La semana pasada, un respetado exfuncionario de los servicios de inteligencia estadounidenses declar ante un comit del Congreso que, en efecto, los extraterrestres existen.
Habl bajo juramento y sin ningn atisbo de duda. Afirm que el gobierno estadounidense haba conducido un programa secreto para recuperar naves espaciales no humanas desde la dcada de 1930. Incluso se haban recuperado cadveres. Saba de «mltiples colegas» que haban sido «heridos fsicamente» tanto por agentes no humanos como por personas del Gobierno que pretendan encubrir su existencia.
Muy poca gente podra hacer semejantes afirmaciones y ser tomada en serio. Pero el funcionario, David Grusch, es un veterano de la Fuerza Area que trabaj con el equipo del Pentgono encargado de investigar los objetos voladores no identificados (OVNI). l personalmente no haba visto ningn objeto de ese tipo, y mucho menos ningn cuerpo extraterrestre, pero dijo que haba hablado con 40 personas informadas. Aunque Grusch se neg a responder a muchas de las preguntas de los congresistas, alegando que eran informacin clasificada, dijo que podra revelar ms en privado.
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A la izquierda de Grusch se encontraba un comandante retirado de la Marina llamado David Fravor, quien dijo que en 2004 l y otras tres personas haban encontrado un objeto con forma de «Tic Tac volador de 40 pies (12 metros)», que se mova rpidamente sin propulsin visible. Este objeto desafiaba las leyes de la fsica «tal y como las entendemos», dijo Fravor.
Grusch y Fravor encontraron una audiencia receptiva de representantes inclinados a desconfiar del Pentgono. «Hoy hicimos historia», dijo Tim Burchett, republicano de Tennessee, tras finalizar los testimonios. La demcrata Alexandria Ocasio-Cortez destac el compromiso del comit con la proteccin de los denunciantes.
Para los que piensan que nos han visitado, la aparicin de Grusch ha sido la mejor noticia en aos. Pareci una persona creble. «Al principio pens que me estaban engaando», le dijo al periodista australiano Ross Coulthart en una entrevista anterior. «Pero definitivamente no estamos solos». Los asistentes al Festival Ovni que se celebra anualmente en Roswell, Nuevo Mxico – donde las actividades incluyen un tour de bares extraterrestres – estaban exultantes. Coulthart dice que los fenmenos areos no identificados (FANI, o UAP, por sus siglas en ingls, como se denomina ahora cortsmente a los Ovnis) son «el tema que ya no se puede ridiculizar ni estigmatizar».
Grusch dej abierta la posibilidad de que los visitantes no fueran estrictamente extraterrestres, sino seres intraterrestres – que siempre haban convivido con nosotros en la Tierra – o interdimensionales procedentes de otra dimensin fsica. Aun as, la evidencia de inteligencia no humana (tcnicamente inteligencia no animal) sera una noticia enorme.
Enfocarse en posibles visitantes extraterrestres ha sido el objetivo de un grupo marginal de ‘conspiranoicos’. Pero la audiencia de la semana pasada en el Congreso es una seal de su creciente respetabilidad. Desde la dcada de 1990, conocidos polticos -entre ellos el difunto senador demcrata Harry Reid, el asesor presidencial demcrata John Podesta y el senador republicano Marco Rubio– han presionado para que se divulgue ms informacin. En 2020, el Pentgono public imgenes de un video de fenmenos areos no identificados (o anmalos), incluyendo el objeto «Tic Tac» que Fravor observ. El ao anterior, el 33% de los estadounidenses haba dicho que algunos Ovnis haban sido naves extraterrestres; en 2021, la cifra haba aumentado al 41%. En mayo de este ao, un grupo de expertos de la NASA inform de que, aunque la mayora de los FANI podan explicarse, algunos todava no. Chuck Schumer, lder de la mayora en el Senado, propuso este mes una comisin para desclasificar ms documentos.
Desde hace tiempo existe una distincin entre los cientficos que buscan vida en el espacio y los aficionados que detectan visitantes en la Tierra. Incluso esa distincin se est difuminando. Uno de los cosmlogos ms respetados, Avi Loeb, profesor de ciencias de Harvard que fue director del departamento de astronoma de la universidad durante nueve aos, ha adoptado la teora de los visitantes extraterrestres. Loeb no le atribuye importancia al testimonio de Grusch: «No aport ninguna evidencia y no presenci las evidencias», dice. «Todo son habladuras. As no se hace ciencia». Loeb tampoco cree que el Pentgono est ocultando secretos: «Si me preguntan, en cuestiones cientficas, el Gobierno es incompetente».
Lo que Loeb sugiere es que los extraterrestres han visitado nuestro sistema solar, sobre todo en forma de un objeto, Oumuamua, el primer objeto interestelar detectado pasando por el sistema solar cuya trayectoria en 2017 no pareca explicable por la gravedad del sol. Loeb tambin sostiene que un meteorito que cay en el mar cerca de Papa Nueva Guinea en 2014 pudo ser una creacin no natural procedente de otro sistema solar. Este mes recuper diminutos restos del meteorito del fondo del ocano.
Dentro del mundo acadmico, Loeb es atpico, pero no un fantasioso: «No me gusta la ciencia ficcin. La odio porque viola las leyes de la fsica». Sus credenciales son impecables. La mayora de sus crticos «no se acercan a su nivel cientfico», dice Michael Garrett, profesor de astrofsica de la Universidad de Manchester.
Hace un tiempo, hacer la pregunta «Estamos solos?» era una forma rpida de terminar solo. Pero si personas crebles como Grusch y Loeb estn dispuestas a arriesgar su reputacin en este asunto, se puede ahora pensar seriamente en los extraterrestres?
El pensamiento cientfico sobre la vida extraterrestre queda plasmado en la paradoja de Fermi. En 1950, el fsico Enrico Fermi, figura clave en el desarrollo de la bomba nuclear, supuestamente pregunt: «Pero, dnde estn todos?» Si la vida es tan probable en otros lugares del universo, por qu no vemos ninguna evidencia de ella? (El ao 1950 es tambin el elegido por algunos cientficos como el amanecer de la era del Antropoceno, una poca geolgica propuesta de significativo impacto global que las actividades humanas han tenido sobre los ecosistemas terrestres. Quiz exista un vnculo lgico entre nuestra destruccin de la Tierra y nuestro deseo de encontrar un sentido ms all de ella).
La bsqueda de seales de radio procedentes del espacio exterior se inici en las dcadas de 1950 y 1960, impulsada por la competencia de la guerra fra. En 1976, la NASA logr aterrizar dos naves espaciales en Marte, pero ninguna detect signos de vida. En 1992, la agencia inici un programa de 10 aos y u$s 100 millones para buscar seales de radio, pero el Congreso cancel la financiacin al ao siguiente.
Las perspectivas de la existencia de vida extraterrestre aumentaron en 1995, cuando dos cientficos suizos descubrieron un planeta en rbita alrededor de una estrella como nuestro sol. Gracias a la mejora de los telescopios, ya se han confirmado ms de 5000 exoplanetas -planetas situados fuera de nuestro sistema solar. Los cientficos tambin han descubierto que la vida en la Tierra puede sobrevivir en condiciones mucho ms extremas de lo que se pensaba. El nmero de entornos que podran albergar vida simple o inteligente se multiplic de repente. Segn algunas estimaciones, hay 2 billones galaxias en el universo. Puede la nuestra ser realmente nica?
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En 2015, el multimillonario de la tecnologa Yuri Milner prometi u$s 100 millones para Breakthrough Listen, incluyendo una iniciativa para explorar las 100 galaxias ms cercanas a la nuestra. Hoy en da, la bsqueda de vida extraterrestre no se limita a seales de radio. Se trata de una bsqueda de biofirmas, como los gases producidos por organismos vivos. Esto est justo en el lmite de lo que pueden lograr nuestros telescopios ms potentes, como el telescopio espacial James Webb (JWST). Tambin se buscan tecnofirmas, indicios de tecnologa aliengena, incluyendo grandes estructuras. Las tecnofirmas son la razn por la que, aunque la vida inteligente debera ser lgicamente ms rara que la vida primitiva en el universo, tambin puede ser ms fcil de detectar.
«Quiz los extraterrestres estn emitiendo algo que podamos captar, o quiz no», dice Seth Shostak, astrnomo principal del Instituto SETI, una organizacin californiana sin fines de lucro fundada en 1984, que el ao pasado gast u$s 24 millones en la bsqueda de vida extraterrestre. «Pero se puede suponer con mayor certeza que si hay sociedades ah fuera, hacen algo que cambia el entorno».
Tras 70 aos de bsqueda, los resultados siguen siendo decepcionantes. Nadie ha encontrado pruebas de vida extraterrestre en Marte ni en ningn otro lugar. El JWST ha revelado que uno de los planetas rocosos que orbitan la cercana estrella enana TRAPPIST-1c no tiene «una atmsfera espesa y rica en CO2» propicia para la vida.
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Ninguno de los astrobilogos con los que habl se mostr seguro sobre la posibilidad de encontrar vida extraterrestre. (La astrobiologa es el campo que engloba a los cientficos interesados en la bsqueda de vida en otros lugares). «A veces soy escptico. A veces soy optimista», dice Garrett. Ms que nada, tiene curiosidad. «De formacin, soy astrnomo. Pero, para ser honesto, no creo que nada que yo haya visto -incluso captado por el JWST- transforme por completo lo que estaba pensando sobre el universo y nuestro lugar en l. La astronoma me parece un poco aburrida, pero la pregunta de si estamos solos en el universo me parece absolutamente apasionante».
Ian Crawford, profesor de Birkbeck, Universidad de Londres, se muestra escptico. «La ausencia de evidencia nos est diciendo algo: las civilizaciones tecnolgicas son probablemente raras«, dice. Tal vez existan muchos planetas capaces de acoger vida, pero el proceso para que los tomos se organicen en molculas y luego en clulas autorreplicantes es «un proceso muy, muy, muy complicado».
Loeb, de Harvard, es la excepcin. Se siente lo suficientemente seguro como para especular sobre la existencia de vida extraterrestre. En su expedicin ocenica de este ao, recogi al menos 50 esfrulas: «hermosas bolitas metlicas». Su anlisis preliminar sugiere que pueden ser mucho ms antiguas que el sistema solar, lo que indica que se trata de un objeto interestelar. Ahora proceder a determinar si el objeto no es natural: «Supongamos que compruebas la composicin y se asemeja a circuitos elctricos o cjips fundidos».
Ya es autor de un libro exitoso, ‘Extraterrestre: La humanidad ante el primer signo de vida inteligente ms all de la Tierra’, cuya segunda parte se publicar el mes que viene. Lo acompaa constantemente un equipo de documentalistas y es objeto de una prxima obra de teatro, en la que lo compararn con Galileo Galilei.
Sus colegas astrobilogos consideran que sus extrapolaciones son exageradas. «Se ha vuelto una vergenza para sus colegas de Harvard y nos ha molestado al resto», dice uno. Sugieren que ‘Oumuamua, que ahora est demasiado lejos para seguir analizndolo, podra ser un cometa con una cola de hielo derretido.
«Los expertos quieren mantener su prestigio», responde Loeb. «Y la forma de mantener el prestigio como expertos es argumentar que todo puede explicarse mediante lo que ya se conoce». Tampoco hay evidencias directas de la existencia de la materia oscura, seala, pero ese concepto se acepta de buen gana.
En la noche del 20 de abril de 2021, cinco luces aparecieron en el cielo cerca de una base del Cuerpo de Marines de Estados Unidos en Twentynine Palms, California. Jeremy Corbell, cineasta y autodenominado «aficionado de los Ovnis«, dijo que las luces flotaban a diferencia de las bengalas y que haba odo informes de muchos marines que haban presenciado no slo luces, sino una nave espacial que las una.
Imgenes posteriores sugieren que las luces eran en realidad bengalas, con estelas de humo. «Las explicaciones mundanas de los Ovnis, aunque divertidas de investigar, no son tan interesantes para el pblico en general», dice Mick West, un escptico de los Ovnis. Algunos FANI pueden ser globos de vigilancia chinos.
Corbell ha dicho que conoci a David Grusch hace un ao; se sent detrs del exfuncionario durante la audiencia del comit de la semana pasada. Esta conexin pone en tela de juicio la credibilidad de Grusch.
La falta de evidencias directas siempre ha sido un problema para los interesados en la vida extraterrestre. En lo que todo el mundo est de acuerdo -incluyendo los investigadores y escpticos de los FANI y los astrobilogos – es en la necesidad de seguir investigando. «La ciencia debe tomarse mucho ms en serio los FANI«, dice Coulthart, el periodista que entrevist a Grusch. Coulthart aade que no est seguro de que estos objetos representen inteligencia extraterrestre. «Todava no he llegado a ese punto, seguro. De hecho, dudo que sea la mejor explicacin».
Pero, en algn momento, empezar a contar la ausencia de evidencia? Crawford dice que si la vida es comn en el universo, entonces deberamos empezar a encontrarla. «Si los FANI fueran realmente naves espaciales visitantes, entonces deberamos encontrar vida en Marte, deberamos encontrar vida en todos los exoplanetas cercanos».
Por ahora, sin evidencias, slo nos queda utilizar la lgica. Por qu se concentran los avistamientos de Ovnis en EE.UU.? Podra el gobierno de EE.UU. haber mantenido en secreto las visitas regulares de extraterrestres durante dcadas? Si as fuera, por qu permitira ahora el Pentgono que Grusch testificara? Ha confundido Grusch un programa de ingeniera inversa de tecnologa extranjera secreta con algo ms extico?
Si los extraterrestres han visitado la Tierra, estarn ms avanzados tcnicamente que nosotros. Es plausible, como alega Grusch, que el gobierno estadounidense hubiera podido aplicar ingeniera inversa a su tecnologa? «Podras darle una mquina de escribir elctrica a un caverncola y no creo que pudiera hacerle ingeniera inversa», dice Shostak.
Martin Rees, Astrnomo Real del Reino Unido, sostiene que es probable que la brecha entre los humanos y los extraterrestres sea grande. Muchas estrellas son miles de millones de aos ms antiguas que la nuestra. Con esta ventaja, es probable que la vida extraterrestre haya pasado de la carne y la sangre a una forma de vida electrnica. «No podremos desentraar sus motivos o intenciones», han dicho Rees y el astrofsico Mario Livio.
Rees apoya la bsqueda de inteligencia extraterrestre. Pero para m, la suya es ya la hiptesis ms plausible y desmoralizante sobre los extraterrestres. Lo que nos espera no es un mundo de seres con los que podamos relacionarnos, ni nuevas tecnologas que podamos utilizar para resolver nuestros problemas. Lo que nos espera, en todo caso, es ms desconcierto.
Quiz sea irresistible preguntarse seriamente si existen los extraterrestres. Pero si los extraterrestres visitaran la Tierra, se preguntaran por qu no hacemos cosas que podran ayudar a nuestra civilizacin.
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