Los últimos dos años han sido momentos decisivos para el fenómeno ovni en los Estados Unidos, ya que informes y comparecencias históricas desde el 2021 han brindado la posibilidad de que la vida extraterrestre finalmente sea tomada en serio por todos, desde senadores hasta un expresidente y también por el Pentágono.
En junio del 2022, el Pentágono publicó un informe muy esperado sobre fenómenos aéreos inexplicables (UAP), la nomenclatura ahora preferida por algunos en la comunidad extraterrestre, que encontró más de 140 instancias de UAP que no podían explicarse. El informe se produjo después de que las imágenes militares filtradas documentaran sucesos aparentemente de otro mundo en el cielo, y después de que el testimonio de los pilotos de la marina ayudara a desestigmatizar un poco un tema que durante mucho tiempo ha sido definido por teorías de conspiración y avistamientos dudosos.
En octubre del mismo año, la NASA anunció un equipo compuesto por 16 científicos que estaría estudiando los fenómenos aéreos inexplicables. En junio de este año, la agencia espacial televisó la audiencia de cuatro horas con un panel independiente de expertos que prometieron ser transparentes. El equipo de 16 científicos y otros expertos seleccionados por la NASA incluía al astronauta estadounidense retirado Scott Kelly, quien pasó casi un año en el espacio.
El panel de la NASA representó la primera investigación de este tipo jamás realizada bajo los auspicios de la agencia espacial de Estados Unidos sobre un tema que el gobierno alguna vez confió al ámbito exclusivo y secreto de los funcionarios militares y de seguridad nacional. Los esfuerzos paralelos de la NASA y el Pentágono, ambos realizados con cierta apariencia de escrutinio público, resaltan un punto de inflexión para el gobierno de Estados Unidos después de décadas de desviar y desacreditar avistamientos de objetos voladores no identificados, asociados durante mucho tiempo con nociones de platillos voladores y extraterrestres, que se remontan a la década de 1940.
Los fenómenos aéreos no identificados han estado recibiendo un mayor escrutinio por parte del gobierno de estadounidense en los últimos años debido al testimonio de alto perfil de testigos creíbles antes mencionados. Con el fin de arrojar luz sobre lo que algunos consideran la amenaza apremiante a la seguridad nacional que plantea este tema, el subcomité de Seguridad Nacional, Frontera y Asuntos Exteriores del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes celebró una audiencia el miércoles 26 de julio en Washington titulada «Fenómenos anómalos no identificados: Implicaciones en la Seguridad Nacional, Seguridad Pública y Transparencia Gubernamental».
Tres testigos clave testificaron en la audiencia: Ryan Graves y David Fravor, dos ex aviadores de la Marina de los Estados Unidos que revelaron encuentros muy publicitados con objetos desconocidos en el espacio aéreo de entrenamiento militar; y David Grusch, un veterano de combate militar estadounidense condecorado y oficial de inteligencia del Pentágono. Menos de dos meses después de que se presentó para afirmar que el Pentágono está ocultando evidencia de naves extraterrestres del Congreso, el ex oficial de inteligencia David Grusch testificó bajo juramento para ampliar sus afirmaciones, hay que decirlo, audaces y no corroboradas. Junto con los dos ex pilotos, respondió preguntas de los representantes sobre avistamientos de otro mundo y la necesidad de una mayor autoridad del Congreso sobre los programas OVNI del Pentágono.
Grusch afirma que mientras estaba en el grupo de trabajo de la comunidad de inteligencia, se dio cuenta de los programas secretos dentro del gobierno de los Estados Unidos que estaban a cargo de la investigación tecnológica no autorizada relacionada con los fenómenos no identificados. Grusch también afirma que las personas han sido amenazadas y heridas físicamente en el encubrimiento del Pentágono de la supuesta evidencia.
Desde que se hizo pública la existencia de una investigación gubernamental sobre los ovnis en 2017, ha habido un cambio total en la forma en que se trata el asunto en el ejército y en el Congreso. Lo que alguna vez fue una broma ahora es una cuestión de informes serios sobre una amenaza a la seguridad nacional, incluso si muchos de los objetos no identificados con los que se topan los pilotos son solo globos.
A medida que las afirmaciones de Grusch llaman más la atención sobre los encuentros inusuales, los representantes quieren más responsabilidad del Pentágono. Los ovnis, “sean lo que sean, pueden representar una seria amenaza para nuestras aeronaves militares y civiles, y eso debe entenderse”, dijo el Representante Robert García. “Deberíamos alentar más informes, no menos, sobre las UAP. Cuanto más entendamos, más seguros estaremos”.
El gobierno de Estados Unidos puede o no preocuparse por la resolución de este tipo de fenómenos y de la posible vida extraterrestre que se mantiene como un enigma. Pero, al darse por vencido y aceptar que hay cosas que simplemente no puede resolver, ha relajado su control sobre el tabú. Para muchos, esto ha sido un consuelo, y para el congreso, una razón de velar por la seguridad nacional más allá del entendimiento científico de lo que implicaría un eventual contacto con otro tipo de civilizaciones.
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