porque he sobrevivido (ríe) jugando hasta los 50 con los amigos. Jugaba por arriba y era muy hábil en el gol. Es curioso. Descubrir la oportunidad y tirar el desmarque. También conocía muy bien mis limitaciones. Eso es importantísimo en todas las facetas de la vida. Me va mucho mejor el balón Mikasa y la tierra porque ¡pum!, acolchaba la pelota y caía, lo que me permitía un fútbol más lento, que a mí me iba mejor que el césped.

Eres un enamorado de las botas y medias clásicas, pero para las pachangas de los lunes con tus amigos no buscas campos de tierra, ¿no?

Jugamos en césped, sí (ríe). Pero siempre botas clásicas, Copa Mundial. Amor de toda la vida. No hay comparación. He jugado con algunas otras en épocas diferentes, pero no. Soy muy de Adidas. Mucho. Todo lo llevo de esa marca. Tengo camisetas muy antiguas del Salamanca, del Burgos, del Sevilla, del Valladolid, de Uruguay, de Perú, de Colombia, de Hungría, de Polonia, de Argentina y es un placer para mí. Hace poco, en uno de esos partidos, iba con una camiseta de Uruguay 1980, con Rubén Paz, el que pudo ser Maradona en Uruguay y que era un jugadorazo; me vino un uruguayo y me dijo: «Te compro la camiseta. ¡Te doy un bitcoin!». Y le dije que no estaba en venta, pibe: «Hay cosas que no comprendés» (imita con acento uruguayo y subiendo el tono). Eso es el Retrofútbol.

El doctor Bilardo, como Maradona, no podía ver el verde. Luis Aragonés, el amarillo. ¿Cómo ves todo eso de las cábalas en el mundo del fútbol?

Son muy importantes las cábalas. Es parte de ese fútbol, que es otra historia y que nosotros intentamos consagrar con nuestro Retrofútbol a nivel digital. Cada miércoles veo el fútbol con mis amigos, donde hacemos una liga y nos lo tomamos muy en serio, que para mí es de las mejores cosas de la vida: seguir sintiéndome niño jugando al fútbol con mis amigos. Yo tengo cábalas con el balón, con ponerme un doble calcetín de tal manera, tengo medias rotas por un talón que sigo utilizando con un calcetín de refuerzo, porque son las medias que me dan suerte. Si gano, siempre tengo que jugar con el mismo balón, aunque el equipo rival quiera elegir otro distinto. Tiene que ser un balón tipo Tango, redondo blanco Adidas Telstar. A mí las tonterías que parecen balones de playa no me van.

«Simeone y yo somos dos supervivientes porque el banquillo y la televisión son dos picadoras de carne»

IKÉR JIMÉNEZ

¿Qué es más extraño 18 temporadas de Cuarto Milenio en televisión o las 13 temporadas de Diego Pablo Simeone en un mismo banquillo?

Están a la misma altura. El banquillo, como le pasa al Cholo, y la televisión son picadoras de carne. Además, da igual el éxito porque la gente se acostumbra, la gente se cansa y la gente quiere novedades. Esto no es una carrera de sprint, sino de fondo. Realmente no me habían hecho esta comparativa (ríe), pero sí. El Cholo y yo somos supervivientes, como dice aquella canción argentina «Sobreviviendo» y lo hacemos quizás porque al Cholo le encanta el fútbol y a mí me encanta el fútbol, la tele y el misterio.

¿El ‘madridismo sociológico’ tiene algo de esoterismo, fake news o dura realidad?

No sé qué es exactamente el madridismo sociológico, pero creo que hay una mítica del Real Madrid que vivía en El Sadar. Siempre le he tenido un respeto enorme al Real Madrid porque había algo en el Madrid que sabías que te podía ganar en cualquier momento. Eso no pasaba con muchos otros equipos. El Real Madrid tenía algo que se lo ha creído, que se ha fomentado y que es la verdad, y que asusta a los demás: el Madrid nunca jamás, aunque vaya 5-0 a falta de 20 minutos, puedes decir que está muerto. Si eso pasa es que no es el Madrid de antes. Recuerdo el Madrid de Ángel, Camacho, de Juanito, de Santillana, San José, Miguel Ángel y era tremendo. Había mucha animadversión hacía el Madrid, es verdad; todo el mundo va contra el Madrid en general, yo lo que veía, en cambio, era gente heroica. Con mucha suerte, pero la suerte es de quien cree en ella.

¿Hace falta más entusiasmo y menos dinero saudí en el fútbol actual?

El entusiasmo viene de la palabra griega θεός (dios), viene de lo alto, de lo poderoso y de lo trascendente. Es una palabra clave en la vida. Por supuesto me parece una palabra clave. Me parece bien que haya dinero en el fútbol y que la gente gane mucho dinero. Soy liberal en ese aspecto; se cobra en proporción a lo que generas. Lo contrario me parecen ejemplos de este mundo buenista absolutamente incomprensible, donde la gente se queja de lo que ganan otros, en lugar de intentar ganar más. En buen alid, por supuesto. Siempre estamos hablando de deportistas que si lo valen y se lo pagan, lo merecen. Dicho lo cual, no es tanto la cuestión del dinero sino la desmembración de unas raíces y de una identidad. La Ley Bosman se carga el fútbol que yo conocí.

Zidane, Almunia o Duda fueron algunos futbolistas que vivieron sucesos paranormales tal y como has contado en tus programas. Y tuviste a Estopa contando la aparición de Inca Valero, la mujer asesinada por el boxeador Edwin Valero. ¿Cuál te impresionó más?

Sí, los conozco además a muchos de ellos personalmente y me lo han contado. Sin duda, el más impresionante para mí es el de Almunia, porque luego supe de la historia por otros jugadores, desgraciadamente ya desaparecidos y que jugaban en el Arsenal, y cómo vivían en una casa que eran psiquiátricos antiguos y la aparición que tuvo Almunia, sea lo que fuere, impresiona. Me lo contaron Almunia y su chica a mí en Ibiza con todo tipo de detalles. Era impresionante. Era sobrecogedor. Son de esas cosas que nada nos hace suponer que es una invención, ni mucho menos porque no les proporcionaba nada; al revés, fue una auténtica pesadilla para ellos. Había que ver a los dos cómo lo contaban. Lo recuerdo muy bien en 2006, donde Almunia venía de la final de la Champions, cuando pierde con el Arsenal frente al Barça. Todo eso estaba somatizado también y en algún momento se puso a recordar y hablamos y fue increíble. Fue una de las historias más potentes que yo he conocido de un deportista y el misterio.

¿Qué vio Manuel Almunia en Londres?

Almunia, exportero del Arsenal entre 2004 y 2011, vivió un ‘Poltergeist’ en su casa de Abbots Langley. Lo contó en febrero de 2008. El propio futbolista reconoció que oía ruidos de cadenas que se arrastraban y había sido testido de cómo la televisión y el equipo de música se encendían solos. «Una vez mi esposa vio la figura de un monje con un candil en la mano al final de nuestra cama», dijo en el ‘Daily Mail’, que informó que Arsene Wenger había dado permiso al portero español para ir a su casa a comer, en lugar de quedarse en la Ciudad Deportiva, por el terrible miedo que sentía su mujer, Ana.

Aunque de la que más hablas fue la tragedia del Monumental de Lima de 1964, donde murieron 328 personas en un estadio de fútbol…

Sí, Perú es un lugar que he rodado muchas veces y es un lugar que adoro. Es mi país favorito junto a España. Bueno, mejor, uno de mis países favoritos donde todo es posible y el realismo mágico vive. Resulta que esa tragedia del Monumental hay que vivirla. Hay que grabar a la gente que estuvo allí y sabe lo que pasó. Es increíble. La afición en Perú ha sido muy sufrida. Allí he conseguido muchísimas cosas cuando me cerraban las puertas a nivel arqueológico, a mitad de un desierto, era sacar a Patrón Velásquez, era sacar a Eduardo Malásquez, era sacar a Cubillas, era sacar a Uribe, era sacar a Patrulla Barbadillo, era sacar a Héctor Granítico Chumpitaz y te abrían todas las puertas. En mis viajes por el mundo, que ya soy muy mayor, he vivido claramente que cualquier puerta prohibida la abre el amor al fútbol.

Una historia con mucho impacto en Relevo fue la de ‘Una casa paranormal y una pesadilla nunca contada por cuatro jugadores del Betis: «Un colchón ardió sin motivo». ¿La conocías?

Sí (ríe), algo conocía, no con detalle. No me extraña porque hay sucesos que suceden a veces y que no los entendemos, y que pueden ver varios deportistas. Ha habido casos de deportistas de la NBA que han salido, prácticamente, dando alaridos del miedo en un sitio. Estas cosas me llaman menos la atención que al resto de la gente.

«Ha habido casos de deportistas de la NBA que han salido dando alaridos del miedo en un sitio»

IKER JIMÉNEZ

¿En qué estadio pondrías la banda sonora de Algo, el disco que sacaste?

Siendo romántico y del Retrofútbol, sin duda pondría Algo en Atocha. Reconstruiría Atocha. Es mi campo favorito de todos los tiempos porque es esa portería pegada a la grada; esa posibilidad de los niños tocaran las rede y que yo he vivido; ese sacar un córner y que alguien con un paraguas toque la cabeza de López Ufarte o le tire del pelo (ríe). He sido amigo de los futbolistas de la época, por ejemplo, tuve una gran amistad con Michael Robinson, con Lobo Carrasco, con Juan Señor, con Quique Sánchez Flores, con el Poli Rincón, es decir, he conocido gente que me ha contado cosas de aquella época y Atocha era terrible. Pondría Algo retumbando en ese templo del fútbol.

¿A qué equipo concentrarías en el Castillo de los Opisbos de Sigüenza?

(Ríe). A cualquier equipo de valientes, a cualquiera entonces del Retrofútbol. Imagínate al Granada de los 70, con Aguirre, Suárez, Montero Castillo, Pedro Fernández, que eran temibles. Ahí el reto sería: ¿Quién teme a quién? ¿Los fantasmas del castillo o los gladiadores temibles del Granada? Creo que fue Rexach aquel que dijo que ir a Los Cármenes era peor que ir a la guerra. Ahí sólo faltaba el gran Megido, que siempre fue uno de mis grandes ídolos. Por representar perfectamente la época.

Dinos tu once clásico del fútbol mundial.

En la portería, Arconada, no hay duda alguna. Defensa de tres con Daniel Passarella, el mejor defensa de todos los tiempos; a Miguel Tendillo, que me parece el súper clase central de toda la vida: jugó en el Valencia, en el Madrid y en el Murcia; y el mejor lateral que yo he visto, con todos los respetos a las demás opiniones, fue el Conejo Tarantini, campeón del Mundo con Argentina 78, de vida disoluta, pero con una potencia de esa época; el mediocampo, pondría a Patrón Velásquez, era uno de mis favoritos de la historia y del Retrofútbol: imponente, 1,87, capitán de Perú, diez o 12 años en las Copas de América de los 70, una personalidad increíble y tuvimos la suerte de tenerlo un tiempo en el Hércules de los 80; iría también Jesús Mari Zamora, que es súper clase; iría Giancarlo Antognoni, otro súper clase de Europa y una delicia de la fiebre de Italia; y el mediapunta para mí el más grande, Diego Armando Maradona, no hay comparación, de Maradona no se puede ni hablar porque es el planeta siguiente; y otro mediapunta, de lo que yo he visto, Rubén Paz, de Uruguay, campeón del Mundialito y alma de esa Uruguay maravillosa; por arriba, un polaco que era brutal de elegante y muestra de un fútbol del Este que impactaba muchísimo, que se llama Boniek; Sé que faltan muchos grandes, me gustaba por ejemplo mucho el chileno Pato Yáñez, que lo tuvimos en el Valladolid, pero para completar el equipo pondría al brasileño Éder, que vimos en el Mundial 82: era un show. Este equipo lo fichaba siempre.

¿Y un once terrorífico aprovechando la noche de Halloween?

Ahí está el Demonio Roberto López Ufarte; el OVNI Santillana, había un diablo en Argentina llamado Monserrat; Cabeza Ruggeri siempre lo tendríamos en la defensa; el Tano Gutiérrez un auténtico asesino como central uruguayo; tendríamos al Tolo Gallego, que le llamaban pozo de cocodrilos porque nadie pasaba por ahí sin su marca… Entre todos y ejemplo de ese fútbol, me quedo con López Megido, y mira que me dejo muchos con calidad como Lobo Carrasco, Rafa Marañón, Charly Santillana, Manu Sarabia, Lumbreras, Monreal, pero Megido, con el pelo a lo afro, fue nuestro George Best con cadenas de oro y luego logré ser su amigo. En la búsqueda de lo que es el Retrofútbol se encuadra como el ejemplo de lo que es el fútbol potrero, de calle, de regatear en un baldosín, fútbol sin metrosexualidad y fútbol pegado a una forma de ser. Ese fútbol de Mágico González, en el que López Ufarte tuvo ese nivel. No he vuelto a ver jugadores de ese tipo a Tanco, Migueli o Sañudo y sería difícil pasar por delante de ellos hoy en día. Había otra esencia. Sintiéndolo mucho, el fútbol de hoy no me produce ningún tipo de emoción comparable al de Señor.

José Luis Guerrero

José
Luis
Guerrero
coordina
los
contenidos
de
la
redacción
de
Relevo
además
de
cubrir
la
información
del
Atlético
de
Madrid.
Licenciado
en
Periodismo
por
la
Universidad
Complutense
de
Madrid,
empezó

su
andadura
periodística
en
Eco
Radio
y
City
FM
con
Pedro
Pablo
Parrado
en
el
mítico
‘Goles’.
También
trabajó
en
Europa
Press,
en
la
revista
de
la
Federación
Madrileña
de
Fútbol,
en
‘Madrid
al
Tanto’,
en
Diariogoles.com,
en
La
Opinión
de
la
Sierra
Oeste
y
en
Telemadrid.
Aunque
el
grueso
de
su
trayectoria
la
desempeñó
en
AS,
entre
2005
y
2022,
donde
escribió
3.120
artículos
en
las
secciones
del
Atlético,
Fútbol
Base,
Fútbol
Internacional,
Real
Madrid
(cubriendo
los
viajes
y
fichajes
del
equipo
blanco
por
una
veintena
de
países)
e
Internet.
Autor
del
libro
‘Benzema,
La
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en
el
área’,
de
la
editorial
Al
Poste
(2013).