Son tantos los años que lleva Iker Jiménez (‘Cuarto milenio’, Cuatro) buscando criaturas extraterrestres, ‘aliens’, que quizá nos hayan visitado, o incluso que están aquí, entre nosotros, camuflados, que ha confeccionado un álbum. Nos lo ha enseñado.
Hay en él un repertorio de seres extraños, a lo mejor provenientes del sistema estelar Alpha Centauri, o de la Constelación Orion. Quizá falta –dicho sea sin ánimo de faltar– algún ejemplar de Raticulín, el planeta del vidente Carlos Jesús, tan famoso en ‘Crónicas marcianas’. Pero lo más interesante de este álbum es que Iker lo ha realizado uniendo su portentosa imaginación a la IA, la Inteligencia Artificial. Años atrás, en 1986, la Editorial Mundicrom sacó a la venta un Álbum de Monstruos que tenía un apartado titulado ‘Seres extraterrestres’. Eran unos cromos muy ingeniosos con figuras impactantes. O sea que el álbum de Iker tiene precedentes, sin necesidad de recurrir a la IA.
La fascinación por los ‘aliens’ es un tema recurrente en ‘Cuarto milenio’. Últimamente le han dedicado gran atención a las momias de Nazca, unos esqueletos pequeñitos encontrados en Perú. Hay ufólogos que dicen que son ‘aliens’ enterrados aquí desde hace 700 años. Otros señalan que son huesecillos pegados con Superglue 3. Iker disfruta sembrando en la audiencia una zozobra inquietante. A lo mejor en lugar de buscar en las galaxias, Iker debería fijarse en el personal que circula por la tele, por platós y por programas. Yo creo que ahí sí que hay auténticos ‘aliens’.
ARRANCANDO CABELLERAS .– Cambiemos de registro. Vayamos a ‘Salvados’ (La Sexta). Gonzo ha sentado frente a frente a un israelita y un palestino. Buscaba un contraste de miradas sobre la guerra de Gaza. El de Israel ha tenido un valeroso punto de catarsis: «Israel tiene que pedir perdón al pueblo palestino, la historia sobre la que está construido mi país infringe drama». Al palestino se le preguntó qué siente cuando ve a Hamás asesinando a niños, mujeres y ancianos, y ha utilizado una metáfora: «Eso es como entrar en un cine cuando la película ya empezado hace rato, y la primera imagen que ves es un apache arrancándole la cabellera a un blanco. Queda el concepto de que el apache es el salvaje. Y eso es falso. Hay que ver la película desde el principio». Es una metáfora muy meditable.
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