Ante los supuestos cuerpos extraterrestres presentados en el Congreso mexicano, la máxima casa de estudios de ese país tiene algo que decir.
Sin duda alguna, los últimos meses han estado entre los más controversiales, en lo que a vida extraterrestre se refiere. Como constancia de ello está lo que ocurrió en una audiencia celebrada en el Congreso estadounidense a finales de julio. Ahí, tres testigos retirados de las Fuerzas Armadas contaron sus experiencias con fenómenos aéreos no identificados. En ese contexto, el exoficial David Grusch llevó las cosas a otro nivel cuando aseguró que el Pentágono guarda “restos no humanos” y naves extraterrestres.
Hace unos días otra noticia similar llamó la atención. Ahora el escenario fue el Congreso mexicano, espacio donde se realizó una audiencia pública que tocó el tema de la vida extraterrestre y los fenómenos que parecen sustentarla.
A la reunión se presentó Jaime Maussan, un ufólogo y periodista de ese país norteamericano. El “plato fuerte” del evento se sirvió cuando el especialista en la materia expuso dos cuerpos momificados que, se presume, tienen más de mil años. Estos fueron hallados en 2017, entre las ciudades de Palpa y de Nazca, Perú.
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Tomando como referencia las declaraciones del ufólogo, los cuerpos presentados son de seres “no humanos” y tampoco pertenecen a nada de este planeta.
“De acuerdo a la Universidad Nacional Autónoma de México, que realizó los análisis de carbono 14, estos seres tienen alrededor de mil años de antigüedad. Es decir, no se trata de seres que fueron recuperados de naves, que son estrellamientos, sino que son seres que estaban sepultados en minas de diatomea”, informó Maussan.
Qué dicen los científicos
Haber referido a dicha universidad no podía ser algo que dejara indiferente a esta, sin contar a la comunidad científica en general, pues la polémica revelación corrió rápidamente más allá de las fronteras mexicanas.
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Con relación a lo sucedido, el Instituto de Física de la UNAM se pronunció al respecto a través de un comunicado. En este, la entidad científica explica que el Laboratorio Nacional de Espectrometría de Masas con Aceleradores (LEMA) hizo pruebas a muestras en mayo de 2017 que “según la información proporcionada por el cliente eran de piel y de tejido cerebral de aproximadamente 0.5 gr, cuyos resultados fueron emitidos en junio del mismo año y entregados al usuario que lo solicitó”.
“Los trabajos de datación por carbono 14 que se llevan a cabo en el LEMA únicamente están destinados a determinar la antigüedad de la muestra que trae cada usuario y en ningún caso hacemos conclusiones sobre el origen de dichas muestras”, se lee en el comunicado.
De modo que queda claro que los científicos del laboratorio se deslindan de las interpretaciones que se hagan con los resultados. Incluso, el texto añade que cualquier información que implique la participación del LEMA, en actividades distintas a la datación de carbono 14, carece de validez.
“La forma en que trabajamos (en la ciencia) es que una vez que tenemos evidencia, las personas hacen su análisis, lo presentan en publicaciones arbitradas y cuando ese proceso concluye, se publica en un artículo o se presenta en congresos y se pone en evidencia para discutirla. Se puede poner en contexto de toda la comunidad científica”, explica Antígona Segura, astrobióloga del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, a El País.
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