EL NORTE DEL SUR
Visitas fugaces, amigos de siempre, afectos que perduran.
Así es Rafael de la Hoz, el arquitecto de Córdoba que va a hacer el nuevo Benito Villamarín para el Betis
Se van pensando en volver, como dice la canción, y tú preguntándote, ahí en la puerta de la cochera mientras los despides, cuándo será la próxima vez, qué te habrá pasado hasta entonces, quiénes seremos en ese momento del nuevo reencuentro, si nos reconoceremos. Visitas fugaces, amigos de siempre, afectos que perduran.
Te rescatan del naufragio de la soledad, del tedio del ‘rodríguez‘ de agosto, de este sobresalto, de este páramo, de estos crímenes, vaya mes que llevamos, un día aparecen dos cadáveres en Pozoblanco, un chico que mata a la chica y luego se suicida con una escopeta de aire comprimido, y a las pocas horas un hombre cose a puñaladas a otra mujer en la piscina del mismo municipio.
Santuario era un barrio tranquilo, está o estaba celebrando un aniversario redondo, está o estaba consumiendo los estertores de verano con los detalles de la Velá de La Fuensanta, y va un tipo despechado que conocía la cocina del bar La Fuente y se merienda en un momento a cuchilladas al único cliente que quedaba dentro.Menos mal que nos queda el Betis, que diría el otro. Recibo a una familia del Centro de Europa que conozco remotamente, en persona solo a uno de los invitados a los que les abro mi casa.
Plena ola de calor, una de las alertas rojas que nos aplanó como reptiles cansados en cuanto julio dobló su hoja del calendario. Me los llevo a cenar, era domingo por la noche, tarde ya, a La Montillana, saben qué es el salmorejo pero nada del flamenquín ni del PX, así que la sobremesa es pródiga, todo lo nutritiva que puede ser una charla de idiomas cruzados, unas veces en francés primario, otras en inglés voluntarioso. Salen Pedro Sánchez y Feijóo, la posibilidad que yo les niego de una repetición electoral, la manera en la que gobierna Macron, y más pronto que tarde el fútbol. El padre de familia, ya digo que del corazón de Europa y que a duras penas habla español, me dice que es ultra del Olympique de Marsella pero que su segundo equipo es uno del Sur de España, uno que no gana mucho pero que tiene una gran afición a la que él se honra a pertenecer a distancia.
-«El Betis», suelta el tipo.
Yo, que de chico quería ser Rafael Gordillo y de grande también, me levanto y le doy un abrazo. Y ya le he mandado la noticia de que un cordobés va a rediseñar el ovni que colapsa La Palmera.
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