20 de septiembre de 2024

Extraterrestres

Informaciones Exclusivas sobre extraterrestres y ovnis en todo el mundo.

Explican el origen de 350 avistajes de ovnis registrados en el país: uno en Corrientes

n  La posible existencia de vida extraterrestre volvió a discutirse en las últimas semanas tras las declaraciones del expiloto y miembro de la inteligencia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, David Grusch. Bajo juramento ante una Comisión del Capitolio dijo que el gobierno estadounidense tiene en su poder naves no terrestres y también

n  La posible existencia de vida extraterrestre volvió a discutirse en las últimas semanas tras las declaraciones del expiloto y miembro de la inteligencia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, David Grusch. Bajo juramento ante una Comisión del Capitolio dijo que el gobierno estadounidense tiene en su poder naves no terrestres y también restos de seres no humanos.

En los Estados Unidos existen desde hace décadas programas secretos que permitieron hacer pie en la Luna y en Marte. También competir con potencias como la ex Unión Soviética y ahora con China en el espacio y estudiar con la más alta tecnología la vida extraterrestre. Es un asunto que los medios de comunicación argentinos incluso pudieron conversar con el número uno de la Nasa, Bill Nelson, cuando recientemente visitó el país.

Pero la búsqueda de alienígenas y la obsesión por los objetos voladores no identificados (ovnis), platillos voladores en la terminología cinematográfica de los años 50, tiene en la Argentina un costado diferente, pero no menos interesante.

Los más de 350 avistajes que analizó el Centro de Identificación Aeroespacial (Ciae), que depende de la Fuerza Aérea, el organismo encargado de investigar y analizar objetos en el espacio argentino que piden identificar, pudieron resolverse.

Ello quiere decir que fueron identificados, que se supo lo que eran. Y ninguno tuvo que ver con alienígenas, según surge de los informes del Ciae, que dirige el comodoro Rubén Lianza, un experto en sistemas aeroespaciales, piloto de ensayos en vuelo, investigación y desarrollo entre otros. Su austera oficina, aunque equipada con equipos de software de última generación como el Ipaco, está ubicada dentro del Edificio Cóndor, el de la Fuerza Aérea. Y tiene un equipo pequeño, en general de especialistas jóvenes como Carolina Meliá, experta en matemática y astronomía y tecnología satelital entre otros conocimientos. Se ven a sí mismos como “detectives del Espacio”.

El Ciae es el encargado de organizar, coordinar y hacer el análisis de lo que llaman “actividades o elementos presentes u originados en el aeroespacio” y que por alguna razón no están identificados. Pero además no trabajan con la consigna de que ovni es un plato volador que lleve extraterrestres.  

Se lo piden organismos, pero también ciudadanos que hacen denuncias de avistajes. Pero pueden hacerlo con dos premisas. Tienen que mostrar lo que llaman evidencia o prueba para que se investigue un objeto no identificado. Y ello quiere decir que tienen que mostrar fotos o videos de lo que hayan visto. 

En ese tren de buscar identificar lo que no está identificado, los resultados que arrojaron sus análisis fueron mayormente aves o insectos; causas astronómicas, aeronáuticas o astronáuticas; además de objetos que fueron lanzados al aire u objetos sujetos al suelo por los mismos humanos (pelotas, globos, barriletes). En sus conclusiones, el Ciae afirma que también han encontrado que tienen causas en problemas ópticos de las cámaras con las que los filmaron o fotografiaron, como reflejos internos del lente o externos a la cámara.

Algunos casos resueltos

Aunque fue creado en 2011 bajo el nombre de Comisión de Estudios de Fenómenos Aeroespaciales (Cefae), su transformación en el Centro de Identificación Aeroespacial en 2019 implicó un mayor nivel orgánico y una mayor sofisticación de sus tareas. Desde 2011 en adelante se analizaron 400 casos. Uno de los casos analizados fue el del ciudadano Sergio Canteros envió una foto tomada en Ituzaingó, Corrientes, con un objeto en el aire que terminó siendo “una pelota de reducidas dimensiones, lanzada al aire a poca distancia de la cámara”.

En la ruta provincial 40, un hombre fotografió un objeto no identificado cuya aplicación envió para análisis el año pasado.

De la minuciosa inspección de la imagen ampliada se distinguen dos objetos ubicados en el margen derecho de la fotografía y muestran cuerpos fusiformes con extremos desiguales y un apéndice proyectado directamente hacia abajo.

Se determinó que lo fotografiado era compatible con un pájaro que cruzó inadvertidamente el campo de visión de izquierda a derecha, justo en el instante de oprimir el botón disparador de la cámara. Apoyó esta conclusión el hecho de que el testigo nunca vio, en el paisaje, ningún objeto que le llamara la atención al momento de tomar la foto.

Otro caso es de una foto en la que el objeto que aparece muy cerca del parabrisas del auto en que viajaba quien la tomó, y en la que apareció un cuerpo estirado y fusiforme con dos extremos desiguales, el de la izquierda en forma de abanico (o “Y” , acostada) y el de la derecha puntiagudo, sugiriendo una traza de movimiento producida por un ave que cruzó inadvertidamente frente al campo de visión en el momento exacto en que se disparó la foto.

El hecho de que el testigo afirmara haber descubierto al objeto recién al revisar la foto ya procesada apoyó también la conclusión de que fue un pájaro.

Con información 

de Clarín