Vichearon en vivo los cuerpos de los supuestos marcianitos: “no es un cuerpo armado”

Parte de lo que fue la transmisión en vivo que se realizó en la tarde de este lunes. (Foto: Captura de video / MaussanTV)

Después de todo el guyryry que se armó la semana pasada cuando el mexicano estudioso del fenómeno Ovni, Jaime Maussán, presentó ante el Congreso de su país dos cuerpos que aseguró eran “no humanos”, al punto que la propia agencia yanqui Nasa salió a meter la cuchara, ahora se vino el segundo round. Como fueron muchas las cosas que se dijeron en torno a esa presentación, a través de un vivo que hizo en su canal de YouTube, presentó a un grupo de expertos haciendo un nuevo estudio.

Entre los presentes, estaba el doctor Jesús Salce Benítez, quien analizó la tomografía y explicó que se trata de un ser que tuvo vida y fue biológico. Lo que no se supo precisar es si se trata o no de un extraterrestre. Sí puntualizó que pareciera que por dentro tenía como unos huevos de ave, por lo que se cree que habría fallecido en plena gestación.

“Hemos llegado al abdomen en donde si se observan estas piezas que parecen o que podrían ser huevos, nuevamente estamos ante un cuerpo que si hubiera estado modificado postmortem, tendría una serie de alteraciones que serían visibles en estos estudios. Al no haber encontrado ninguna de éstas características postmortem, estamos determinando que es un organismo que tuvo vida, estaba íntegro, fue biológico y se encontraba en gestación”, se explicó durante el vivo que se realizó.

“No pudo ser la unión de un cráneo de otra especie unido a este cuerpo porque se verían los residuos de la manipulación de ese cráneo, los grabados, las fracturas, las uniones y aquí no se observa (…) se ve una perfecta unión del cráneo y el cuello”, agregó.

“Se ha demostrado en vivo que no es un cuerpo armado, que no es un cuerpo de distintas partes como algunos supusieron, sino que se trata, más bien, de un ser orgánico completo”, aseguraron tras el estudio.

A más del doctor, estuvo un especialista en radiografías, otros profesionales médicos y un escribano público, quien se encargó de labrar acta sobre todo lo que se realizó en el lugar y dando fe que lo visto en el vivo era verídico.

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