17 de diciembre de 2024

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“¡El pánico se apodera de Estados Unidos!”: la falsa invasión extraterrestre que atemorizó a millones

«¡El pánico se apodera de Estados Unidos!»: la falsa invasión extraterrestre que atemorizó a millones

“Columbia Broadcasting System (CBS) y sus estaciones afiliadas con Orson Welles y el Mercury Theatre al aire en La guerra de los mundos, por H. G. Wells”. Así presentó el locutor la obra radial que un día como hoy, pero de 1938, desató el caos en los Estados Unidos (ya veremos si fue tan así).Welles

Columbia Broadcasting System (CBS) y sus estaciones afiliadas con Orson Welles y el Mercury Theatre al aire en La guerra de los mundos, por H. G. Wells”. Así presentó el locutor la obra radial que un día como hoy, pero de 1938, desató el caos en los Estados Unidos (ya veremos si fue tan así).

Welles comenzó a convertirse en artista total a sus 23, cuando lideró una de las transmisiones radiales más recordadas de la historia.

El episodio de La guerra de los mundos fue el número 17 de la serie «The Mercury Theatre on the Air», y se transmitió en vivo especialmente para Halloween. Duró aproximadamente una hora.

Recordemos que tres años después, en 1941, Welles revolucionaría con El Ciudadano la concepción del cine de Hollywood de aquellos tiempos.

John Houseman (el productor), Howard E. Koch (el guionista), Paul Stewart (el director de ensayo) y Welles (el director de la obra) comenzaron a trabajar en la adaptación de la novela de ciencia ficción mucho tiempo antes de la transmisión -que fue el 30 de octubre de 1938 a las 8 P. M- posiblemente sin imaginar lo que provocaría en la audiencia y los medios.

Transpolaron los acontecimientos del relato de Wells a los Estados Unidos y a la época. El canon señala que la novela de 1898 fue la primera en narrar una invasión extraterrestre a la Tierra en el género de la ciencia ficción.

Esto fue lo que pasó.

I: El escándalo

Hoy sabemos que en los primeros años del siglo XX nuestro mundo estaba siendo observado por unos seres más inteligentes que el hombre y, sin embargo, igual de letales”. Las primeras palabras de Welles en el episodio sientan las bases de lo que vendría después.

Welles tuvo que explicar que el episodio era simplemente ficción. Foto: AFPWelles tuvo que explicar que el episodio era simplemente ficción. Foto: AFP

Tras el monólogo inicial comienza lo que parece ser una transmisión radial más de la CBS, solo que compuesta por noticias de supuestas apariciones extraterrestres en diferentes lugares de los Estados Unidos.

Los informes interrumpen la transmisión sin pausas comerciales. Los sucesos descriptos van siendo cada vez más graves.

La cosa se empieza a poner un poco más oscura cuando se oye un informe totalmente fuera de contexto sobre un objeto desconocido que cayó en una granja de Grovers Mill, en Nueva Jersey.

La conferencia de prensa de Welles del día siguiente a la transmisión. Foto: APLa conferencia de prensa de Welles del día siguiente a la transmisión. Foto: AP

Todo empeora cuando un corresponsal comunica en vivo que ve criaturas emerger de una nave espacial extraterrestre.

Los monstruos matan a los funcionarios locales con rayos de calor y la señal de radio se “corta” abruptamente, dando paso a lo que sigue: una serie de actualizaciones que comunican una invasión E. T. mortal.

La primera parte del episodio finaliza con un periodista que avisa que los extraterrestres están liberando nubes de humo venenoso.

Desde la primera mención de los meteoritos hasta la caída de Nueva York pasan menos de cuarenta minutos. Para el oyente de hoy era obvio que el tiempo de los acontecimientos narrados pertenecía al de la ficción.

¿Qué tan cierto es que hubo ¿Qué tan cierto es que hubo «pánico»?

La segunda parte, que llega tras un intervalo, sigue el testimonio de un sobreviviente interpretado por Welles que habla de las secuelas de la invasión.

La obra culmina con un segmento de 16 minutos en donde se afirma que los marcianos son abatidos por microbios.

II: Ilusión de realismo

La ilusión de realismo era total: en La guerra de los mundos había material de archivo, falsos periodistas, falsos testimonios, canciones, nombres de personas y lugares reales (y eso que la CBS pidió atenuar el realismo de una primera versión del guion para no tener problemas legales).

Quienes se enganchaban en el medio de la transmisión sin haber escuchado el comienzo experimentaban un grado de estupefacción inusitado. Recordemos, además, que la CBS Network era la radio más escuchada del país.

Orson Welles lidera el grupo en la izquierda superior.Orson Welles lidera el grupo en la izquierda superior.

Mientras la transmisión sucedía se decía que buena parte del país estaba alterada por la supuesta invasión.

El actor Stefan Schnabel dijo que cuando terminó su actuación vio “a unos cuantos policías” entrar al estudio para intentar detener el show. Estos se terminarían peleando con los ejecutivos de la CBS, que querían evitar a toda costa que nadie interfiriera en la transmisión.

Cuando estaba sonando la canción final, el alcalde de una ciudad del Medio Oeste llamó a Houseman para exigirle explicaciones porque, según él, había mucho lío en las calles..

El edificio de la CBS se llenaba de periodistas y de policías al mismo tiempo que los empleados de CBS destruían los guiones y registros de la transmisión.

Paul White, el director de CBS News, escribió tiempo después que Welles, mientras todo esto sucedía, “estaba sentado solo y abatido”.

Más tarde, otro actor dijo que en Time Square estaban difundiendo noticias de La guerra de los mundos y eso había hecho que la gente huyera corriendo de los teatros de Broadway. “ORSON WELLES CAUSA EL PÁNICO”, se leía al frente del edificio del New York Times.

Un títulos sensacionalista de un diario del momento.Un títulos sensacionalista de un diario del momento.

Se dijo que había habido muertos de la desesperación, estampidas, corridas desesperadas, huidas de hogares. Histeria total.

En 1988, los operadores telefónicos de AT&T Corporation recordaron que había personas que los llamaban «llorando y gritando», preguntando si había cadáveres cerca de los operadores, «rogándonos que conectáramos con sus familias… antes de que el mundo llegara a su fin». «La gente lo creyó. Realmente lo creyeron esa noche», aseguró uno.

III: El nacimiento de las fake news

Por todo el asunto, Welles y compañía salieron a pedir perdón y a decir que el país estaba en buenas manos. El director habló en una conferencia de prensa a la mañana siguiente y White escribió un documento que aseguraba que lo narrado era tan solo una ficción.

Con el tiempo, diversas investigaciones demostraron que la obra no era la única “ficción”. También eran ficticias muchas de las noticias que describían las repercusiones catastróficas de la transmisión.

Según Los Ángeles Daily News, sólo el 2% de la población de Estados Unidos escuchó la obra en aquel momento y los medios exageraron conscientemente las noticias de las repercusiones.

Orson Welles en un diario de la época.Orson Welles en un diario de la época.

«La nación es barrida por la histeria después de ‘invasión marciana'» o «El pánico se apodera de los Estados Unidos mientras la radio organiza un ataque de Marte» fueron algunos de los títulos de los diarios.

Sin embargo, para el historiador W. Joseph Campbell, por ejemplo, la no fue así: «El pánico y la histeria colectiva tan fácilmente asociados con La guerra de los mundos no ocurrieron en nada que se acercara a una dimensión nacional».

Campbell citó a Robert E. Bartholomew, una autoridad en brotes de pánico masivos, y dijo que «hay un consenso cada vez mayor entre los sociólogos de que el alcance del pánico… fue muy exagerado».

La transmisión de Welles significó la primera vez que los medios de comunicación masivos penetraron fuertemente en la opinión pública a través de fake news. Los diarios pueden no ser responsables de la histeria, pero sí del mito del pánico.

Eran tiempos de Gran Depresión y la radio tenía gran parte de los ingresos publicitarios de la prensa. Entonces, desacreditar a medios tan importantes como CBS era una buena oportunidad para que los diarios puedan jactarse de su poder.

Handley Cantril dirigió un estudio de la Universidad de Princeton en el que asegura que 1,7 millones de estadounidenses creyeron en la llegada de los extraterrestres al planeta, mientras que 1,2 millones de personas sí se asustaron.

Al finalizar, Welles se había encargado de desdramatizar el asunto. Dijo que la obra era el equivalente a «vestirse con una sábana, saltar de un arbusto y decir , ‘¡Boo!'». «Si suena el timbre y no hay nadie allí, no fue marciano; es Halloween«.