Los FANI o fenómenos anómalos no identificados — concepto en el que ahora se incorporan los fenómenos antes llamados ovnis — han sido registrados durante décadas, pero también desestimados por la ciencia. En octubre de 2022, la NASA formó un equipo de 16 expertos y científicos, liderado por el astrofísico David Spergel, para investigar este tipo de eventos y definir, de una vez por todas, qué son exactamente.
El equipo tiene previsto publicar su primer informe preliminar sobre estos fenómenos a finales de julio de este año. Durante una conferencia pública sobre FANI, celebrada este 31 de mayo, Daniel Evans, administrador adjunto asociado para Investigación de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, declaró que la agencia considera que es su responsabilidad investigar los FANI. El objetivo es evaluar si estos fenómenos representan algún riesgo para la seguridad.
Spergel fue bastante crítico con la forma en la que se han estudiando los FANI en los últimos años. “Los esfuerzos actuales por recolectar información han sido poco sistemáticos y se encuentran fragmentados a través de muchas agencias que la mayor parte del tiempo registran FANI con instrumentos que no fueron calibrados para la observación científica”.
“Un FANI es algo que resulta inexplicable para un piloto o un sensor”, explica Sean Kirkpatrick de la oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios del Pentágono, agencia dependiente del Departamento de Defensa de Estados Unidos encargada de estudiar estos fenómenos. “Es un objeto que se comporta raro”.
Durante la conferencia, científicos y expertos de diversos campos, incluyendo astrobiología, ciencia de datos, oceanografía, genética, política y ciencia planetaria, manifestaron su interés en recopilar más datos de alta calidad sobre los FANI y mejorar la vigilancia mundial de estos fenómenos.
La agencia considera importante que este equipo trabaje exclusivamente con datos no clasificados para colaborar más abiertamente con la comunidad académica, la industria y socios internacionales. “Identificamos verdaderas ventajas en trabajar únicamente con datos no clasificados. Porque cuando usas ese tipo de datos, puedes colaborar libremente con el mundo académico, con la industria y con socios internacionales”, declaró Evans. “Necesitamos tantos ojos sobre este tema como sea posible».
El equipo no descarta apoyarse en la información proveniente de “ciudadanos científicos” o investigadores que no forman parte de alguna organización reconocida para llegar a alguna conclusión relevante, pero sin dejar de lado el rigor científico ya que, en palabras de Spergel, su información suele estar “poco calibrada y curada de manera incorrecta”.
“Mucha de su información [de los ciudadanos científicos] muestra aviones comerciales, drones militares, globos de investigación climática […] La mayoría no tiene valor informativo debido a la falta de control de calidad en su recolección y una curaduría correcta», añadió el especialista.
Por otro lado, durante la conferencia, Spergel critió la forma en la que el Departamento de Defensa oculta información de interés público y afirmó que la NASA y otras asociaciones científicas civiles prefieren trabajar con mayor transparencia, compartiendo e intercambiando información con el fin de llegar más rápido a más y mejores conclusiones.
“La información de Defensa e Inteligencia en FANI suele clasificarse primordialmente por la manera en la que se recolecta y no por su contenido. Por ejemplo, la cámara de un caza F-35 captura la imagen de un ave en video y ese video se clasifica, o un satélite espía graba un globo […] y ese material también se clasifica debido a su deseo por no revelar las capacidades técnicas de la Fuerza Aérea a otras naciones. La NASA, por otro lado, recolecta información de forma abierta y la publica en internet”.
Durante la conferencia se señaló que la búsqueda de vida extraterrestre no es el enfoque principal del estudio y también se detalló que no existe evidencia que sostenga la hipótesis de que los FANI tengan tal origen.
“En este punto, realmente no tenemos ningún dato explícito que sugiera que hay una conexión entre los FANI y la vida extraterrestre”, afirmó David Grinspoon, científico principal del Instituto de Ciencias Planetarias.
Nadia Drake, periodista científica que participa en el grupo de 16 especialistas encargados de armar el estudio antes mencionado, insistió en que “hasta la fecha […] no hay pruebas concluyentes que sugieran un origen extraterrestre para los vehículos aéreos no tripulados”.
El estudio de los FANI realizado por la NASA es independiente de otros estudios llevados a cabo por diferentes ramas del Gobierno de Estados Unidos, como el informe del Pentágono que fue desclasificado en junio de 2021.
Los FANI según el Departamento de Defensa de Estados Unidos
En la conferencia, representantes de las más altas esferas de la defensa aeroespacial de Estados Unidos aceptaron haber rastreado más de 800 casos de FANI, de los cuales solo del 5% al 10% podrían considerarse realmente “anómalos”.
Para Kirkpatrick de la oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios, un objeto “que esté haciendo algo raro” es aquel que «maniobra contra el viento a velocidad Mach 2 sin sistema de propulsión evidente».
Para ilustrar mejor este ejemplo, un avión caza de combate solo puede surcar el cielo a dicha velocidad usando un turborreactor de doble flujo que usa una cantidad considerable de energía, lo que hace relativamente fácil detectarlos por el calor, el ruido y las turbulencias que generan.
Kirkpatrick también mencionó que, tras haber integrado sus datos con los de la Fuerza Aérea estadounidense, logró registrar entre 50 y 100 avistamientos de este tipo cada mes, una cantidad mayor que la que él mismo había declarado previamente durante una audiencia ante integrantes de la subcomisión de Servicios Armados del Senado. En aquella audiencia también se discutieron temas como «la identificación de tecnologías extranjeras emergentes» de las que el globo de vigilancia de gran altitud chino que sobrevoló el espacio aéreo estadounidense a principios de 2023 es un ejemplo.
“Hay un estigma referente a la cantidad y calidad de los casos anómalos que reportamos y creo que viene de los líderes de nuestras organizaciones”, alega Kirkpatrick. “Mi equipo y yo hemos sido víctimas de acoso […] porque mucha gente no entiende realmente el método científico ni por qué hacemos lo que tenemos que hacer. […] La gente quiere respuestas rápidas y al no obtenerlas, alimentan el estigma exhibiendo la falta de información sobre estos casos”.
¿Qué es lo que la NASA considera actualmente como FANI?
Cualquier fenómeno que sea inexplicable por la ciencia y cuya tecnología sea considerada simplemente como “extranjera” en comparación con la que Estados Unidos tiene disponible públicamente es considerado un FANI.
Un ejemplo de este tipo de fenómenos es el registrado en abril por un dron en Medio Oriente que las autoridades estadounidenses describieron como “una esfera voladora de apariencia metálica”.
“Ese es un ejemplo típico de lo que vemos la mayoría de las veces. Los vemos por todo el mundo y lo vemos efectuando maniobras muy interesantes”, enfatizó Kirkpatrick.
¿Qué pretende el estudio sobre los FANI?
Principalmente, explicar el origen (presumiblemente múltiple) de estos objetos o fenómenos aéreos.
Los primeros resultados de este tipo de iniciativas se dieron en febrero del año pasado, cuando la agencia encabezada por Kirkpatrick echó luz sobre el origen chino de los misteriosos globos que fueron vistos sobrevolando algunas partes de Estados Unidos, descartando cualquier teoría sobre origen extraterrestre.
Daniel Evans recordó que la presencia de FANI “plantea preocupaciones sobre la seguridad” y que estudiarlos ayudará a «investigar si esas anomalías representan algún riesgo para la seguridad del espacio aéreo”.
El objetivo final, pues, es el de tener más control sobre lo que sucede en el espacio aéreo estadounidense y global.
¿Por qué FANI en lugar de OVNI?
FANI (UAP) se considera más neutral que OVNI (en inglés, UFO), concepto que, por lo demás, tiene una carga cultural fuerte. Además, los FANI abarcan un rango más amplio de avistamientos o fenómenos aéreos. Usar el término FANI implica reconocer que no todos los fenómenos necesariamente involucran objetos voladores en el sentido tradicional, como aeronaves.
Además, el cambio de terminología refleja un enfoque diferente en el estudio de estos fenómenos, ya que enfatiza la necesidad de una investigación científica rigurosa en lugar de saltar a conclusiones sobre la naturaleza u origen de estos avistamientos inexplicables. Al utilizar el término FANI, los investigadores y organizaciones como la NASA buscan promover una investigación más seria y objetiva de estos fenómenos basada en evidencia empírica y datos.
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