México tiene miles de leyendas que ponen los pelos de punta. La historia de los monitos de Meoqui es una de las favoritas de los chihuahuenses, y aunque parece parte de una narrativa de ciencia ficción, hay quienes aseguran que fue real.
El 27 de octubre de 1987 marcó para siempre la historia de Meoqui, Chihuahua, ya que ese día nació una leyenda que parece sacada de una película. Un grupo de niños presenció la aparición de unos hombrecillos diminutos de color blanco y rojo que no medían más de 20 centímetros que surgieron del suelo, pero los niños mantuvieron en secreto esta aparición en secreto por un tiempo.
Los hechos ocurrieron en el patio de una casa con dirección en la esquina de Francisco Ramírez y Moctezuma, en la colonia Barrio Nuevo, en Ciudad Meoqui. Según relataron los niños, los seres extraños se comunicaban con voces estereofónicas. También mencionaron que duraron varios días jugando con ellos, pues cada atardecer salían para “jugar” con los niños.
Sin embargo, ocurrió algo que hizo que los niños contaran lo que estaba sucediendo. Uno de los niños, de nombre Willy, arrojó agua a uno de estos seres, y la reacción del monito fue tocarle el brazo, lo que le provocó una herida que parecía entre quemadura y rasguño, lo que obligó a que salieran a pedir ayuda.
La primera en ayudar al niño, según se relató en un reportaje de El Diario de Chihuahua, fue Daneyra Lira Robles, quien ahora es política del estado. Ella llevó a Willy a la Cruz Roja, donde fue atendido por Francisco Valenzuela.
Los primeros dibujos de los monitos de Meoqui
Mientras el socorrista examinaba la herida, intentó hacer que el niño le contara la versión de cómo había ocurrido la herida. Willy relató que se la hizo uno de los “monitos” con los que estaba jugando en su casa.
Dado a que los otros niños también estaban en la Cruz Roja esperando saber qué le dirían a su amigo, Valenzuela les pidió que dibujaran a los supuestos seres que habían lastimado al niño, simplemente como un ejercicio para que se entretuvieran, pero los dibujos detallaban a seres que no eran humanos.
A partir de ese momento comenzó la conmoción. La noticia se esparció rápidamente, atrayendo a personas hacia la casa donde se produjo el evento. La prensa, tanto nacional, acudió al lugar de los hechos, y los boletos de autobús con destino a Ciudad Meoqui se agotaban todos los días. Todos ansiaban armar sus teorías y tener respuestas sobre lo sucedido.
Sin embargo, los pequeños seres descritos en los dibujos de los niños ya no regresaron al patio de la familia Alvídrez. A pesar de ello, los expertos se dirigieron al área para compartir su perspectiva, y explicaron que incidentes similares de criaturas sumergiendo del suelo se habían registrado antes en otros lugares del mundo como Colombia, España y Francia.
¿Verdad o fantasía?
Mucha gente empezó a asumir que la aparición de los monitos de Meoqui pudieron ser simplemente una creación de la imaginación de los niños, ya que en esa época acababa de salir la película de “E.T. El Extraterrestre”.
Una de las descripciones de los involucrados hizo creer a algunas personas que podrían tratarse de ranas, ya que días antes de lo acontecido había estado lloviendo, y al salir de la tierra, pudo darles el sentido a los niños de que era algo diferente; sin embargo, los niños siempre sostuvieron que caminaban erguidos y que incluso hablaban.
La veracidad de los hechos ha sido objeto de discusión por más de 30 años. Al día de hoy, los involucrados aún afirman los hechos de la historia. Pero hay algo seguro, que los niños lograron poner a Ciudad Meoqui en el mapa.
¿Ya conocías la historia de los Monitos de Meoqui?
Fuentes: El Diario de Delicias, La Opción, México Desconocido, El Heraldo de Chihuahua
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