20 de septiembre de 2024

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Asteroid City, la mirada de Wes Anderson sobre encuentros extraterrestres

Asteroid City, la mirada de Wes Anderson sobre encuentros extraterrestres

En la nueva película de Wes Anderson, Asteroid City, un ecléctico grupo de jóvenes y sus familias se reúnen en una pequeña ciudad desértica, parecida a Roswell, para celebrar una conferencia de jóvenes astrónomos y cadetes espaciales. Entonces se produce un acontecimiento cósmico con el que los verdaderos estudiantes de astronomía solo podrían soñar, o

En la nueva película de Wes Anderson, Asteroid City, un ecléctico grupo de jóvenes y sus familias se reúnen en una pequeña ciudad desértica, parecida a Roswell, para celebrar una conferencia de jóvenes astrónomos y cadetes espaciales. Entonces se produce un acontecimiento cósmico con el que los verdaderos estudiantes de astronomía solo podrían soñar, o bromear: una nave espacial desciende abruptamente y un alien les visita.

Asteroid City, la ciudad ficticia, es el núcleo de la película coescrita por Anderson y Roman Coppola. Y el acontecimiento que transforma la vida y cambia el mundo en medio de ella ofrece una nueva perspectiva de la idea de los extraterrestres como metáforas. ¿Es un concepto único? No, se remonta al menos hasta H. G. Wells. Pero en Asteroid City, presentada como una obra de teatro dentro de otra, escrita por un personaje a lo Tennessee Williams interpretado por Edward Norton, el motivo del encuentro cercano se convierte en algo más: un lugar familiar (una película de Wes Anderson) donde los espectadores pueden viajar y no sentirse tan alienados.

Cuando el extraterrestre de Anderson aparece por primera vez, la gente del pueblo se queda atónita pero indiferente. El fotógrafo de guerra, Augie Steenbeck (Jason Schwartzman), apenas señala que el alienígena ha robado el famoso meteorito que se exhibía. Pero entonces él y el resto de los habitantes de Asteroid City empiezan a procesar su significado. Más tarde, Steenbeck le comenta a la actriz Midge Campbell (Scarlett Johanssen), quien al igual que él está luchando con su salud mental: “¿Has visto cómo nos miró?, como si estuviéramos condenados.”

Alienación y alienígenas

Los personajes de las películas de Anderson parecen con frecuencia desconectados, tambaleándose cuando intentan interactuar emocionalmente con sus compañeros de escena, y cuando muestran sus sentimientos parece un gran avance. Para él, por tanto, hacer este tipo de película es un giro astuto, dejar caer a un extraterrestre (Jeff Goldblum) en un espacio lleno de gente alienada y ver cómo intentan descubrir cómo relacionarse. A continuación, se redobla la apuesta y se trae al ejército a Asteroid City para imponer una cuarentena y obligar a estudiantes, profesores, observadores de estrellas y padres a enfrentarse al encuentro por sí mismos. El general está interpretado por Jeffrey Wright, uno de los pocos actores no blancos de la película, o de cualquier película de Anderson, algo que parece evidente si se tiene en cuenta que esta es con la que Anderson ha decidido abordar la alteridad.

La de Anderson es la última de una larga serie de películas que han tratado de entender a la humanidad a través del lente del contacto con extraterrestres. Aunque muchas de ellas implican una guerra por la supervivencia humana, no todas son así. La ciencia ficción ha proporcionado multitud de historias convincentes en las que los personajes luchan con complicadas interacciones con el otro cósmico, en las que un alienígena, distinto a todo lo que se haya visto antes, hace que la gente reaccione con asombro, miedo, curiosidad y amabilidad.

Close Encounters of the Third Kind, E.T., Contact, District 9, Arrival. Todas ellas son películas sobre extraterrestres, pero en realidad no lo son. Son reflejos de las sociedades en las que se hacen, espejos de los persistentes problemas de la xenofobia y el racismo, los choques entre las perspectivas científicas y otras visiones del mundo, y los retos de integrar culturas e idiomas muy diferentes. Pero en las manos de Anderson, el tropo es utilizado para cambiar los puntos de vista de los personajes, y para los niños o aquellas personas con perspectivas más miopes, les empuja a desarrollar una visión del mundo.

Aunque la ciencia ficción ha explorado con frecuencia el miedo a los forasteros, percibidos como amenazas, también hay lugar para una visión más relajada de los alienígenas. Esto es más raro, pero no inédito, al menos en televisión. En Futurama, Zoidberg se convirtió en el alienígena de Roswell, donde molesta y horroriza a sus captores pero disfruta conociendo gente nueva, y en Star Trek: Deep Space Nine, son los ferengis, quienes se sorprenden de que los humanos del siglo XX envenenen sus cuerpos y contaminen su planeta, pero ven una oportunidad de negocio en la Tierra.

En Asteroid City, el extraterrestre es solo Goldblum con un traje alienígena. Parece tan asustadizo e inquisitivo como la gente que se queda paralizada ante él, pero no dice ni una palabra ni emite sonido alguno, antes de marcharse rápidamente, lo que le convierte en un enigma. Fuera del escenario (recordemos que se trata de una obra de teatro dentro de otra obra de teatro), Goldblum dice que el alienígena es una metáfora, pero no está seguro de qué.

Encontrarnos en el alien

Anderson no transmite de forma tan eficaz o explícita como Contact, por ejemplo, cómo los encuentros con alienígenas pueden servir de catalizadores para que el público desarrolle una visión más integradora de la humanidad y una visión de un futuro en el que la gente no sucumba al miedo. Sus personajes tienen demasiado trabajo que hacer para que Asteroid City llegue tan lejos. Son sobre todo los observadores de las estrellas, como el hijo de Steenbeck y la hija de Campbell, quienes están más preparados que sus padres para comunicarse con el extraterrestre y concebir un sentido para la vida. Como ya hizo en The Royal Tenenbaums y Moonrise Kingdom, Anderson muestra cómo los padres a veces no comprenden los retos a los que se enfrentan sus hijos, que a menudo son diferentes de los suyos.

Al igual que las fantásticas criaturas marinas evocadas en The Life Aquatic With Steve Zissou, Anderson inserta detalles que atraen la atención del espectador, haciendo que el teatral mundo de Asteroid City, ambientado en la época de los años 50 y al estilo de Roswell, sea como el nuestro, pero un poco diferente. Por ejemplo, incluye un jetpack inventado por jóvenes protocientíficos; un «galactotrón», que no es un tipo real de telescopio, y hay terminología que no suena del todo científica, como el «flirteo celeste» de las galaxias. El alienígena, por su parte, tiene aspecto humanoide, pero tampoco se parece en nada a los humanos.

Las representaciones de los extraterrestres en la cultura pop y el interés público por el espacio y los ovnis (ahora FANI según la NASA) parecen ir de la mano. Cuando The X Files estaba de moda, mucha gente no solo estaba obsesionada con los platillos voladores, sino convencida de que el gobierno los escondía en alguna parte. Puede que Asteroid City no inspire a nuevos partidarios de la verdad sobre los alienígenas, pero llega en un momento en que un “denunciante” y antiguo oficial de inteligencia tiene la atención del Congreso; además, el Pentágono ha abierto una nueva oficina encargada de investigar los informes sobre FANI; por su parte, un comité independiente de evaluación creado por la NASA está celebrando reuniones públicas antes de su informe final, y una empresa privada está lanzando una aplicación de seguimiento de informes sobre FANI.

La película también llega en medio del interés de la sociedad por escuchar señales alienígenas, lo que se conoce como búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI, Search for ExtraTerrestrial Intelligence), y por enviar mensajes propios al cosmos, o mensajería de inteligencia extraterrestre (METI, Messaging ExtraTerrestrial Intelligence). En Asteroid City, una astrónoma interpretada por Tilda Swinton hace un guiño a esta labor: busca pitidos sonidos que podrían ser señales alienígenas procedentes del espacio, y trabaja con jóvenes astrónomos y cadetes espaciales para averiguar qué tipo de mensaje enviar a los extraterrestres. No son Frank Drake ni Carl Sagan, pero sus intenciones son las mismas.

Más allá de las obvias referencias a Roswell, hay algo apropiado en situar un avistamiento alienígena en una antigua ciudad desértica como Asteroid City. Algunas de las vistas más exquisitas del cielo nocturno, libres de contaminación lumínica, se encuentran en el suroeste de Estados Unidos, y la calidad atemporal del paisaje nos recuerda la interminable búsqueda de sentido de la humanidad. No está claro si Anderson consigue realmente la metáfora alienígena, pero nos da, como a sus personajes, mucho sobre lo que reflexionar.

Este artículo se publicó originalmente en WIRED. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.