Según compartió en una publicación, un astrofísico de Harvard analizó material y asegura que proviene de fuera del sistema solar. El descubrimiento está compuesto de esferas metálicas que cayeron al Océano Pacífico, donde el 8 de enero de 2014 se estrelló IM1, el primer meteoro interestelar cuyo impacto fue registrado en la Tierra.
Los distintos hallazgos astronómicos y la vida en el espacio exterior son un tema que siempre fue de interés para la humanidad a lo largo de la historia y el caso mencionado representaría un gran paso. De acuerdo a lo que propone el autor de la investigación, el material encontrado podría tener origen artificial, por lo que podría ser prueba de tecnología extraterrestre.
La afirmación fue hecha por Avi Loeb, astrofísico de Harvard. Luego de analizar las esferas, que fueron encontradas en junio, la primera etapa de la investigación concluyó que efectivamente tienen un origen interestelar, según publicó el propio investigador en una publicación de Medium. En lo que presentó como un “descubrimiento histórico”, aseguró que es la primera vez que científicos tienen la posibilidad de analizar material que llegó desde fuera del sistema solar.
Para esto, investigadores del Proyecto Galileo recogieron alrededor de 700 esferas entre el 14 y el 28 de junio y luego comenzó el análisis del material. Para la recolección, se utilizó un trineo magnético desplegado en el fondo del océano a 2000 metros de profundidad desde el buque Silver Star. Con el objetivo de poder recoger la mayor cantidad de material posible, la herramienta se usó desde Papúa Nueva Guinea hasta una zona de 10 kilómetros alrededor de la ubicación del impacto de IM1.
Concretamente, lo llamativo de los resultados es que cinco esferas de las regiones cercanas a la trayectoria exhibieron un patrón de composición de elementos externos al sistema solar. A pesar de que el registro del meteoro ya ocurrió hace casi una década, el hecho de encontrar material interestelar en la Tierra es lo novedoso y lo que llamó la atención de la comunidad científica.
En el mencionado posteo, Avi Loeb también afirmó que ya envió el material a una revista científica para su revisión y posterior publicación, con el objetivo de divulgar no solo el descubrimiento, sino todas las condiciones bajo las que se produjo la investigación.
Más allá de la importancia que tiene el hallazgo y el registro histórico que significa para investigaciones en el futuro, se produjo algo de polémica dentro del ámbito del conocimiento a partir de algunas declaraciones de Loeb.
Junto con lo que encontró, el astrofísico sostiene que el material podría ser el primer registro de tecnología extraterrestre en la Tierra. Su afirmación del origen artificial de lo hallado en el Océano Pacífico le valió muchos cuestionamientos y críticas por parte de colegas. En primer lugar, quienes cargan contra este punto aseguran que los análisis no arrojaron pruebas que puedan indicar un descubrimiento semejante. En esa misma línea, argumentaron que este tipo de anuncios prematuros le restan seriedad de cara a la sociedad no solo a esta investigación, sino a todas las del rubro.
LA NACION
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